Alessandra Molina, en su poema "As de Triunfo", nos habla
de las búsquedas interiores. La inevitable búsqueda de respuestas a través de la ciencia y de las letras, además de la inquebrantable experiencia vital del ser. Aunque toda búsqueda resulta inútil y el ser permanece insaciable. La sociedad de consumo está presente con su técnica
científica, el ser obnubilado tan solo cuenta sus adquisiciones, convirtiéndose así, en un inútil buscador de triunfos.
Je reviendrai avec des
membres de fer, la
peau sombre, I´ oeil furieux:
sur mon
masque, on me jugera d´une
race forte.
J´aurai de I´or.
Rimbaud
No vas a decir una palabra
inteligible
o vas a decirla
de modo que se retorcerá la
antigua serpiente
que busca y lame su cola con
deseos insaciables.
Ni álgebra ni filosofía
calmarán las palpitaciones de tu
corazón;
opio ni barcos aliviarán la
premura
por hacerte una persona
confiable.
Nada. Todo será inútil.
El barco acogerá tus manos
pero serán devueltas tus
lánguidas
que no podrán sostener unas
monedas.
Robarás a los desconocidos
cuando hayas robado lo más fácil,
los hurtos a la madre.
Adentro te tragará la hiedra de
los muros,
lejos tropezarás con la flora
silvestre,
y aún, ni álgebra ni filosofía
calmarán las palpitaciones de tu
corazón.
¡Historias increíbles, los
sintagmas tiranos!
Confesarás con un instrumentos de
pasión
y lástima
ante la pupila más vigilante,
envilecida para siempre.
Fingirás el suicidio. La cólera y
la alegría
porque tendrás suicidios, cóleras
y alegrías.
Al mediodía dormirás la noche
y durante la noche te preguntarás
quién soy,
quién soy.
Cuál nombre darás a tus trabajos
si habrás llegado a ellos por la
expulsión del arte
y del arte no gozarás una figura
más que la serpiente
cuando se haya tragado
su muchas veces retorcida cola.
El alga y la fiebre,
la vigilia y la tierra,
la danza virtual y el
contrabando...
Vagarás
por una belleza sin palabras
pero nada habrá calmado las
palpitaciones
de tu corazón.
Lo digo yo,
Sentada sobre un contén ante el
vano de una
puerta
en una calle donde los autos
modernos
se ensamblan milagrosamente a la
arquitectura
corroída
demasiado estrecha.
¡A tal punto ha llegado la
previsión científica
del comercio!
Las piernas inmóviles por el
comercio,
yo, nombrada la idiota, casi
siempre ignorada,
que cuento una, dos, tres,
cuatro mil bolsas de nailon
transparente
sin reliquias ni souvenirs,
llenas del aire llena de cada una
entre las otras.
Vientre
de nailon que soy
y que ha parido al buscador de
triunfos.
Teatralidad
Recuerdo
de esa historia la vieja cabeza de un hombre que era miedo y teatralidad. Sesgó
y no por eso su cabeza obtuvo un palmo de altitud. Se hizo agua de lluvia,
terminado el campo comenzó el temporal. Como un intruso sin pasión que decir,
se acercó a la ventana y sobre el cristal su aliento hizo el rosetón de una
concha desprendida. Más allá los caballos se hundían lentamente, negaban su
habilidad, la salvación de alguien. El cuerpo de un joven hincaba en los
mejores caballos de la región, casi invisible, un fantasma alborotando al
animal. Volví a ver la mancha salina de la concha más blanca y cortante que
nunca: aquel rostro me hablaba del cuerpo joven que iría hacia el dolor. Dejó
de llover, adentro seguía la risa y el canto, la hoguera y el alimento. Volveré a ser la esposa enferma del intruso.
Biografía
Alessandra
Molina nació en La Habana en 1968. Poeta y editora. Ha publicado As de triunfo,
2000, en la Colección Manjuarí de la UNEAC.
Fuente: Festival de poesía de Medellín