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sábado, 30 de abril de 2016

Cecilia Quílez - 4 poemas

Imagen de Catrin Welz-Stein

III

Reconozco la amargura del silencio
La boca atada
A un ramillete de flores secas
La poesía es el indulto a lo indecible
Y el amor
En todas sus celdas
Germinando en el núcleo
Torturándose
En la contracción del verbo

 Imagen de Catrin Welz-Stein

VI

Porque ha de ser la rama
La que busca el pico
Armónica en el viento
La madreselva mudada en espinas
Los árboles brotaron
Del canto del primer pájaro



                                       Imagen de Catrin Welz-Stein

XVII

Del murmullo al silencio
Del fruto a la rama huérfana
Del granizo a la sed
Del arco al iris

De ti para nos
La palabra no sabe de medidas
Está en celo eternamente
Como una despiadada primavera

                                       Imagen de Catrin Welz-Stein


XXII


Me invocas en gris
Ay tristeza
Esta humedad penitente
Que dejó la marca
De más
Escarabajos rojos
En tu lengua sintagma

Poemas del libro: Estructuraciones
Autor Cecilia Quílez
Editor Gabriel Viñals
Colección Poética y Peatonal

Biografía

Cecilia Quílez Lucas, Algeciras (Cádiz). Tiene publicados cinco libros de poemas: “La posada del dragón” (Ed. Huerga & Fierro) “Un mal ácido” (Ed. Torremozas), “El cuarto día” (Ed. Calambur), “Vísteme de largo” (Ed. Calambur) y “La hija del capitán Nemo” (Ed. Calmbur), Estructuraciones (Colección Poética y Peatonal).
Ha colaborado en programas de radio y coordinado y dirigido exposiciones de pintura y escultura los catálogos de éstas. Tiene relatos y artículos publicados en diversas revistas y publicaciones y participado como ponente en diferentes jornadas sobre literatura en conferencias nacionales e internacionales, programas de televisión y radio. Ha sido incluida en recopilaciones y antologías junto a otros poetas: “Entre el clavel y la rosa” (Ed. Espasa Calpe), “Madrid Capital” (Ed. Sial), “Madrid: una ciudad muchas voces“ (Ed.Arteidea),“Fuga de la Nada“ (Bohodón Ediciones), “El río de los amigos” (Ed. Calambur), “Poetas a orillas de Machado“ (Abada Editores, 2.010), “Mujeres en su tinta“ (Ed. Atemporia & UNAM),“Por donde pasa la poesía” (Ed. Baile del Sol), “Erosionados” (Ed. Origami) y “En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis” (Ed. Bartleby). Coordina y dirige varios ciclos de poesía (“A-Puesta en Blanco”, “Cruce de caminos”, “Esceno-grafías”,etc.). Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, portugués, árabe y holandés. Actualmente dirige la Editorial Tigres de Papel junto a otros dos socios y colabora con algunos proyectos sobre redes y con la “Asociación Poética Caudal”.


miércoles, 20 de abril de 2016

Miriam Reyes - dos poemas

Miriam Reyes – Poesía


Imagen de Marina Palova

Te tengo todo marcado

como un yacimiento arqueológico.

No es extraer los restos de ti lo que persigo

-ruinas de una ciudad tallada en la arenisca-

lo que quiero es penetrarte

taladrar la piedra de tu cuerpo

y este sexo cóncavo de mujer

se vuelve inútil para mi deseo.

Cavo en tu ombligo

para entrar por el flujo de tu sangre.

Vacío mi espíritu como aire en tu boca

y te observo respirarme.

Ya sé que no necesito de piel para tocarte

no es eso

lo que yo quiero es hacerme

una cueva en tu cuerpo.

Flexiono tus rodillas bajo mis axilas

como los brazos de un taladro.

Las aceras que rompo

son las de tu calle.

Con mis pestañas barro

el polvo que levanto de tu frente

y no me detengo hasta que soy tú

y tu sexo es el mío hasta que soy yo

quien está dentro.


Imagen de Leonora Carrington

Cómo avanzar a la par que el paisaje.


Ayudaba la humedad a llevar la aridez de dentro

yo no la veía pero había ahora no hay ayuda externa.

La aridez se extiende y esconde lo que hay debajo:

este lugar y yo este momento y yo

somos una misma superficie.

Sigo diciendo yo pero sé que ahora significa arena y se asienta

sobre los libros los muebles las baldosas

cubriendo la apariencia familiar que solían tener los objetos

y su compañía.

El escenario es así:

cerrada la puerta por dentro

la calle un ejercicio imposible

apenas un rectángulo en cada habitación

algo que está ante mí y de lo que no puedo formar parte

como la vida de los demás o lo que fui.

No lo llamaría ventana.

Nada entra ni sale de aquí.

Aquí era yo

atravesando ciudades y desiertos

sin encontrar nada que pudiera llamar mi lugar o mi atención

o concordar con la realidad al menos en tiempo.

Tiempo de qué

cuando no toca sembrar ni toca recoger

tiempo de nada.



Mientras el paisaje no hace excepciones

el paisaje el paisaje que no se detiene.




Biografía

Miriam Reyes (Orense, Galicia – España 1974). Estudió en la Universidad Central de Venezuela, donde residió hasta 1996.
Ha publicado los libros de poesía: Espejo negro (DVD ediciones, 2001), Bella durmiente (Hiperión, 2004), Desalojos (Hiperión, 2008) y Yo, interior, cuerpo (Antología poética) (Argentina, 2013), Prensado en frío (Malasangre, 2014) y Haz lo que te digo (Bartleby, 2015). Desde el año 2000 combina el trabajo de la palabra con el de la imagen, llevando la poesía a otros formatos, como el vídeo, y a otros escenarios, como festivales de artes escénicas, de cine o de nuevas tecnologías.

Su web: www.miriamreyes.com.




viernes, 15 de abril de 2016

May Swenson - La equilibrista

Catrin Welz-Stein - Birdhouse

La equilibrista

Estoy yendo hacia vos
siempre
el empeine sobre la cuerda temblorosa
me inclino
pero nunca miro abajo
mis ojos no sonríen
inmunes al sueño
y al peligro

Estoy yendo hacia vos

Siempre tu pálida imagen salta
detrás de los barrotes de distancia
donde el mar y el cielo se juntan

Ni poniéndose con el sol
ni menguando con la luna
tu torso como de centauro
se pone a saltar
sobre el borde de mi mente

Apuntando con fiereza
mi cuerpo es un afilado dardo
de deseo
yendo hacia vos siempre




May Swenson - La equilibrista - Versión de Tom Maver


Equilibrist

I’m coming toward you
always
instep on the quivering wire
leaning aside
but never looking down
eyes unsmiling
immune to sleep
or hazard

I’m coming toward you

Always your pallid image leaps
behind the bars of distance
where merge sea and sky

Not setting with the sun
nor waning with the moon
your torso centaur-like
is prancing
upon my mind’s rim

Fiercely taking aim
my body is a sharpened dart
of longing
coming toward you always



From The love poems of May Swenson; Houghton Mifflin Company, Boston, 1991.

May Swenson (Estados Unidos, 1913-1989)



viernes, 8 de abril de 2016

Anastasia Candre tres poemas

Imagen de David Hewson

Picante como el ají

Sabroso y picante
Su aroma delicioso
Así es el corazón de la mujer uitota
Furiosa y sus labios ardientes
Mujer uitota
Su cuerpo oloroso
Como el perfume de la flor del ají
Su voz fuerte y picante
Sola se apacigua la ira ardiente
Su dulce corazón
Y comienza a reírse jɨ, Jɨ, jɨ
El ají, corazón de la mujer
El ají, la fuerza femenina
El ají, planta medicinal de la mujer uitota
Es la verdadera enseñanza y conocimiento
La candela que no se apaga

En su dulce hogar.


Imagen de Pablo César Amaringo

El yagé

Yo soy el yagé
Nadie puede decirme quién soy
Soy tu abuelo boa
Así me presento
Mi presencia es miedosa
Yo soy el yagé
También, soy como el jaguar, que me siento, con mi piel pintada
No te asustes de mi presencia
¡Abrázame!
Sólo es un sueño
No me diga, ¿quién eres? soy el abuelo yagé
Soy el espíritu que permanece de pie
Yo soy la sanación
El dios de los sueños maravillosos
Cuántas enfermedades he quitado con mi soplo
Mi palabra es de vida y de saberes
Maldigo aquellas personas burlonas
Si me piden perdón, perdono
He existido desde un principio
Y ningún ser se burla de mí
Yo soy el bejuco de la ciencia de los saberes
De mí, mi gente tuvo conocimiento
Soy el dios yagé


imagen de Guillermo Calmet - anochecer


Corazón noble y sereno del hombre
del centro amazónico

Mi pensamiento es sanación
Soplo con el poder de la palabra de la coca y del tabaco
Con el aliento hago muchas curaciones milagrosas
Coca y tabaco plantas medicinales de mis ancestros
La coca y el ambil estimulan todo mi ser
Mis abuelos aprendieron miles de saberes con la palabra coca y
tabaco
Dice el abuelo sabio soy la esencia del tabaco y de la coca
Palabra de crecimiento y abundancia
Palabra agradable de consejo
Palabra de saberes
Palabra buena y de fertilidad
Sólo un cuerpo y un corazón lleno de amor fraterno
Que se aman unos a otros

Amores inseparables de hermandad


Biografía
Anastasia Candre  Nacida en Adofiki (Cordillera), en el corregimiento de La Chorrera, Amazonas, Colombia, el 18 de julio de 1962, pertenece a la Nación Indígena Okaina-Uitoto, Clan Jikofo Kinéreni (Tigre de Cananguchal). Aprendió al lado de sus padres Lorenzo Candre y Ofelia Yamakuri. De ellos dos y de otros parientes, recibió muchos conocimientos, entre los cuales se destacan: Yetárafue, la base principal, que son los consejos de vida; el trabajo, sobre todo el trabajo de chagra, el cultivo de las frutas y tubérculos, la cacería, la pesca (sí, también las mujeres), cortar madera, alfarería, cestería, artesanías (collares, plumajes, manillas, vestimentas), amegini (brazaletes), pintura en yanchama con colorantes naturales; conjuros para la maternidad, para cuidar niños pequeños, para no abortar, cuidados de mujer; cantos rituales de todos los géneros: yuaki, zikii, marai, menizai, yadiko, ziyiriya rua, erai; cuidar animales domésticos.
                                                                                         


martes, 5 de abril de 2016

Blanca Wiethüchter poesía

Foto de Laura Hofstadter



Alma madre de la cruz lavada
territorio tatuado por redondas gargantas
tibia morada despojada en el monte
a golpes de barreno a golpes de vacío
fijas el centro en tu falta padre- no ves
discurso de astros agoniza
en todos los padres una y otra vez
padre empozado por el sol
padre ahogado por los cascos marinos
padre pez en tu estrella de púas
gira la obscena astronomía de otra sangre
no engendras la múltiple geometría de la raíz
en la intemperie de tu sexo
la sombra desolada de tus días
sólo el polvo sólo el frío la sangre errante y todas las horas anteriores
a ese día nuestro
muerto
por ti.
Siempre pensé que la vida
tenía que ser algo más
la vida algo más que los muertos
la vida algo más que la madre
la vida algo más
para en la noche poder dormir
para con el día
para vivir por vivir nomás.

Algo más que ese cuerpo
mirando ese cuerpo
ese cuerpo que esperas demás
ese cuerpo definitivo que deseas
definitivamente
desde cualquier altura
definitivamente
desde Cota-Cota o el Montículo
ese cuerpo desde el Alto o Llojeta
ese cuerpo definitivamente en tu deseo
ese cuerpo que te expulsa y vomita
ese cuerpo que miras y comprendes
sin decir ese cuerpo no es mío
no es tuyo y es tuyo también
espacio áspero roca profunda
que no posees y te engendra
y te quema y te exige y te ciega
ese cuerpo deseoso de muerte
girando entre manos precisas:
la sangre sembrando fango
el golpe horadando el fuego
ese cuerpo se descubre y anuda
crece y te hace crecer
ese cuerpo venciendo su cuerpo
se pierde y vuelve a perderse
perdiéndote para siempre a ti.
De pronto llega
cabalgando las noches
agotando murallas
-al fin y al cabo a cualquiera
acuérdate nomás del cura
el del cine y los periódicos.
-Uno nunca sabe y todo puede ser
te despojan de tu alma
-tu sorpresa de ciervo oculto
para que todo pueda ser
-en pleno día-

Y asombra tanto pasado de un día
tanto pasado de una semana
mientras dicen estamos a punto de ser
quemando la certidumbre de ser
al cerrar los ojos.

Mientras miras deslizándose hacia abajo las luces
por lo mismo hacia abajo con los ríos
resistiendo entre pedazos y lluvias
ese cuerpo delirante por vivir
resistiendo mientras desciendes
mientras ese cuerpo extiende las manos
y las estira y las extiende para caer
en esa mano y otra mano
en esos ojos mirando la ciudad
mientras sufres y dejas de esperar
para esperar en otra vez.

Del libro Madera Viva y Árbol Difunto

Biografía

Blanca Wiethüchter nació en La Paz, Bolivia, en 1947. Poeta, narradora y ensayista. Egresó de la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Andrés, en la Paz. Licenciada en Ciencias de la Educación, obtuvo en París una maestría en Literatura Latinoamericana.
Sus principales libros son: Asistir al tiempo, 1975; Travesía, 1978; Noviembre 79, 1979; Madera viva y árbol difunto, 1982; Territorial, 1983; El verde no es un color: A la luz de una provincia tropical, 1992; Los negros labios encantados, 1992; El rigor de la llama, 1994; La Lagarta, 1995; Qantatai, 1996, y la antología La Piedra que labra otra piedra, 1999.