César Moro
“En defensa de su mundo”
Su carne y su espíritu, en sentido literal, son nuestro escudo.
New York Times, 7 de junio de 1944
Me gustaría ver los azulejos, las habitaciones, los patios de piedra
y los pozos antiguos
de esa tierra (la patria de Rinando
Caramonica el remendón, de Frank Sblendorio
y Dominick Agelastro;
del tendero, del hombre del hielo y de la bailarina; de la bella
Miss Damiano), la Italia
de la sabiduría y de todos los ángeles, en el día de Navidad
de este año navideño.
Hay un piano silencioso,
una guerra inocente y el corazón que puede actuar contra sí mismo. Aquí,
todos diferentes aunque parecidos, que tanto
tropiezan, caen y se multiplican
hasta que los cuerpos cubren la tierra por donde pasar,)
contra esta forma de victoria podrían decir:
“Si Cristo y los apóstoles murieron en vano,
yo moriré en vano con ellos”
¡Aquel bosque de cruces blancas!
Mis ojos no se cerrarán ante él.
Todos preparados como animales para el sacrificio,
como Isaac en el monte,
eran su propio sacrificio.
¿Marchando hacia la muerte, hacia la vida?
“En defensa de su mundo”
cuyos espíritus y cuerpos,
en sentido literal, eran y siguen siendo
nuestro escudo.
Ellos combatieron al enemigo,
nosotros combatimos la vida superflua y la autoconmiseración ..
Luce, oh luce,
sol que nunca engañas, sobre este panorama enfermizo.
A un ave de rapiña
Me convienes, pues me puedes hacer reir
y no te ciegas la paja
que los vientos mandan –en remolino- desde el almiar.
Sabes pensar, lo que piensas lo dices
con mucho del orgullo de Sansón y de su desolado
remedio, por lo que nadie se atreve a mandarte callar.
El orgullo te sienta bien, pájaro colosal que tanto te pavoneas.
Ningún corral te hace parecer absurdo;
tus garras de bronce son firmes ante la derrota.
"Ellos combatieron al enemigo,
ResponderEliminarnosotros combatimos la vida superflua y la autoconmiseración ..
Luce, oh luce,
sol que nunca engañas, sobre este panorama enfermizo."
Maravilloso María...como siempre. Y así como siempre, te agradezco la BELLEZA.
Abrazo