Serhiy Reznichenko - Sleep
Vorágine
Por fin aparco la rutina junto al frenético ruido de la vorágine laboral. Pronto volveré a casa. Mis manos están frías tiritando la ansiedad de aprovechar el tiempo que me queda. Mis mejillas están frescas, mi nariz helada, gotea, sabe que el invierno ha llegado. Sin embargo, cuando vuelvo a casa, es grato estirar las piernas por el parque, siento la melancolía de la tarde anudando mi vientre, mis pies reclaman el reparador sosiego del paseo diario. A veces, hay ligeras sorpresas y la mente divaga con alegría. Un árbol de ramas amables se dobla en dos, pareciera indicarme un camino más acogedor. Es absurdo, río.
Ahora estoy en casa. La noche cae, cierro los ojos, me despojo de los tormentos del día, me quito la ropa y apago la llama de la conciencia con sus esquivos recuerdos. Mañana será otro largo día, repleto de interminables y absurdas tareas.
Despierto en medio de la noche, entre sofocada y sorprendida por un escalofrío que estremece mi cuerpo. Mis dedos húmedos me hablan a gritos del pasado, y es que, anoche volví a soñar contigo.
Mis cuentos: María Germaná Matta
Web de Serhiy Reznichenko:
el pasado que vuelve en humedades
ResponderEliminarabrazo*
Ese pasado que no podemos controlar cuando la mente duerme.
ResponderEliminarSaludos
Pues uno se conformaria con saber que mañana va a amanecer de nuevo...
ResponderEliminarQue no es poco, por cierto
Un abrazo, amiga
(Estoy viendo, abajo, el mensaje de verificacion de la palabra... Y tiemblo...)
Gracias por sus comentarios: Rayuela, Carmela, AntiQva.
ResponderEliminarUn abrazo