Nadia Anjuman (imagen de la red)
Recuerdos de leve tristeza
¡Oh
exilios de la montaña del olvido!
Oh
joya de sus nombres, durmiendo en el fango del silencio
Oh
recuerdos destruidos, recuerdos de leve tristeza
en
la turbia mente de una ola en el mar del olvido
¿Dónde
está lo trasparente, la corriente manando de tus pensamientos?
¿Qué
mano ladrona saqueó la estatua de oro puro de tus sueños?
En
esta tormenta que origina la opresión
¿Dónde
se ha marchado tu barca, tu serena plateada luna de embarcación?
Después
de este amargo frío que da nacimiento a la muerte-
debería
la mar desprender la calma
debería
la nube liberar al corazón nudoso de penas
debería
la doncella de la luna brindarnos amor, ofrecer una sonrisa
debería
la montaña dulcificar su corazón, adornarse de verde,
volverse
fructífera-
¿Cuál
de tus nombres, en lo alto de la cima,
se
vuelve luminoso como el sol?
El
amanecer de tus recuerdos
recuerdos
de leve tristeza
¿En
los ojos de los peces fatigados por las inundaciones y
temerosos
de la lluvia de la opresión,
se
refleja la esperanza?
¡Oh
exilios de la montaña del olvido!
Traducción María Germaná
Matta, a partir de la versión inglesa de Zuzanna Olszewska y Belgheis Alavi
Un Llanto Sordo
El
sonido de las verdes huellas está en la lluvia
nos llega desde la carretera
almas
sedientas y faldas polvorientas llegaron del desierto
su
ardiente respiración y el espejismo-fundido
de
sus bocas secas y de polvo cubiertas
nos
llegan, ahora, desde la carretera
sus
atormentados cuerpos, chicas criadas en el dolor
la
alegría alejada de sus rostros
corazones
viejos y alineados de grietas
no
surgen sonrisas en los inhóspitos océanos de sus labios
ni
una lágrima brota del seco cause de sus ojos
¡Oh
Dios!
¿Podría
ignorar si sus sordos llantos que saltaron del cielo,
alcanzan
las nubes?
El
sonido de las verdes huellas está en la lluvia.
Traducción al español de
María Germaná Matta, a partir de la versión inglesa de Zuzanna Olszewska y
Belgheis Alavi
Biografía:
Nadia Anjoman, poeta afgana
y periodista, asistió a la Universidad Herat. Murió en 2005 como consecuencia
de las heridas de cabeza causadas por su marido.
Publicó un libro de poesía
en 2005 Gul-e-dodi (La flor grana). El libro fue recibido con regocijo de la
crítica en Afganistán e Irán. Se educó durante la época de los talibanes, ella
y otras mujeres leyeron en secreto a Shakespeare y Dostoevsky, un crimen
castigado con la horca.
Me he permitido traducir
estos dos poemas para preservar su memoria.
Ella escribía:
I am caged in this corner
full of melancholy and sorrow ...
my wings are closed and I cannot fly ...
I am an Afghan woman and so must wail.
--Nadia
Anjuman
Estoy enjaulada en este rincón
llena de melancolía y pena…
Mis alas están cerradas y no puedo volar…
Soy una mujer afgana y debo aullar.
(Versión María Germaná Matta)
Cuántas mujeres oprimidas aún. Pero las que más me duelen son como Nadia.
ResponderEliminarGracias por traducir y mostranos esta poesía. Un abrazo María.
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ResponderEliminarGracias Emmagust,
ResponderEliminarSí, cuantas mujeres oprimidas...
¡Qué sus voces inunden nuestras almas!
Un abrazo inmenso.