Foto mía
A la imaginación
Cuando agotados de la extensa
jornada,
y del terrenal cambio del dolor
por el dolor,
perdida, dispuesta a la
desesperación,
tu cálida voz me convoca de
nuevo;
mi sincero amigo, nunca estoy
sola
si tu presencia y ese tono me
acompañan.
Sin esperanzas descansa el mundo
sin tí,
el mundo sin este doble de mí;
tu mundo de astucias, odios y
duda,
de frías sospechas sin lugar,
donde tú, yo y la Libertad
disfrutan una soberanía muda.
Lo que importa es que todo
alrededor,
peligro, angustia y oscuridad,
no rompen las cadenas de nuestra
soledad
donde habita el cielo en su
esplendor,
alimentado por diez mil rayos
eternos
de soles que no han conocido el
invierno.
La Razón sin dudas habrá de
objetar
por la triste realidad de la
naturaleza,
explicando que el sufrimiento del
corazón es vano,
y que sus preciados sueños deben
perecer;
la Verdad con rudeza busca asolar
las flores de la fantasía que
tímidas asoman.
Pero tú siempre serás el que trae
las cerradas visiones que
retornan,
el aliento de nuevas glorias
caídas en primavera,
llamando a la vida de la muerte,
susurrando con la divina voz
de un mundo real y brillante como
tú.
No confío en la dicha de tu
fantasma,
pero en las horas quietas de la
noche,
con un incesante agradecimiento
te doy la bienvenida, bendito
aliento,
fiel asistente de los humanos
deseos,
la más brillante esperanza
allí donde la esperanza muere.
***
Ven, camina conmigo
Ven, camina conmigo,
sólo tú has bendecido alma
inmortal.
Solíamos amar la noche invernal,
vagar por la nieve sin testigos.
¿Volveremos a esos viejos
placeres?
Las nubes oscuras se precipitan
ensombreciendo las montañas
igual que hace muchos años,
hasta morir sobre el salvaje
horizonte
en gigantescos bloques apilados;
mientras la luz de la luna se
apresura
como una sonrisa furtiva,
nocturna.
Ven, camina conmigo;
no hace mucho existíamos
pero la Muerte ha robado nuestra
compañía
-Como el amanecer se roba el
rocío-.
Una a una llevó las gotas al
vacío
hasta que sólo quedaron dos;
pero aún destellan mis
sentimientos
pues en ti permanecen fijos.
No reclames mi presencia,
¿puede el amor humano ser tan
verdadero?
¿puede la flor de la amistad
morir primero
y revivir luego de muchos años?
No, aunque con lágrimas sean
bañados,
los túmulos cubren su tallo,
la savia vital se ha desvanecido
y el verde ya no volverá.
Más seguro que el horror final,
inevitable como las estancias
subterráneas
donde habitan los muertos y sus
razones,
el tiempo, implacable, separa
todos los corazones.
***
Recuerdo
Frío en la tierra, y la nieve
apilada sobre ti,
lejos, muy lejos, el frío en la
tumba triste.
¿Me he olvidado de amarte, mi
único amor,
cortada al fin por la implacable
ruptura del Tiempo?
Ahora, en soledad, ¿mis
pensamientos ya no flotan
sobre los montes, en esa orilla
del norte,
descansando sus alas en las hojas
de helecho
que cubren tu noble corazón
eternamente?
Frío en la tierra, y quince
diciembres salvajes
desde los cerros marrones se han
derretido en primavera;
¡Fiel, de hecho, es el espíritu
que recuerda
después de esos años de cambio y
sufrimiento!
Dulce amor de la juventud,
perdonad, si me olvido de ti,
mientras la marea del mundo me
arrastra hacia adelante;
otros deseos y esperanzas me
atormentan,
¡Las esperanzas que oscurecen,
pero no pueden borrarte!
Ninguna luz tardía ha iluminado
mi cielo,
ninguna mañana ha vuelto a
resplandecer para mí;
toda mi felicidad vino de tu
vida,
toda mi felicidad yace en la
tumba contigo.
Pero cuando los días de sueños
dorados perecieron,
e incluso la desesperación fue
impotente para destruir,
aprendí como la existencia podía
ser apreciada,
fortalecida, alimentada sin la
ayuda del placer.
Entonces probé las lágrimas de
una pasión inútil;
destetada mi joven alma de tu
anhelo póstumo;
severamente negó su ardiente
deseo de acelerar
el descenso hacia esa tumba que
será mía.
Y, aún así, no me atrevo a
dejarlo languidecer,
no me atrevo a caer en el dolor
entusiasta de la memoria;
una vez bebida profundamente la
divina angustia,
¿Cómo podría anhelar el mundo
vacío otra vez?
Fuente: https://ciudadseva.com/autor/emily-bronte/poemas/
Datos de la autora
Emily Jane Brontë; (Thornton,
1818 - Haworth, 1848) Poeta y narradora británica, autora de una única y
extraordinaria novela que le dio celebridad, Cumbres borrascosas
(1847), considerada una de las mejores narraciones en lengua inglesa y la obra
maestra de la narrativa romántica victoriana.
Emily Brontë era la tercera hija
de un párroco anglicano de origen irlandés, hombre excéntrico y cerrado. Cuando
en 1821 murió la madre, la familia contaba con cinco niñas y un muchacho, prole
enfermiza, muy precoz y llena de ímpetus artísticos. La tuberculosis no tardó
en llevarse a las dos hermanas mayores. Las otras, confiadas a los ásperos
cuidados de una tía materna, vivieron años solitarios entre la salvaje y
desolada vegetación del país; el espíritu de la pequeña Emily comenzó a
descubrir, en el silencio y en las voces de aquella naturaleza, místicas y
sobrenaturales correspondencias; a percibir, en los grises acontecimientos de
sus días, vibraciones metafísicas y demoníacas, y a experimentar, en el
verdadero corazón de la soledad y la melancolía, mudos éxtasis de alegría
silvestre.
Emily compartía la pasión por la
poesía y la lectura con sus dos hermanas: Charlotte, más serenamente romántica
y sutilmente irónica, y Anne, apacible y dulce. Todavía adolescentes, las
hermanas Brontë escribían versos y relatos fantásticos (el ciclo narrativo
Legends of Angria). En 1842, decididas a ganarse la vida con la enseñanza,
Charlotte y Emily marcharon a estudiar francés a Bruselas; fue ésta una época
de amargo destierro para Emily, torturada por la nostalgia de su agreste país.
Vuelta a Haworth, la parroquia
donde su hermano Branwell, embrutecido por el abuso de alcohol y opio, se
entregaba a terribles accesos de cólera, Emily escribió poesías; sus versos,
confesiones líricas de su alma ingenua y tenaz, fueron publicados en 1846,
gracias al interés de Charlotte Brontë, en una colección de poemas de las tres
hermanas: Poesías de Curre, Ellis y Acton Bell; sólo dos ejemplares de esta
obra se vendieron.
Los poemas de Emily Brontë
muestran una profunda vitalidad que, privada de las circunstancias de toda
posibilidad de expansión, se orienta con ardor hacia el espíritu, alimentándose
de sí misma, en su capacidad de multiplicar las resonancias de todo hecho por
pequeño que sea y de amar a la naturaleza aun en el aspecto triste y salvaje de
la región donde pasó lo mejor de sus años. Son especialmente celebrados sus
poemas "Remembranza" (sin duda la más bella poesía del conjunto),
"Una escena de muerte" y "Mi ánimo no es vil".
Fuente: https://www.biografiasyvidas.com/
cuánta poesía dinamitaron mis ojos, leyendo bajo la verde nube de un cielo caprichoso, asimilando las palabras perdidas
ResponderEliminarGracias Don Dumas por dejar tu poética huella.
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