Foto de Aaron D. Feen
Tristeza
no dejes
el cuidado de gobernar tu corazón a esas ternuras pariente del otoño
de las que
prestan su placida apariencia y su afable agonía.
René Char
es la corriente subterránea
luchando
ante el vertiginoso oleaje
del día a día
irrumpe con la fuerza
constante de su flujo
y paraliza
es un punto ámbar
se escabulle
tras el semáforo inerte
invade con su lluvia
tu intemperie
es el espasmo
abrupto que convulsiona
la aureola de tu sombra
enreda con sus largos filamentos
y enmaraña tus intentos
es el desorden
que te aborda lentamente
y en un cerrar de ojos
eclipsa el cristal
de tus sentidos
es el corto circuito
que enajena tus constantes
con la humareda
de su fuego
es el segundo
prolongado
irrumpe en tus grietas
con su vibración atípica
te inunda
con su ecléctica corriente
ralentizando los acordes
de tu aliento
se regocija
en su círculo concéntrico
con su carcajada
más intensa
estrangula tus entrañas
con la confusión
de su núcleo inerte
es una muralla
de paredes inalcanzables
altera el eje
que rige
tu equilibrio
te desborda
con sus giros
inexactos
es el desamparo
surge
de tu propia oscuridad
eleva los decibelios
que mutilan el enlace
con los otros
cortan el flujo
que construye
y conmueve
enajenada con el flujo
purulento
de su ojo seco
luego del espasmo
derramada la lluvia
sobreviene la calma
el aire circula
templando los ejes
de tu espíritu
se levantan
los escombros
un suspiro prolongado
emerge
con la calma
poco a poco
resurges de tus nudos
inhalas el aire
que oxigena los asteriscos
de tu caos
cicatrizas cada grieta
con intentos
te meces en la levedad
de su aliento
y sintonizas tus silencios
con los otros
Mis poemas: María Germaná Matta