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lunes, 28 de noviembre de 2016

Alessandra Molina - Poemas

Imagen de Egor Shapavolov

Alessandra Molina, en su poema "As de Triunfo", nos habla de las búsquedas interiores. La inevitable búsqueda de respuestas a través de la ciencia y de las letras, además de la inquebrantable experiencia vital del ser. Aunque toda búsqueda resulta inútil y el ser permanece insaciable. La sociedad de consumo está presente con su técnica científica, el ser obnubilado tan solo cuenta sus adquisiciones, convirtiéndose así, en un inútil buscador de triunfos.

As de triunfo

Je reviendrai avec des membres de fer, la
peau sombre, I´ oeil furieux: sur mon
masque, on me jugera d´une race forte.
J´aurai de I´or.

Rimbaud

No vas a decir una palabra inteligible
o vas a decirla
de modo que se retorcerá la antigua serpiente
que busca y lame su cola con deseos insaciables.
Ni álgebra ni filosofía
calmarán las palpitaciones de tu corazón;
opio ni barcos aliviarán la premura
por hacerte una persona confiable.
Nada. Todo será inútil.

El barco acogerá tus manos
pero serán devueltas tus lánguidas
que no podrán sostener unas monedas.
Robarás a los desconocidos
cuando hayas robado lo más fácil,
los hurtos a la madre.
Adentro te tragará la hiedra de los muros,
lejos tropezarás con la flora silvestre,
y aún, ni álgebra ni filosofía
calmarán las palpitaciones de tu corazón.

¡Historias increíbles, los sintagmas tiranos!
Confesarás con un instrumentos de pasión
        y lástima
ante la pupila más vigilante,
envilecida para siempre.
Fingirás el suicidio. La cólera y la alegría
porque tendrás suicidios, cóleras y alegrías.
Al mediodía dormirás la noche
y durante la noche te preguntarás quién soy,
        quién soy.
Cuál nombre darás a tus trabajos
si habrás llegado a ellos por la expulsión del arte
y del arte no gozarás una figura
más que la serpiente
cuando se haya tragado
su muchas veces retorcida cola.

El alga y la fiebre,
la vigilia y la tierra,
la danza virtual y el contrabando...
Vagarás
por una belleza sin palabras
pero nada habrá calmado las palpitaciones
            de tu corazón.
Lo digo yo,
Sentada sobre un contén ante el vano de una
            puerta
en una calle donde los autos modernos
se ensamblan milagrosamente a la arquitectura
            corroída
            demasiado estrecha.
¡A tal punto ha llegado la previsión científica
             del comercio!

Las piernas inmóviles por el comercio,
yo, nombrada la idiota, casi siempre ignorada,
que cuento una, dos, tres,
cuatro mil bolsas de nailon transparente
sin reliquias ni souvenirs,
llenas del aire llena de cada una entre las otras.
Vientre de nailon que soy
y que ha parido al buscador de triunfos.

Imagen de Rosa Basurto
Teatralidad

Recuerdo de esa historia la vieja cabeza de un hombre que era miedo y teatralidad. Sesgó y no por eso su cabeza obtuvo un palmo de altitud. Se hizo agua de lluvia, terminado el campo comenzó el temporal. Como un intruso sin pasión que decir, se acercó a la ventana y sobre el cristal su aliento hizo el rosetón de una concha desprendida. Más allá los caballos se hundían lentamente, negaban su habilidad, la salvación de alguien. El cuerpo de un joven hincaba en los mejores caballos de la región, casi invisible, un fantasma alborotando al animal. Volví a ver la mancha salina de la concha más blanca y cortante que nunca: aquel rostro me hablaba del cuerpo joven que iría hacia el dolor. Dejó de llover, adentro seguía la risa y el canto, la hoguera y el alimento. Volveré a ser la esposa enferma del intruso.

Biografía
Alessandra Molina nació en La Habana en 1968. Poeta y editora. Ha publicado As de triunfo, 2000, en la Colección Manjuarí de la UNEAC.



sábado, 26 de noviembre de 2016

Christina Rossetti - La Canción de la Novia

Imagen de Flor Garduño
Christina Rossetti, nos habla de la muerte de una mujer, de su soledad, de la imposibilidad del amor y de una vida plena.

Canción de la Novia.

¡Oh, es tarde para el amor, tarde para la alegría,
Tarde, demasiado tarde!
Has vagado en el camino por mucho tiempo,
Has dudado frente a la puerta:
La encantada paloma sobre la rama
Murió sin un compañero;
La encantada princesa en su torre
Durmió detrás de las rejas;
Su corazón se encogía de pesar
Mientras tu la obligabas a esperar.

Hace diez años, hace cinco años,
Un año atrás,
Incluso entonces habrías llegado a tiempo,
Aunque parco y lento;
Hubieses visto su rostro viviendo,
El que ya no podrás contemplar:
La fuente congelada podría borbotear
Los brotes continuados y soplar,
El cálido viento del sur podría despertar
Para derretir la nieve.

¿Es ella hermosa ahora que yace?
En un tiempo lo fue;
Una reina para cualquier rey,
Con polvos dorados sobre el cabello,
Ahora son amapolas en sus rizos,
Blancas amapolas ha de llevar;
Un velo sobre el rostro ha de llevar
Junto a su anhelada tumba:
¿O es el hambre saciado lentamente
Quién suelta las amarras del cuidado?

Nunca la vimos sonreír,
O con el ceño arrugado;
Su lecho nunca le pareció suave
Aunque se sacuda debajo;
Nunca atendió sus ropas,
Mortajas, vestidos, o coronas;
Pensamos que su frente blanca sufría
Bajo el peso de su joyas,
Antes de que el cabello plateado asomara
En el campo perdido de los castaños.

Nunca la escuchamos hablar con premura,
Sus tonos eran dulces,
Y modulando sin luces,
Apenas lo necesario:
Su corazón se sentó silencioso entre el ruido
Y las mareas de la calle.
No había prisa en sus manos,
Ninguna prisa en sus pies;
No había ninguna dicha cercana
Que ella no se detuviese a saludar.

Debías haberla llorado ayer,
Llorado sobre su cama desierta:
¿Pues dónde habrás de llorar hoy
Si está muerta?
Los que la amamos no lloramos hoy,
Pero coronamos su cabeza real.
Deja estas amapolas que esparcimos;
Tus rosas son demasiado rojas:
Deja que estas amapolas, no para ti,
Crezcan y se extiendan.

Traducción: El Espejo Gótico

The Bride Song

Too late for love, too late for joy,
Too late, too late!
You loitered on the road too long,
You trifled at the gate:
The enchanted dove upon her branch
Died without a mate;
The enchanted princess in her tower
Slept, died, behind the grate;
Her heart was starving all this while
You made it wait.

Ten years ago, five years ago,
One year ago,
Even then you had arrived in time,
Though somewhat slow;
Then you had known her living face
Which now you cannot know:
The frozen fountain would have leaped,
The buds gone on to blow,
The warm south wind would have awaked
To melt the snow.

Is she fair now as she lies?
Once she was fair;
Meet queen for any kingly king,
With gold-dust on her hair,
Now these are poppies in her locks,
White poppies she must wear;
Must wear a veil to shroud her face
And the want graven there:
Or is the hunger fed at length,
Cast off the care?

We never saw her with a smile
Or with a frown;
Her bed seemed never soft to her,
Though tossed of down;
She little heeded what she wore,
Kirtle, or wreath, or gown;
We think her white brows often ached
Beneath her crown,
Till silvery hairs showed in her locks
That used to be so brown.

We never heard her speak in haste;
Her tones were sweet,
And modulated just so much
As it was meet:
Her heart sat silent through the noise
And concourse of the street.
There was no hurry in her hands,
No hurry in her feet;
There was no bliss drew nigh to her,
That she might run to greet.

You should have wept her yesterday,
Wasting upon her bed:
But wherefore should you weep today
That she is dead?
Lo we who love weep not today,
But crown her royal head.
Let be these poppies that we strew,
Your roses are too red:
Let be these poppies, not for you
Cut down and spread.

Christina Rossetti (1830-1894)
Fuente y traducción: El Espejo Gótico


miércoles, 16 de noviembre de 2016

Tanía Carrera - poemas

Imagen de Cole Thompson
Oración

                      

Déjame habitarte nuevamente.

Levanta los brazos hacia el cielo,

Árbol,

cárgame en los hombros

como un padre joven.





 Imagen de Tina Modotti



Galápagos



I

Piqueros

El bosque es un cardumen

casi inmóvil.

Sus danzas son apenas perceptibles.

Lo miro desde arriba,

yo también soy un cardumen,

en los aires.

Quiero adentrarme velozmente,

empaparme de follaje.

Quiero alimentarme

de toda la resignación que lo circula.









II

Albatros

¿Será que el amor

no se da en las ramas,

sino en el vuelo?

¿Será que es una playa misteriosa
en donde las raíces

nunca son

un estandarte de fertilidad?





 Imagen de Catrin Welz-Stein

  
Horizonte



I

Inmóvil sobre la rama,

una urraca se incendia

en el atardecer.

La miro desde lejos

y le doy la espalda al sol.

Ella no sabe que en sus plumas

se quema todo lo que busca.

Su ambición le lame el cuerpo,

y ella se va despintando

conforme acaba la tarde.









II

Sólo la intuición delinea su figura.

Tal vez lo que miro sean:

sus garras como ganchos

en la rama,

o su rostro de carbón,

tal vez los ojos que nacen en la noche.

No lo sé. Y sé

que pronto será una ráfaga de oscuridad,

el murciélago

hará temblar la rama.



Biografía

Tanía Carrera (Ciudad de México, 1988). En 2006 obtuvo el apoyo para jóvenes creadores del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos. Actualmente es becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Tiffany Atkinson - Tres poemas


Imagen de Peony Yip

El hombre cuya mano izquierda
pensaba que era un pollo

hizo algunas cosas notablemente bien, como

cazar moscas y encontrar aros perdidos

o lentes de contacto. Otras –hacer omelettes

digamos– aprendió a hacerlas con la mano izquierda

hundida en un bolsillo con maíz. Meros detalles

si tu brazo se hace el pollo desde el codo para abajo.

A veces, seguro, puro gallo: levantado mucho antes

que él, especialmente si su esposa estaba en la ciudad,

a mano de gallo lo conocían por provocar a desconocidos en el pub

o por cogerse objetos blandos. Comprar fruta con mano de gallo

no era broma. Pero también estaba mano de gallina,

que buscaba calor, llena de leves compulsiones. Este pájaro

sabía una o dos cosas de los frutos secretos de

la piel de su amante, del desierto de su espalda. Y

descubría las bellota que crecía en su pecho, y le revoloteaba

por las mejillas hasta que ella se dormía. Luego solo para

los niños, la loca mano de gallina de veo-veo

quién-es. Y aun así. Decir que el juego del sol a través de

sus dedos formaba la cresta más brillante, decir que

cruzaba la ruta más seguido de lo necesario, decir

que solo manejaba con cambios automáticos, que nunca fue ascendido

y que lo fotografiaron más de lo que le gustaba, decir

que casi se saca el ojo unas cien veces

no es decir que el hombre no se las arreglara solo. No. Era

una bandada de tangentes y sorpresas. Y sin

él hemos perdido toda memoria, toda posibilidad de volar.

Traducción de Inés Garland


The Man Whose Left Hand
Thought It Was a Chicken

did some things remarkably well, like
catching flies and finding dropped earrings
or contact lenses. Others –making omelettes
say– he learned to perform with his left hand
deep in a pocketful of seed. Mere incidentals
if your arm does chicken from the elbow down.
At times, for sure, sheer cock: up well before
he was, especially if his woman was in town,
cock-hand was known to arc at strangers in the pub
or jump soft objects. Shopping for fruit with cock-
hand was no joke. But there was hen-hand too,
heat-seeking, full of mild compulsions. These birds
knew a thing or two about the secret berries of
his lover’s flesh, the dust-bowl of her back. And
rumbled the acorn growing in her breast, and fluttered
at her cheekbones till she slept. Then for the kids
alone, the crazy bantam-hand of knock-knocks,
now-you-see-its. Still. To say the sun’s play through
his fingers made the brightest comb, to say he
crossed the road more often than required, to say
he only ever drove an automatic, never got promoted
and was photographed more often than he liked, to
say he almost had his own eye out a hundred times
is not to say the man was not his own man. No. He
was a flock of tangents and surprises. And without
him we have lost all memory, all possibility of flight.



Imagen de Dominique Fortin

Sobre llorar

sin que sea tristeza exactamente,

que como tú sabes tiene gruesa

insondable piel como cualquier mamífero

y que permanece, sobre todo, cerca de donde lo dejaste;

mientras que las lágrimas en sí son anfibias,

volubles, lunares, pura espuma,

los ojos llorosos vuelcan doblemente el plato.

Es decir, y completar los habituales formularios, etc.

estoy inundada, y con tal exhibición de básculas

e iridiscencia. No preguntes –uno podría

pesar también el arcoíris –y además,

no lo sé. No obstante

te entrego esta cosa que desborda,

mi dios, a nuestra edad, este cuenco de barro

con minerales y todas nuestras aguas en común.

De esto estamos hechos en verdad. Bebe.


Traducción de Silvia Camerotto


Tiffany Atkinson de "So many moving parts" (2014)





La rabdomante,
traducciones de Inés Garland y Silvia Camerroto,
CONACULTA-Cooperativa La Joplin,
Ciudad de México, 2015



  
On crying

being not sadness exactly,
which as you know has slow,
deep flesh like any large mammal
and mostly lies close where you left it;
while tears in themselves are amphibious,
fickle, lunar, flash-in-the-pan,
the watery double upsetting the dish.
To wit, and filling out the usual forms, etc
I am awash, and such a show of scales
and iridescence. Don’t ask – one might
just as well weigh rainbow – and besides,
I don’t know. Nonetheless
I hold the brimming thing to you,
good grief, at our age, this clay bowl
of minerals and all our common waters.
This is what we’re really made of. Drink.


Imagen de Hengki Koentjoro

Chico con paraguas rojo 

y ustedes dos inclinados

contra de esa luz. Tu reposera

moviéndose en un círculo de zapatos: ellos

te abandonaron en tu antesala de sombra,

tu hermana con sus cosas de nena, acomoda su snorkel

en silencio, tus terribles padres

de la mano. Según la longitud de tus extremidades

no eres más un hombre que una orquídea.

Más allá de ti los cruceros pasan a toda velocidad y

se detienen, el verde mar se espesa y brilla,

las mujeres se aceitan y se desparraman.

Todavía no ha ocurrido nada. Tal vez

nada ocurrirá. Tú observas anonadado las colinas

con una palma apoyada sobre la arena, como si

la tierra pudiera elevar su latido para decir

que está llegando, sí, ahora, sea lo que sea.


Traducción de Silvia Camerotto


Tiffany Atkinson (Berlín, 1972), "So many moving parts" (2014), La rabdomante, traducciones de Inés Garland y Silvia Camerroto, CONACULTA-Cooperativa La Joplin, Ciudad de México, 2015



Boy with Red Umbrella

and both of you askew
against such light. Your sunbed
drifts in a hoop of shoes: they’ve
left you to your anteroom of shade,
your rose-pink sister fitting her snorkelmask
dumbly, your terrible parents
hand in hand. For the length of your limbs
you’re no more a man than an orchid.
Beyond you the pleasure boats zip and
stall, the green sea thickens and glitters,
women oil and spread themselves.
Nothing has happened yet. Nothing may
ever. You gaze out stunned at the hills
with one palm pressed to the sand, as if
the earth might raise its pulse to say
it’s coming, yes, it’s now, whatever it is.


Biografía

Tiffany Atkinson es profesora de Literatura Inglesa en la Universidad de Aberystwyth, en Gales, donde vive desde 1993. En 200 ganó el concurso nacional de poesía de Ottakar and Faber y en 2001 el Cardiff Academy International. Sus poemas se publicaron en diarios y antologías y su primer volumen de poesía reunida, Kink and Particle (2006) recibió la recomendación de la Poetry Book Society y ganó el premio Jerwood Aldeburgh First Collection Prize. Su segundo libro, Catulla et al, fue publicado por Bloodaxe en 2011 e ingresó en la lista de finalistas del libro del año 2012 de Gales. Realiza con regularidad lecturas y talleres en el Reino Unido y en el extranjero; es editora de poesía de The New Welsh Review.