Particolare Verita, de Maurizio Barraco
Sombra
A veces me puebla
Sigilosa
Atraviesa mi risa
Y se desploma
Penetrando mi saliva
Con su trago amargo
Y me siento a la intemperie
De mi rostro
Luego se cuela por mis manos
De raíces amplias
Territorio de mi amparo
Por las noches
Oscila entre mis sueños
Vierte su néctar
En cada hebra de mi pelo
Donde deposito la daga
Que esculpe mis señales
¿Qué he de hacer
Para salir indemne
De su impalpable presencia?
Caminar al otro lado del espejo
Agitar un pañuelo blanco
Trajinar por el mundo
Con el corazón al descubierto
Mitigar el sudor
Que emana su presencia
Bailar en el dorso
Del miedo.
María Germaná Matta 27 de Agosto de 2010
Un gran poema, María, de veras.
ResponderEliminarLo ha disfrutado. Esa sombra que siempre nos persigue, oscura, ¿cómo darle esquinazo? Muy buenas imágenes.
Te felicito.
no, no la esquives, ni la mires de frente, no hay forma-manera ni escape...
ResponderEliminarme gustó mucho esta parte:
"Atraviesa mi risa
Y se desploma
Penetrando mi saliva
Con su trago amargo"
besos
Muchas gracias José Antonio, un honor y un placer tus palabras.
ResponderEliminarGracias Emmagust, mi querida amiga.
Un abrazo para ambos.
Me encantó tu "sombra". Llegué a ti por Clara Schoenborn, y he de volver
ResponderEliminarUn abrazo