Poemario de Esther Ramón
Desfrío de Esther Ramón, habla de una metamorfosis que no existe, es un itinerario de un pájaro varado que no pudo migrar, que se separa de su bandada para permanecer quieto en el frío, atento a sus crujidos, a sus reverberaciones, a los ensueños de la hibernación, y por fin al cese de la máquina de las imágenes...
-20
QUÉ pájaro y a quién
pertenece.
Dónde está el nido
de origen, el salto
derramado,
el mugido del aire
en estos huesos.
A qué altura subir
para caer en otra
forma.
Qué desobediencia
para no escuchar
los gritos de la
bandada,
para no migrar
y pastar la nieve,
y sentir sus copos
enterrando.
Ven, arranca estas
hierbas, estas plumas
de carne,
sin miedo en el salto
microscópico.
He guiado hasta aquí
al cortejo de moscas
y ahora escucho
las alas que se abren
dentro de la pulpa,
los conejos que roen
en su propio accidente.
Calzamos botas heladas,
por eso resbalamos.
Sabor ácido de la raíz.
Has comido, prisionero,
ya no puedes
regresar.
25º
No hay escalones
para subir al nido
de las piedras,
el camino se abre
en la sincronía veloz
de dos ardillas que salen
de los matojos,
en la hoja atravesada
por la zarza.
Escuchas. Y es señal:
un silbido de mirlo,
en el oído derecho
el eco de otra ave,
en las junturas
de un día de sol.
Se oyen golpes
de hachas
en la cumbre,
música de los vasos
rebosantes,
tocada por un dedo
humedecido.
De los dos tus piernas,
las ruinas conservadas
dentro de la boca
del viento,
el puente sobre un río
blanco y angosto,
robar deprisa los huevos,
antes de que despierte
la madre y nos aplaste.
15.000.000
º
HUNDIERON sus casas,
los trabajadores
de la mina de sal.
Se los llevan en un vagón,
los cubren con un lienzo
raído.
Al llegar despliegan
la enorme carpa
y se tienden.
Aves todas respirando
en la ladera,
ensayando el oxígeno
saturado del vuelo.
Aves pálidas que ahora
se elevan,
sin haber mascado aún
la semilla.
Acaricio sus cabezas
(algunos, ojos cerrados,
sonríen),
se enciende el
extractor:
un pico metálico
en incesante
movimiento.
Hay lagunas, monturas
repujadas para vuestros
caballos,
pulidas como el fuego,
contaré hasta tres,
cerraré los ojos,
los oídos,
esta boca roja de
alfileres
que no sabe dejar
de masticar.
Esther Ramón – Desfrío – Varasek ediciones
Buccanneers - 2015
Biografía
Esther Ramón (Madrid,
1970) es poeta, crítica literaria, profesora de escritura creativa y doctora en
Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de
Madrid.
Ha publicado los poemarios Tundra
(Igitur, 2002), Reses (Trea, Premio Ojo Crítico 2008), grisú (Trea,
2010, sales (Amargord, 2011) y Caza con hurones (Icaria, 2013).
Es coordinadora de redacción de la revista Minerva, en el Círculo de Bellas
Artes de Madrid, y dirige el taller La flecha y lo blanco. Taller de poesía
y otras artes en la Fundación Centro de Poesía José Hierro.
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