foto mía - en Madeira
Poema de Mar
Benegas
Hablo
con las ramas y con los vértices blancos de las nubes.
Hablo con esta luz, tan dorada y triste, que cae desplomándose, como si todo lo ajeno guardase en ella sus secretos.
Hablo con el pájaro, que con su bello trajinar de trinos desnuda la constelación de lo celeste.
Hablo con la hormiga, que se afana en recorrer el camino y acaricia el aire con su negrura, como una palabra atorada justo antes de nacer de la boca de una niña.
Hablo con el tronco, y el escarabajo me responde con su caparazón brillante, pulido de rocío, dice cosas lentas y habla de la paciencia intacta que cultivó muy despacio, mientras recorría los túneles de la madera muerta.
Hablo con lo que no existe, con los sueños que traje pegados todavía tras los párpados, como una noche con sus puertas siempre de par en par.
Hablo a tientas y en silencio, como si el agua pudiera tocar estas palabras, como si los confines de todo fueran transparentes y no hubiera paredes, ni tubos, ni hospitales con relojes gigantescos aplastando cada cama.
Y me responde la suave belleza de la cala, blanca y sola. Tan desnuda, tan erguida y amorosa. Con esa tenacidad imperturbable que mantiene, siempre en pie, a la esperanza.
:::
Palabras para un encierro.
Hablo con esta luz, tan dorada y triste, que cae desplomándose, como si todo lo ajeno guardase en ella sus secretos.
Hablo con el pájaro, que con su bello trajinar de trinos desnuda la constelación de lo celeste.
Hablo con la hormiga, que se afana en recorrer el camino y acaricia el aire con su negrura, como una palabra atorada justo antes de nacer de la boca de una niña.
Hablo con el tronco, y el escarabajo me responde con su caparazón brillante, pulido de rocío, dice cosas lentas y habla de la paciencia intacta que cultivó muy despacio, mientras recorría los túneles de la madera muerta.
Hablo con lo que no existe, con los sueños que traje pegados todavía tras los párpados, como una noche con sus puertas siempre de par en par.
Hablo a tientas y en silencio, como si el agua pudiera tocar estas palabras, como si los confines de todo fueran transparentes y no hubiera paredes, ni tubos, ni hospitales con relojes gigantescos aplastando cada cama.
Y me responde la suave belleza de la cala, blanca y sola. Tan desnuda, tan erguida y amorosa. Con esa tenacidad imperturbable que mantiene, siempre en pie, a la esperanza.
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Palabras para un encierro.
Biografía
Nacida
en Valencia en
1975. Es poeta y escritora de libros infantiles y de adultos. Formadora y
conferenciante especializada en poesía, animación a la lectura y creatividad.
Su trabajo relacionado con la lectura, escritura, creatividad y poesía, se
dirige a personas adultas y a público infantil. Realiza cursos y conferencias
en España y en otros países. Ha trabajado en escuelas, centros de profesorado e
innovación pedagógica, colegios oficiales y asociaciones profesionales de bibliotecarios, universidades,
fundaciones y otras instituciones. Colaboradora de diferentes iniciativas y
espacios de creación cultural vinculados a la lectura y
la poesía,
durante 6 años coordinó las visitas escolares de la Biblioteca Provincial de
Valencia. Actualmente es directora de las Jornadas de Animación a la Lectura,
Escritura y Observación (JALEO), que dirige para la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo de Valencia, en colaboración con otras instituciones.
Creó, en 2013, El sitio de
las palabras, junto a Jesús Ge, desde donde ofrecen formación virtual y
presencial. Y colaboran estrechamente con diferentes instituciones para poner
en marcha proyectos de animación a la lectura, como el Plan CLIC (plan piloto
de clubes de lectura infantiles para las bibliotecas de la Comunidad
Valenciana), o el boletín de recomendaciones literarias L'Oroneta, en
colaboración con la Direcció General de Cultura i Patrimoni de la GVA.
Sus
libros han sido publicados (y traducidos) en China, Brasil, Corea, Italia o
Francia.
Fuente del poema: Facebook de Mar Benegas
Fuente: Biografía Mar Benegas
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