Imagen de Antonio Mora
Fui descalzándome en cada playa
Dejé una huella en
las olas que flotaban, una isla,
Marqué otra en la
arena dorada de una playa sin nombre,
Puse mi falda en
un tronco movido en el vaivén del ensueño,
Olvidé mi ombligo
en el Mediterráneo.
Fui descalzándome
en cada playa,
desnuda
a solas.
Imagen de Rafael Martín
.
En rojo
Esta mañana amanece en rojo
-en un rojo que vacía: carmín cereza en champagne,
Rojo Cañón de colorado: río seco, pegajoso, rojo,
lacrimógeno, salobre, oscuro, desgarrado, rojo-
Y es de ese rojo que no llora.
He visto a
compañeros de alma asesinada
que se han vuelto
despojos de un miserable gobierno,
los he visto
esconderse, correr y gritar,
los he visto
escapar en grietas y agujeros:
Italian cofis,
escritorios, aypods y lindos autos.
Y los he visto
también, a los que van de pie con sombras
en bicis y
muletas, y de a sillas, y de a piedras.
Que van a romperse
la madre, el padre, los hijos, los bisnietos
la novia, el
fiancé, la viejita, el café de la mañana.
A quebrarse y
sembrarse como el pie de su tallo.
Dijeron: 105 heridos, un muerto.
Un muerto.
El silencio gritó
cuando el silencio se hizo amordazado
Un muerto. Jonathan.
y los barrotes
estrujaron las jóvenes gargantas Un muerto. Abraham.
con un nudo de
corbata –lila o roja o verde y azul – Un muerto. Antonio.
un nudo que no los
dejo respirar. Javier. Un muerto.
Se rompieron
cristales, se quemaron llantas, Un muerto. Mónica. Una muerta.
se lanzaron bombas
y gases salitrosos, fuego. Un muerto. Diana. Una muerta.
Hubo letras y
consignas, órdenes federales; Un muerto. Joel.
Y hubo miedo y
arrepentimiento y enojo y culpa Un muerto. Gustavo.
y soledad, apoyo,
alivio, pérdida y silencio. Un muerto Fernanda, Jessica, Karen.
Hubo
silencio. Una
muerta. Lupita.
Hubo
silencio. Osvaldo. Un muerto.
Silencio,
hubo.
Ha muerto Miguel. Ha muerto.
Silencio. Carolina ha muerto.
Un muerto Daniela
un muerto David un muerto Roberto un muerto Judith un muerto Lucía un muerto
Carlo Regina ha muerto Iván has muerto Alejandro.
Un muerto. Mi
muerto. Nuestros muertos.
Silencio.
Imagen de Masao Yamamoto
Un día este hombre infinito habrá de morir.
te dejo mi beso
marcado en la nuca
para no olvidarte,
mientras te dejan
volar en un viento
que nunca ha dicho
nada.
Biografía
Ixchel
D. Pacheco, nació en Ensenada, B.C. México, en 1991. Es egresada de la
licenciatura en Literatura y Filosofía de la Universidad Iberoamericana Puebla;
colaboradora habitual de la revista universitaria Contratiempo. Ha publicado en
la revista electrónica México Electoral y en el portal de transparencia Con los
ojos abiertos. Es parte del grupo de investigaciones del Seminario de Estudios
Literarios de la misma universidad. Sus temas de interés son poesía, erotismo y
política, estudios latinoamericanos y alteridad.
Fuente: Círculo de Poesía
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