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El ángel de la hamburguesa
He
aquí que arribo a buen puerto
el
ojo de neón me ha empujado con viento favorable a la morada del ángel.
Tras
el vidrio
la
salvación se ordena en jaculatorias
con
nombres de paraísos ya casi perdidos:
Amazonia
esmeralda: con todo tipo de vegetales,
Mississippi
delta: genuino sabor americano,
Mediterránea
clásica, Tropical braseada,
Aurora
boreal cinco sabores, Oriental Gran muralla...
La
luz oblicua me tienta
con
lo que intuyo sonrisa en la cara del ángel,
me
roza despacio el corazón.
Alguien
tararea “Siempre que te pregunto que cómo
cuándo y dónde”.
El
ojo de neón atrae el vuelo de las mariposas nocturnas,
se
mimetiza angélico con el terciopelo,
se
enternece y parpadea suave
acunando
el rostro de la chica de rojo,
acariciando
el humo
de
esta manera tan especial en que acaricia la luz
cuando
convierte en vaho lo que toca.
Desde
la esquina la mirada del ángel,
oblicua
en el crepúsculo
transforma
la nitidez cruda de la foto-menú
en
visiones tenues con formas difusas
convirtiendo
la Mississipi delta en un blues,
la
Mediterránea clásica en la añorada Ítaca,
la
Aurora Boreal en la tierra prometida de la alquimia.
La
túnica del ángel,
del
color amarillo-limón de la formica,
se
desvanece soberbia entre espirales
mientras
la camarera cuelga entre los pliegues
a
manera de exvotos, las cuentas de los fieles.
Me
pregunto a qué jerarquía pertenece este ángel,
que
me hunde en la atmósfera milagrosa de Canaán,
mientras
oigo: “su tabaco gracias”.
La
noche cae tibia,
humedece
el revoloteo de las mariposas nocturnas,
y
la más osada se posa en la frente del ángel.
Tras
los cristales un perro se acerca sumiso,
alguien,
al otro lado, le extiende la palma
y
una lengua le dibuja el contorno en el vidrio,
lamiendo
las heridas.
De
nuevo me pregunto a qué jerarquía pertenece este ángel
¿En
qué cielo el olor de hamburguesa se mezcla con la brisa
se
alía con la luz inerte del neón
y
penetra como la lluvia fina?
“Siempre que te pregunto
que cómo cuándo y dónde.
Tú siempre me respondes;
quizás, quizás, quizás”.
Quizás
en el Octavo Cielo Oblicuo
donde
penden las almas a manera de exvotos
pagando
en calderilla el precio de la expiación.
*De
su blog
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Ícaros caídos renaciendo
en el Estrómboli
Escupo
tu corazón
insípido
como
el canto monótono de las cigarras
sabe
a calima,
a
atardecer bochornoso de verano.
Escupo
pedazos de dónde dice Platón que habita el alma
aunque
tal vez sólo habite la memoria.
Y
así está bien.
Los
recuerdos
nubes
impalpables en el flujo del cambio
ahora
lobos,
ahora
ángeles transformando las alas en olas gigantes,
ahora
Ícaros caídos renaciendo en el Estrómboli.
Vacío
mi pecho de tu corazón
y
adorno el hueco con geranios escarlata
un
exquisito rincón para las libélulas
una
cuna de sangre
para
aprender los primeros pasos,
las
primeras palabras vacilantes.
*De
su blog
Biografía
Elena
Soto García nació en San Pedro-Ponferrada (León) y vive actualmente en Palma de
Mallorca.
Entre
los varios premios recibidos citaremos Poesía juvenil "Ciudad de
Ponferrada" (1980)
Aula
Negra de narrativa corta, Universidad de León (1985) Premio Carmen Conde 2003,
Editorial Torremozas, Madrid.
Poemarios
publicados:
Métricas
del alma - Editorial Torremozas, Madrid 2003
La
medida del trance, (León, 1993)
Solicitudes
para una declaración de apatría ( León, 1983)
Fuente: El establo de Pegaso
Gracias,María,qué placer estar rodeada de tan buenos poetas. Un abrazo.
ResponderEliminarElena, es un placer tenerte en Batalla de Papel.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo