Balthus
Bizcocho
El
perro ha limpiado su bol
y
su recompensa es un bizcocho,
que
pongo en su boca
igual
que un cura ofrece la hostia.
¡No
soporto esa actitud confiada!
Pide
pan, espera
pan,
y mi poder es tal que
podría
darle una piedra.
El bol azul
Como
los primitivos enterramos el gato
con
su bol. Con las manos desnudas
arrastramos
la arena y la grava
hasta
el agujero.
Caían
con un siseo sordo
a
su lado,
sobre
la larga y roja piel, las blancas plumas
entre
los dedos y la larga,
por
no decir aquilina, nariz.
Nos
incorporamos y nos sacudimos el polvo el uno al otro.
Hay
penas más profundas que ésta.
Guardamos
silencio el resto del día, trabajamos,
comimos,
miramos fijamente y dormimos. Se desató una tormenta
que
duró toda la noche; ahora está despejado y en un arbusto que gotea
parlotea
un petirrojo
como
el vecino que tiene buenas intenciones
pero
siempre dice lo que no debe.
Jane Kenyon
Versiones de Jonio González
Biscuit
The dog has cleaned his bowl
and his reward is a biscuit,
which I put in his mouth
like a priest offering the host.
I can't bear that trusting face!
He asks for bread, expects
bread, and I in my power
might have given him a stone.
The
Blue Bowl
Like primitives we buried the cat
with his bowl. Bare-handed
we scraped sand and gravel
back into the hole.
They fell with a
hiss
and thud on his side,
on his long red fur, the white feathers
between his toes, and his
long, not to say aquiline, nose.
We stood and brushed each other off.
There are sorrows keener than these.
Silent the rest of the day, we worked,
ate, stared, and slept. It stormed
all night; now it clears, and a robin
burbles from a dripping bush
like the neighbor who means well
but always says the wrong thing.
Fuente: Otra iglesia es imposible
Biografía
Jane Kenyon nació en Ann Arbor, Michigan, en 1947
y falleció en 1995 de leucemia. En 1972 se casó con el poeta Donald Hall.
Publicó en vida cuatro libros y un libro póstumo “Otherwise”. La editorial Pre-Textos,
ha publicado “La cruz del Sur” en edición bilingüe, una antología de su poesía.
De ella sabemos que vivió en contacto con la naturaleza y solía decir también
que “entre pucheros”. Admiraba a Anna Ajmatova, Emily Dickinson o Elizabeht
Bishop.
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