*Lola López-Cozar - rejas
El reloj del Precipicio (Acorralada)
Caminaba distraída sumida en la rutina de sus pensamientos, la fiesta del
próximo sábado, los exámenes… La hora apretaba, se imaginaba a su madre y su recibimiento: ¡Estas son horas de llegar!
-Cierto, era algo tarde, siempre es tarde para una adolescente ajena a la hora que marca el reloj del precipicio.-
-Cierto, era algo tarde, siempre es tarde para una adolescente ajena a la hora que marca el reloj del precipicio.-
De pronto un grupo de muchachos la abordó. Nunca los había visto
por el barrio, el desafió saltaba desde la luz de sus pupilas, hablaban entre sí, escupían
palabras como brochazos de un graffiti hecho a toda prisa. Nati cogió su bolso
y avanzó con pie firme. La acorralaron. Uno cogió su largo pelo, su corazón latió
con la prisa del miedo, todos daban voces como un ruido amenazante, luego todo
se aceleró. La tumbaron y desgarraron su vestido azul, entonces una mano le apretó
la boca y una mirada de asco la fulminó. Uno a uno fueron pasando, desgarrando
sus sueños, secando la humedad de su deseo, añadiendo sed a su boca de pequeños
sorbos.
Han
pasado seis meses, desde entonces un gemido trunco le rasga la garganta. Ahora,
su vientre dibuja la oscuridad de una curva voluminosa y otra vida latiendo tan
ajena.
Mis cuentos: María Germaná Matta
terrible, qué terrible
ResponderEliminarabrazo, maría*
vuelvo, después del impacto.
ResponderEliminar"Cierto, era algo tarde, siempre es tarde para una adolescente ajena a la hora que marca el reloj del precipicio-." aquí está tu aviso del final de la historia. gran relato, maría*
Sí, terrible, Silvia.
ResponderEliminarUn abrazo
Duele, desgarra... gracias Sole. Te abrazo!!
ResponderEliminarGracias Ainara, lo sé, es doloroso, pero hay que hablar de lo que duele. La historia de esta joven la tenía rondando desde hace tiempo, por fin salió.
ResponderEliminarUn abrazo
Un relato que produce dolor y odio hacia ciertos seres in-humanos.
ResponderEliminarPara ellos,sólo fue diversión.
Pero a ella le destrozaron la vida para los restos.
Una triste historia y,por desgracia,bastante frecuente en el mundo.
Saludos.
Gracias Jerónimo por tu comentario. Desgraciadamente en algunos hombres aún está presente la lacra del machismo y mientras no se den más pasos adelante seguirán existiendo estos dramas.
ResponderEliminarEl relato está enfocado desde la victima, tan sólo un pincelada sobre los violadores.
Es un tema complejo. Pienso que para resolver el problema se necesita más educación y aprender a ver a la mujer como un ser humano femenino.
Un abrazo y gracias una vez más.
"Y otra vida latiendo tan ajena". Genial esta frase.
ResponderEliminarGracias Javier por leerme.
ResponderEliminarUn abrazo