Páginas

domingo, 17 de febrero de 2019

Andrea Rivas, 3 poemas


Campo de Criptana (Imagen mía)

auto traiciones

esta lluvia no es más que una insoportable y fina niebla
estás caminando hacia mí
la fosca no me perfora los huesos
hay humo elevándose de tus labios:
Intento deslizarme dentro
pero tampoco yo logro ahogarme.

****

abro, en la oscuridad, los ojos, giras en la cama
tu espalda una ciudad con todas las luces encendidas
me pregunto dónde estaría mi hogar & suave señalo el sitio con el índice
tus omóplatos se hinchan mientras suspiras en sueños.
miro microscópicas puertas abrirme el paso.

********

el retrato de tu espalda
un tigre
estirar sus huesos al salir el sol
tras atravesar un inmenso río
en el momento exacto en que la luz
ocurre sobre sus omóplatos

Biografía
Andrea Rivas - Puebla, México, 1991. Poeta y traductora. Estudia una maestría en Literatura Hispanoamericana en la BUAP. Obtuvo la distinción Herminia Franco Espinosa por la mejor tesis de licenciatura en 2017. Segundo lugar del premio Filosofía y Letras de la BUAP. Ganadora del Premio 49 de la Revista Punto de Partida de la UNAM. Becaria Interfaz 2018. Fue nombrada Silver Poet por la Asociación de Escritores de China en el primer Premio Internacional de Micropoesía. Sus trabajos de traducción han aparecido en Círculo de Poesía, Valparaíso México y Editorial Planeta.



miércoles, 6 de febrero de 2019

Poesía de Sayaka Osaki


Imagen de Peony Yip
El planeta siguiente
Traducido por Eiko Minami y Ximena Sánchez Echenique

Como la Tierra se ha vuelto tan pobre
en la pantalla no pasa nada más que los caminos palidecidos y en las calles no se producen ya ni chispas
todos dicen que van a partir al planeta siguiente donde tal vez se pueda gozar de los olores
del polvo, del humo y del lodo tan añorados y de la savia de los árboles si uno tiene suerte
Al sentimiento con el que uno hace maletas lo llamaban esperanza en otros tiempos
desde que proliferaron solo esperanzas arriesgadas y se provocó una inflación de esperanzas
ya no usamos mucho la palabra
y en cambio todos hablan del planeta siguiente
Aunque todos hablan del planeta siguiente nadie está seguro
si se trata de un único y mismo planeta o si se trata de varios planetas lejanos
A decir verdad esa historia no importa quién la cuente como la palabra esperanza
sutilmente huele a mentira
Tal vez hubo aquí una ciudad grande en el pasado
el viento ha astillado todos los escombros en polvareda ahora es un campo de media luz
aquí nacen hierbas humildes y es tan seguro
pero parece que nadie se fija todavía en este lugar Pienso construir una casa aquí
Pronto se fijarán en eso sin falta
entonces dejarán de hablar del planeta siguiente y pensarán construir una casa aquí
El suelo se irá llenando poco a poco
pondrán muchos semáforos y muchos faroles añadirán nombres de cruces en el mapa
y aprobarán una ley tras otra
A pesar de todo habrá también cosas positivas tendré amigos
pasarán cosas pesadas y divertidas
Algún día moriré yo primero o morirá mi amigo
y el que quede se encargará de sentir una profunda tristeza Todo hombre muere algún día me habías dicho
lo que me reconfortó de alguna manera

El suelo está frío por ahora y no huele a nada
Aun así dormiré tranquila una noche más no en el planeta siguiente
sino en este

*******

Suihanki [arrocera eléctrica]

Traducido por Eiko Minami y Ximena Sánchez Echenique

Aunque debo haber tenido mi pintor favorito, se me olvidó
Aunque debo haber tenido mi canción favorita, se me olvidó
Sin poder hacer nada, me puse a cocer el arroz en el Suihanki aunque no me gustan esas malditas Suihankis
Nadie puede saber qué tiempo hacía el día de su nacimiento
Nadie puede hablar con quien murió el día de su nacimiento
Decidí creer en lo que alguien enseñó después
y salí en busca del papel de baño, que se me acabó

Mientras buscaba la manera de resistir, anochecía
Mientras ponía todos mis esfuerzos en sobrevivir, amanecía
Como no podía acordarme de qué iba a decir
tomé tu mano, ya que estabas respirando ante mis ojos
Las palabras que anotas en tu cuaderno de doble página y las del libro que me hizo llorar no son las mismas

Aunque te parezca extraño
me sentí tan feliz por eso que me puse a reír
Acerca del tiempo del día de tu nacimiento lo contaré como me dé la gana
Acerca de la persona que murió el día de tu nacimiento lo contaré con exageraciones y errores
Al principio me creerás enteramente y te sorprenderás y luego te decidirás por no tener buenas creederas
El hecho de que no me creas
me reconforta a mí, quien vive con el Suihanki
No perderé la calma aunque olvide mi cuadro favorito Tendré confianza en mi alma salvaje

Encima de la estera azul ponemos
las bolas de arroz y los productos cotidianos, traídos por cada uno y dices que es como el Hanamí
mientras vives tu vida

*****

Los que fabrican tinieblas
Traducido por Azusa Tanase y Ernesto Pérez Zúñiga


Esta persona reparaba tinieblas.
Reparar tinieblas es fácil y cualquiera puede hacerlo.
Mucha gente deseaba conseguir trabajo de reparación de tinieblas. Creo que yo también soñaba con conseguirlo.
Después pasó largo, muy largo tiempo.
Esta persona reparaba tinieblas.
Hizo un buen trabajo por aquel entonces
y su nombre se divulgó entre las personas relacionadas con la reparación. A mí también me enseñaron su nombre.
Pensé que quería verle algún día. Quise verle y tocar sus manos.
Conseguí un trabajo relacionado con la reparación. Esta persona reparaba tinieblas.
Las tareas relacionadas con la reparación eran diversas y yo trabajaba y trabajaba, todos los días, todo el día
hasta cansarme tanto que casi no pude levantarme al despertar las mañanas.
Sin embargo continué con mi trabajo relacionado con la reparación esperando tareas relacionadas con la reparación de tinieblas.
Pasaron muchos, muchísimos años.
Un día esta persona fue a morir acurrucadita en su taller de reparación de tinieblas.
Me enteré de eso en mi taller y lloré a gritos sin cesar.
Nunca le había visto.
Nunca le había mandado un email. Nunca me había dedicado a las tinieblas.
Me miraban furtivamente las personas relacionadas con la reparación. Al final, alguien dijo que ya podíamos irnos.
Dejé mi trabajo relacionado con la reparación.
Al día siguiente me llegó una postal que me encargaba
la reparación de una tiniebla.
Desde entonces empecé a reparar tinieblas. Fue un trabajo fácil y además apasionante.
Fue un trabajo que no quisiera enseñar a nadie.
Yo reparaba tinieblas estropeadas que había reparado esta persona. Ya hacía mucho tiempo que murió esta persona.
Un día yo fui a morir alargadita en mi taller de reparación.
Unas personas lloraban a voces para mí pero no oí ninguna de sus voces.
En cambio
al cabo de un rato apareció esta persona.
Me alargó su mano derecha con sonrisa pícara
para darme una herramienta que tenía una forma extraña. Nos estrechamos las manos rápidamente.
Y en seguida
nos fuimos derecho a nuestros respectivos talleres donde se fabricaban las tinieblas. 


Biografía

Sayaka Osaki (1982) / Kanagawa, Japón

Después de graduarse en literatura en la Universidad de Waseda, apareció en la revista Yuriika (Eureka) como una de las estrellas más nuevas y ascendentes del mundo poético japonés en 2011. Su segunda colección de poesía "Yubisasukotoga dekinai (Señalamiento Imposible)" fue otorgada 19º Premio Chuya-Nakahara en 2014. Las características de sus obras son conocidas por el uso de palabras ordinarias y la visión del mundo como un mito. En 2016 se publicó su primer libro para niños “Hola hoja, ¿dónde está tu casa?" También sigue produciendo una creación colaborativa diversa con otros artistas como bailarines, músicos, artistas contemporáneos y otros poetas. Recientemente fue invitado al festival internacional de poesía en Lituania (2015) y en Ecuador (2017).

Fuente: Revista El Humo 

viernes, 1 de febrero de 2019

Esther Ramón - Desfrío


Poemario de Esther Ramón
Desfrío de Esther Ramón, habla de una metamorfosis que no existe, es un itinerario de un pájaro varado que no pudo migrar, que se separa de su bandada para permanecer quieto en el frío, atento a sus crujidos, a sus reverberaciones, a los ensueños de la hibernación, y por fin al cese de la máquina de las imágenes...


-20

QUÉ pájaro y a quién
pertenece.
Dónde está el nido
de origen, el salto
derramado,
el mugido del aire
en estos huesos.
A qué altura subir
para caer en otra
forma.
Qué desobediencia
para no escuchar
los gritos de la
bandada,
para no migrar
y pastar la nieve,
y sentir sus copos
enterrando.
Ven, arranca estas
hierbas, estas plumas
de carne,
sin miedo en el salto
microscópico.
He guiado hasta aquí
al cortejo de moscas
y ahora escucho
las alas que se abren
dentro de la pulpa,
los conejos que roen
en su propio accidente.
Calzamos botas heladas,
por eso resbalamos.
Sabor ácido de la raíz.
Has comido, prisionero,
ya no puedes
regresar.



25º

No hay escalones
para subir al nido
de las piedras,
el camino se abre
en la sincronía veloz
de dos ardillas que salen
de los matojos,
en la hoja atravesada
por la zarza.

Escuchas. Y es señal:
un silbido de mirlo,
en el oído derecho
el eco de otra ave,
en las junturas
de un día de sol.

Se oyen golpes
de hachas
en la cumbre,
música de los vasos
rebosantes,
tocada por un dedo
humedecido.

De los dos tus piernas,
las ruinas conservadas
dentro de la boca
del viento,
el puente sobre un río
blanco y angosto,
robar deprisa los huevos,
antes de que despierte
la madre y nos aplaste.



15.000.000 º

HUNDIERON sus casas,
los trabajadores
de la mina de sal.
Se los llevan en un vagón,
los cubren con un lienzo
raído.

Al llegar despliegan
la enorme carpa
y se tienden.
Aves todas respirando
en la ladera,
ensayando el oxígeno
saturado del vuelo.
Aves pálidas que ahora
se elevan,
sin haber mascado aún
la semilla.

Acaricio sus cabezas
(algunos, ojos cerrados,
sonríen),
se enciende el
extractor:
un pico metálico
en incesante
movimiento.

Hay lagunas, monturas
repujadas para vuestros
caballos,
pulidas como el fuego,
contaré hasta tres,
cerraré los ojos,
los oídos,
esta boca roja de
alfileres
que no sabe dejar
de masticar.


Esther Ramón – Desfrío – Varasek ediciones Buccanneers - 2015

Biografía
Esther Ramón (Madrid, 1970) es poeta, crítica literaria, profesora de escritura creativa y doctora en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Madrid.
Ha publicado los poemarios Tundra (Igitur, 2002), Reses (Trea, Premio Ojo Crítico 2008), grisú (Trea, 2010, sales (Amargord, 2011) y Caza con hurones (Icaria, 2013). Es coordinadora de redacción de la revista Minerva, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y dirige el taller La flecha y lo blanco. Taller de poesía y otras artes en la Fundación Centro de Poesía José Hierro.