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sábado, 29 de abril de 2017

Svetlana Alexievich - El primer miedo...

Imagen de Shapovalov
El primer miedo…
De: Svetlana Alexievich 

El primer miedo cayó del cielo. Vino flotando con el agua. En cambio, alguna gente, y fue mucha, estaba tranquila como una roca. ¡Se lo juro por la Cruz! Los hombres mayores se ponían a beber y decían: «Llegamos a Berlín y vencimos». Y lo decían como quien lo graba en la pared. ¡Vencedores! ¡Con sus medallas!

  El primer miedo fue… Por la mañana en el huerto encontramos los topos asfixiados. ¿Quién los asfixió? Por lo común no salen a la luz de debajo de la tierra. Alguien los echó de allí. ¡Se lo juro por la Cruz!

  El hijo me llama de Gómel:

  —¿Los escarabajos vuelan?

  —No hay escarabajos. Ni se ven por parte alguna larvas. Se han escondido.

  —¿Y lombrices?

  —Cualquier lombriz que encuentres es un manjar para las gallinas. Pero tampoco las hay.

  —Esa es la primera señal: donde no se ven ni escarabajos ni lombrices, es que allí es alta la radiación.

—¿Qué es eso de la radiación?

  —Mamá, es una especie de muerte. Convenza a papá para que se vayan. Vivirán con nosotros.

  —Pero si no hemos plantado la huerta.

  Si todos fueran listos, ¿quién haría de tonto? Que arde, pues que arda. Los incendios son algo temporal; nadie los temía entonces. No conocían el átomo. ¡Se lo juro por la Cruz! Y eso que vivíamos pegados a la central nuclear; a 30 kilómetros en línea recta y 40 si vas por carretera. Y contentos que estábamos. Te compras un billete y te vas para allá. Pues se abastecían allí como en Moscú. Salchichas baratas y carne siempre en las tiendas. La que quieras. ¡Buenos tiempos aquellos!

  Pero ahora solo queda el miedo. Cuentan que las ranas y las moscas se quedarán, pero los hombres, no. La vida se quedará sin los hombres. Cuentan cuentos y más cuentos. ¡Y al que le gusten es un bobo! Pero no hay cuento sin parte de verdad. Es una vieja canción.

  Pongo la radio. Y no paran de asustarnos con lo de la radiación. En cambio, nosotros vivimos mejor con la radiación. ¡Se lo juro por la Cruz! Mira tú misma: nos han traído naranjas, tres tipos de salchichas, lo que quieras. ¡Y eso en el pueblo! Mis nietos han recorrido medio mundo. La nieta menor regresó de Francia; eso es ese sitio desde donde nos vino a invadir Napoleón. ¡Abuela, he visto piñas americanas! Al segundo nieto, hermano de la otra, se lo llevaron a Berlín para curarlo. Allí, de donde Hitler nos vino a invadir. En tanques.

  Ahora es un nuevo mundo. Todo es distinto. ¿Será culpa de la radiación o de qué? ¿Y cómo es? Puede que se la hayan enseñado en el cine. ¿Usted la ha visto? ¿Es blanca o cómo? ¿De qué color? Unos dicen que no tiene ni color ni olor; otros, en cambio, que es negra. ¡Como la tierra! Aunque si no tiene color, es como Dios: Dios está en todas partes y nadie lo ve. ¡Nos quieren asustar! Y, en cambio, las manzanas cuelgan del árbol y las hojas también, igual que la patata crece en el campo.

  Yo creo que no ha habido ningún Chernóbil; que se lo han inventado. Engañan a la gente. Mi hermana y su marido se marcharon. No lejos de aquí, a unos veinte kilómetros. Vivieron allí dos meses y, un día, viene corriendo una vecina y les dice:

  —La radiación de vuestra vaca se ha pasado a la mía. La vaca se cae.

  —¿Y cómo es que se ha pasado?

—Pues porque vuela por el aire, como el polvo. Y se pasa volando.

  ¡Cuentos! Cuentos y más cuentos.

  En cambio esto que le cuento yo es verdad. Mi abuelo tenía abejas; cinco colmenas tenía. Pues bien, las abejas se pasaron tres días sin salir; ni una. Allí se quedaron, dentro de la colmena. Aguardando. El abuelo que va de aquí para allá por el patio: ¿qué peste será esta? ¿Qué peste negra? Algo ha pasado en la naturaleza. Porque resulta que su sistema, como nos explicó al cabo de un tiempo un vecino que es maestro, es mejor que el nuestro; son más listas, porque enseguida se lo olieron. La radio y los periódicos aún no decían nada, y en cambio las abejas ya lo sabían. Solo al cuarto día salieron a volar.

  Y las avispas. Había unas avispas, un avispero junto al zaguán, nadie las molestaba, y aquel día por la mañana desaparecieron. No se las vio ni vivas ni muertas. Y regresaron a los seis días. Eso es cosa de la radiación.

  La radiación espanta a los hombres y también a los animales del bosque. Y a los pájaros. Hasta el árbol la teme, lo que pasa es que está callado. No te dirá nada. En cambio, los escarabajos de Colorado siguen como estaban, comiéndose la patata, zampándose hasta la última hoja, pues están hechos al veneno. Como nosotros.

  Pero a veces pienso: en cada casa hay algún muerto. Allí en otra calle, al otro lado del río. Todas las mujeres se han quedado ahora sin hombres; los hombres han muerto. En nuestra calle vive mi abuelo, y por allá hay otro. Dios se lleva antes a los hombres. ¿Por qué razón?, me pregunto. Nadie nos lo traduce en palabras. Aunque, también, si una se pone a pensar: de quedarse solo los hombres, tampoco sería bueno.

  Y beben, hija mía, beben. De tristeza, beben. Porque, ¿quién quiere morir? Cuando alguien muere, ¡sientes una tristeza! Y no encuentras consuelo. Ni nadie ni nada te pueden consolar. Beben y charlan. Se devanan los sesos. Beben, ríen y ¡zas!, otro que se ha ido.

  Todos sueñan con una muerte llevadera. Pero ¿cómo merecerla?

  Solo el alma vive, hija mía.

  Nuestras mujeres, cariño, están todas vacías; cuente usted que a una de cada tres le han cortado lo que tiene de mujer. Tanto si es joven como si es vieja. No todas han llegado a parir. En cuanto lo pienso… Y todo ha pasado en un suspiro.

  ¿Y qué más le puedo añadir? Hay que vivir. Y no hay más.

Porque, mire usted… Antes, nosotros mismos batíamos la mantequilla, la flor de la leche; hacíamos el requesón y el queso. Cocíamos nuestro engrudo de leche. ¿Comen de eso en la ciudad? Cubres con agua la harina y la mezclas y te salen unos pedazos sueltos de masa; entonces, los echas en la cazuela con agua hirviendo. Lo pones todo al fuego lento y lo blanqueas con la leche. Así nos lo enseñó nuestra madre: «Aprendedlo también vosotros, hijos míos. Porque yo también lo aprendí de mi madre». Bebíamos jugo de abedul y de arce: beriózovik y klenóvik. Las judías verdes sin desgranar las cocíamos en la olla en el gran horno. Hacíamos jalea de bayas rojas. Y durante la guerra, recogíamos ortiga, armuelle y otras hierbas. Del hambre, se nos hinchaba el cuerpo, pero no nos moríamos. Recogíamos bayas en el bosque…, setas…

  Y ahora, ya ve qué vida; todo aquello se ha ido al traste. Y nosotros que nos creíamos que todo aquello era indestructible, que sería así para siempre. Que lo que hierve en la olla es eterno. Nunca me hubiera creído que todo cambiaría. Pero así son las cosas… La leche, prohibida; las legumbres, prohibidas. Nos prohíben las setas, las bayas… Nos han mandado que la carne hay que tenerla tres horas a remojo… Y a la patata, cambiarle el agua dos veces cuando la cueces… Pero medirte con Dios es inútil. Hay que vivir.

  Nos meten el miedo en el cuerpo de que nuestra agua no se puede beber. Pero ¿cómo se puede estar sin agua? Cada persona necesita su agua. No hay nada sin agua. El agua la encuentras hasta en las piedras. Y bien, ¿puede ser que el agua sea eterna? Toda la vida está hecha de ella. ¿Y a quién le vas a preguntar? Nadie te dice nada. Hasta a Dios le rezan, pero a él no le preguntan. ¡Porque hay que vivir!

  Ya ve, el grano ha crecido. Buena cosecha…

  ANNA PETROVNA BADÁYEVA,
  residente en la zona contaminada

Svetlana Alexievich - Monólogo acerca de las lombrices, el manjar de las gallinas y de que lo que hierve en la olla tampoco es eterno
En Voces de Chernóbil
Traducción: Ricardo San Vicente

Biografía
Svetlana Aleksándrovna Aleksiévich o Svetlana Alexándrovna; nació en Stanislav, Ucrania soviética, Unión Soviética, 31 de mayo de 1948. Escritora y periodista bielorrusa de lengua rusa, galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2015.
Obras
1985: La guerra no tiene rostro de mujer (У войны не женское лицо). Editorial Debate, 2015.
1985: Últimos testigos. Los niños de la Segunda Guerra Mundial (Последние свидетели (сто недетских рассказов)). Editorial Debate, 2016.
1990: Los muchachos de zinc. Voces soviéticas de la Guerra de Afganistán (Цинковые мальчики). Editorial Debate, 2016
1994: Fascinados por la muerte (Зачарованные смертью). No traducido al español.
1997: Voces de Chernóbil. Crónica del futuro (Чернобыльская молитва: Хроника будущего). Casiopea, 2002; Siglo XXI, 2006; Debolsillo, 2015; Debate, 2015
2013: El fin del Homo sovieticus (Время секонд хэнд). Acantilado, 2015. Traducción al español de Jorge Ferrer.
Adaptación teatral
La guerra no tiene rostro de mujer, estrenada en el Teatro de la Taganka (Moscú) en 1985.
Premios
Desde 1996 ha recibido numerosos premios internacionales, entre otros:
1996: Ryszard-Kapuściński, Polonia
1999: Premio Herder, Austria
2005: Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro, Estados Unidos
2013: Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán
2013: Premio Médicis de Ensayo, Francia
2015: Premio Nobel de Literatura, por 'su obra polifónica' que, de acuerdo con el jurado, es un monumento al valor y al sufrimiento en nuestro tiempo.

Fuente: Ignoria

Fuente Biografía:  Wikipedia


viernes, 28 de abril de 2017

Mery Yolanda Sánchez - Cuatro poemas

Imagen de Brooke Shaden

La carta

Puedo darte últimas noticias,

contarte cuántas curaciones

en la canción de la guerra.

Puedo mostrarte una luz fuerte

que cruza el mediodía de los muertos,

pero no puedo hablarte del último

vestido de las mariposas,


y de esta necesidad de verte.


***


Foto fija

Ayer la escena congelada

repetida y ampliada en esquinas de ciudad.

Hoy tienen instrumentos, cantan y bailan

un cara y sello en el asombro de los niños.



¿Quién detrás de esta familia

espera las monedas para permitirles

que cojan el paso hacia la vida?




¿Quién pone el precio a los pies de la mujer

que perdió los zapatos entre el arroz

al querer huir con una semilla

y ahora danza en calles sin tierra?




 ***


Canto de ciudades

Los niños

aprenden el sexo

en las patas del grillo mudo.


El obrero de asombros

hace la venia a la muñeca que cruza.


Lamentos en borrador

sobre el espejo de la plaza.


***

La frontera

Preguntan y no esperan las respuestas. Lloran en las calles, frente a las obras de arte lloran. Lloran de perfil ante las listas de los desaparecidos. Están aquí y allá. Después del horror pendulan un halo del abismo en diagonal a la razón. Ya no firman las crónicas ni registran sus pertenencias. Son de aire sus pasos y de salsa parece su vaivén.


De: Un día maíz (2010) de la colección Un libro por centavos de la Universidad Externado de Colombia

Biografía
Mery Yolanda Sánchez. Nació en el Guamo, Tolima - Colombia en 1956. Ha publicado los libros de poesía La ciudad que me habita (1989), Ritual para las noches (1997) y Dios sobra, estorba. Sus poemas, cuentos, comentarios literarios y reseñas de libros han aparecido en diferentes antologías y magazines del país, Venezuela, Brasil y México. Obtuvo mención de honor en el concurso El cuentista Inédito del Centro de Estudios Alejo Carpentier en 1987 y en 1994. Fue beneficiada con la Beca Nacional 1998 del Ministerio de Cultura por su proyecto Poesía en Escena (propuesta escénica para la presentación de lecturas de poesía que se realiza en Bogotá desde 1993). Ha orientado talleres de poesía para niños, jóvenes, población de internos en centros carcelarios y habitantes de la calle. Diseñó y ejecutó para el Comité de Derechos Humanos de la Personería de Bogotá el proyecto Puente Experimento Piloto (el teatro, la danza y la literatura como liberadores de la violencia intrafamiliar). Dirige la Asociación Libre para las Artes –Alartes–, entidad de gestión artística y cultural que realiza producción técnica y logística de eventos masivos y de sala.

Fuente: Otro Páramo


miércoles, 26 de abril de 2017

Rupi Kaur - Dos poemas

Poemas e ilustraciones de Rupi Kaur. La versión en español pertenece a Andrea Rivas.

*** 
no quiero tenerte

para llenar mis partes vacías

quiero estar llena conmigo

quiero estar tan completa

que pueda encender toda una ciudad

y luego

quiero tenerte

porque los dos juntos

podríamos

prenderle fuego



****


Para padres con hijas

cada vez que

dices a tu hija

que le gritas

porque la amas

la enseñas a confundir

rabia con bondad

lo cual parece una buena idea

hasta que ella crece y

confía en hombres que la lastiman

porque se parecen tanto

a ti


Biografía

Rupi kaur procede de India, reside en Toronto, Canadá y es autora del libro Honey and Milk (2014).  Escribe poesía en verso y prosa, además de ser artista visual; generalmente acompaña sus poemas de ilustraciones hechas por ella misma. Su obra es un fenómeno de las redes sociales, en 2015 publicó en Instagram una fotografía famosa por la censura que la red social realizó contra ella y cuyo tema fue la menstruación. Los temas más comunes de esta autora están relacionados con el feminismo, los traumas, el dolor, el amor y la discriminación. Su poesía sigue una estética visual, sintética y de ruptura. Las siguientes versiones son de Andrea Rivas.

lunes, 24 de abril de 2017

Yosano Akiko - poemas

imagen de Masao Yamamoto

La primavera es corta,
¿Quieres sentir la eternidad?,
 Le dije,
 Y, tomando sus manos,
las hundí entre mis poderosos pechos

 ***
imagen de Masao Yamamoto

Esa joven en sus veinte,
A través del peine
su cabellera negra
el orgullo de la primavera
¡tanta belleza!

 ***


imagen de Masao Yamamoto

La campana del templo
suena leve esta tarde…
¡Ven ahora y entona los sutras
en estas flores de melocotón
que se abren en mi pelo!

*** 
imagen de la red

Aquí y ahora
cuando me paro a recordar
mi pasión, me parece
que yo era como un ciego
que no teme la oscuridad.

 ***


Foto de Lola López cózar

Aunque suelto en el agua
mi largo pelo de cinco “shakus“,
mis sentimientos de mujer
permanecen secretos,
retenidos ...

 ***
 Foto de Flor Garduño

Dos estrellas en el cielo
susurros de amor
tras la cortina de la noche
mientras que abajo, ahora, las personas mienten
sus cabellos en suave desorden...

 ***
 imagen de Masao Yamamoto
Mañana, esta vez mañana
No estarás conmigo...
Me apoyé contra la puerta de la pensión, débil
Como oscurecerán las flores del ciruelo
Delante de mis ojos



Biografía
Akiko nace el 7 de diciembre de 1878 en Sakai, ciudad al sur de Osaka.
Yosano Akiko es una de las autoras más famosas de Japón, alabada por el uso innovador y controvertido de la forma clásica denominada tanka.
Durante su infancia y adolescencia se siente sola, poco amada por sus padres y encuentra en los libros su refugio. La magnífica biblioteca de la casa le proporciona el conocimiento y la compañía que tanto busca. Se empapa de la cultura clásica oriental y occidental, y disfruta especialmente leyendo Los Cuentos de Genji, que traduciría más tarde al japonés moderno. A los dieciséis años, lee Manyoshu, una colección de poesía japonesa antigua, hecho que influye profundamente en ella. Comienza a escribir tanka y se une a un grupo de poesía a la vez que publica sus poemas en la revista Yoshiahigusa consiguiendo poco a poco buena reputación como poetisa.
Una vez que se gradúa en la Escuela Secundaria de Sakai  se dedica durante un tiempo a ayudar en el negocio familiar, pero se aburre y se siente frustrada por no tener una vida intelectual estimulante.
A través de sus actividades literarias, Akiko conoce a  otros poetas como la pareja formada por Yamakawa Tomiko y Yosano Hiroshi, Tekkan. Akiko había admirado a Tekkan y lo respetaba desde hacía tiempo. Él era el editor de una revista recién creada, Myojo, y Akiko comienza a contribuir con él. En 1902 publica Midaregami (Pelo Revuelto) su primera colección de tanka. Contiene 399 poemas y logra gran resonancia en la época, ya que expresa de forma abierta la pasión y el deseo sexual de una mujer, utilizando términos como pelo, labios, piel, pechos…  rompiendo tabúes hasta el momento impensables.
Yosano murió de un derrame cerebral en 1942, a la edad de 63 años, dejando un legado de más de 75 libros, aproximadamente cinco mil tankas escritos a lo largo de su vida, varios ensayos, cuentos y una forma única de vivir la vida y la literatura. Casi un siglo después y en lugares totalmente diferentes, sentimos las mismas emociones que Akiko sintió allá en su Japón natal.
Su sepulcro está en el Tama Reien en las afueras de Tokio.

Fuente: Brotes de Haiku



domingo, 23 de abril de 2017

Victoria Aldunate Morales - Soy Sobreviviente

Imagen de Shapovalov

SOY SOBREVIVIENTE

Soy india, wuacha y loca
soy negra, gitana, judía y palestina
peruana, boliviana y migrante
soy mestiza, latina y blanca.
Soy sobreviviente.

Soy pobre, pobladora, trabajadora
cesante, ambulante y explotada.
Soy puta, vendo flores por las noches,
pido limosnas y canto en los micros.
Coso ajeno, lavo ajeno, limpio ajeno,
pero soy propia y rebelde.
Soy sobreviviente.

Soy niña, joven, adolescente y vieja.
He sido monja para no casarme,
me he matrimoniado para salir del yugo paterno
he abandonado a un hombre para no ser esclava
soy sobreviviente.

Soy okupa, activista, anarquista, pensadora, escritora...
y otras veces, me hago la tonta...
Soy terapeuta, comunicadora, monitora y autodidacta
soy ecologista, pacifista, animalista, vegetariana y vegana
y otras veces doy la guerra con uñas y con dientes
por que soy sobreviviente.

Soy lesbiana, maraca, amante de un hombre o de varios
amo, deseo, quiero y desespero...
Visto ceñido, corta la falda, escote abierto...
O no muestro nada
!No porque NO!
Y NO! porque NO es NO!
Tapada
para que no me vean
para que no me acosen
para que no me vendan y me compren
para que no vean quién de verdad soy
Aunque soy quien soy
y la que quiero ser, soy.
Estoy viva, lo confieso
soy sobreviviente.

No he ido de blanco, jamás
no me sienta, no es mi color
me invisibiliza, me absorbe, me devora
no he usado tacos altos, nunca
me caigo, me enaltecen, me enferman, me idiotizan
soy defectuosa, no me caso, no me embarco, no me someto
Soy madre, sola y sexual.
He abortado porque he querido
He parido porque me han obligado
He parido por deseo propio
He parido y he aprendido a amar
Vivo sola, a mí me tengo, conmigo me basto y no me sobro
Soy sobreviviente.

Amo la tierra, la luna, las bestias y a las diosas
soy bruja, divina, urbana, campesina, hippie y volada
Soy rockera, romántica, folclórica y popular
Soy roja, negra, rojinegra y sobretodo morada.
He sido golpeada, torturada, abusada y violada
He sido presa política, rea común y mujer maldita
Soy sobreviviente.

Soy perseguida, culpabilizada, juzgada,
condenada, burlada y calumniada
He sido quemada, odiada, temida y avistada.
He sido ignorada, negada obviada
y eliminada de la historia, de la ciencia y de la filosofía.
Pero soy sobreviviente.

He sido trastocada, distorsionada, olvidada, difuminada
se han cooptado mis palabras y mis símbolos
se han confundido mis ideas
se han experticiado mis pensamientos
se han psicologizado mis propuestas
se han vaciado mis consignas
se han aprovechado de mis luchas
pero, quiéranlo o no, feminista, radical y autónoma
porque soy sobreviviente.


Victoria Aldunate Morales
(Santiago, Chile, 1971)
ESCRITORA/TERAPEUTA/COMUNICADORA

Fuente: Emma Gunst
Sus artículos en: REBELIÓN
su blog: 
PUNTADA CON HILO



sábado, 22 de abril de 2017

Tilsa Otta - Tres poemas

Imagen de Antonio Mora


 El primer día de sol descubre mi piel

Luz irracional

Repite los días como un mantra

El amor es puro si permanece salvaje

Como el primer día de sol

Cuando veo tu cuerpo

Mi primer instinto es tocarlo

Sin importar lo demás luz

Irracional el primer instinto



 Foto mía

Cuando vuelas no puedes detenerte a pensar



Menos plástico en las botellas

Más fáciles de aplastar cuando te llenas de ira

En esos momentos puedes reciclarlo todo con tus propias manos

Suerte del mundo que puede contar contigo

Los anillos de Saturno le hacen a tus dedos

Eres todo poderoso cuando dices la verdad

Lxsdiosxs usan altavoces

Porque algunos se resisten a escuchar

Se beben el agua y ya no tienen por donde caminar

La cuarta dimensión del deseo

Reproduce el viento en tus gestos

Esta noche se estrella contra los autos

Los camiones de basura salen del cielo

Te digo que eres un rey porque tengo sentimientos encontrados en ti

Porque hay abismos iluminados en la promesa de verte

Partes de mí hasta que regresas

Almas en pena los días que nos separan

Pronto podrán descansar en paz y desvanecerse

El porvenir será un jardín de niños de flores de piedras

Las partículas de piel que cada día se desprenden del amor

Y en señales de humo ascienden

Ascienden

Poemas de amor

Posturas sexuales de los dioses

Coreografías que aprenden los planetas


Grafiti de la red

  
Creo que disparar un arma dejaría algo conmovido dentro de mí. Disparar al aire sería un crimen contra todo. El aire, un elemento tan preciado, tan precioso. Me parece hermoso el aire. Y dispararle a una persona ni se discuta. Los ojos cerrándose para siempre o abiertos de par en par. Todas las canciones que ponen son para bailar. Pienso que creer en la sangre dejaría algo conmovido dentro de mí. Huir por las alcantarillas también, y  descargar cajas de cartón en un servicio de mudanzas. Bailar ni se discuta. No me refiero a las flores. No me interesa ese tipo de morbo. La fotosíntesis. Reflexión interna total de una materia inorgánica.
  
Biografía
Tilsa Otta (Lima, 1982) Ha publicado los poemarios “Mi niña veneno en el jardín de las baladas del recuerdo” (2004),“Indivisible” (2007), “Antimateria” (2014, Ediciones Neutrinos, Argentina; 2015, Editorial Pesopluma, Lima) y el libro de cuentos “Un ejemplar extraño” (Solar, 2012).Forma parte de antologías, entre las que destacan 1.000 millones. Poesía en lengua española del siglo XXI (Argentina, 2014), 4M3R1C4 2.0 (México, 2012), “Me gustas tú. Adolescentes en la poesía peruana” (Perú, 2011), “Voces para Lilith” (Perú, 2011) y “Chicha. La nueva poesía peruana” (Argentina, 2005).