Girl in a Fur Skirt - Mark Ryden
A solas con Pilar
La niña acurruca contra su pecho a Pilar, su muñeca. Contempla la mirada inmóvil de risueño plástico de su pequeña, la llena de besos, murmura canciones con ternura. Después, se dirige a su cocinita, prepara la merienda y sienta a Pilar a la mesa. Le sirve una tasa de leche con chocolate y un plato con galletitas. Disfruta sintiéndose mamá, sólo que la tarde se le hace larga y espesa. Entonces clava la mirada a Pilar y alza la voz:
¡Deja de quejarte!
Da unos pasos por la habitación, enseguida da media vuelta y otra vez le encaja la mirada.
¡No me supliques! Sino te quedarás encerrada en tu habitación Estoy cansada, ¿No lo ves? ¡Cállate! Además, tengo muchas cosas por hacer.
La niña se dirige al armario, se para en una silla, examina la ropa de su madre, mueve perchas, busca faldas; una de flores, otra de tules, otra de colorines. Las ensaya una a una delante del espejo. ¡Uff, qué agotador! Al final, se decide por la de tules, le toca el turno a los tacones, elige los rosas, son los más altos. Ahora la cartera, la de las asas largas. ¡Es perfecta! Luego, se pinta la boquita con carmín, se alisa el pelo. Se mira al espejo, de perfil, de frente, hace muecas, y se dice:
¡Guapa!
Lanza una mirada penetrante a Pilar, que permanece en su rincón y le habla con autoridad:
Volveré por la noche. Acuéstate. No me esperes despierta.
Cierra la puerta de la habitación. Camina por el amplio pasillo de su casa, a duras penas arrastra sus piececitos en las torres de sus tacones pero sigue hacia adelante con la mirada ebria del porvenir.
María Germaná Matta – En Valdepeñas, a 19 de octubre de 2011
Web del pintor Mark Ryden:
me ha encantado. es escalofriante.
ResponderEliminarElvira
Duro, sensible, y lamentablemente... en algunos casos la pura realidad. Me ha gustado conocerte y encontrarte en mi casa. Me quedo, después de leer tu relato y echar una mirada a tu blog, también en la tuya.
ResponderEliminarBesos
Cuantas cosas se pueden decir en unas pocas líneas. Me ha gustado y sacudido mucho. No dejes de escribir.
ResponderEliminarVerónica
Gracias a vosotras por sus palabras. Más allá de la aparente felicidad que encarna la niñez, algunos niños albergan recuerdos que enmudecen. Tenía ganas de explorar ese mundo de la niñez.
ResponderEliminarUn abrazo