*Foto de: Edward Weston
Barómetro
Por
ser la hermana menor de una mujer
que
abandonó a su hija —dejándola a mitad de camino,
como
se tira un marido— no soy como las otras madres.
Por
las noches, voy al cuarto de mi hija,
y
escucho el sonido en la cisterna
de
su respiración; voy al cuarto de mi hijo, el grillo
todavía
vivo en su garganta, en su pecho;
Quisiera
poder inclinarme sobre mi propia cama
y
escuchar mi respiración, para saber el clima
que viene.
De:
Satanás dice (Satan Says, 1980) - Traducción de: Juan Carlos Galeano (julio de
2000) – Fondo Editorial Pequeña Venecia
El final
Decidimos
los dos abortar, convertirnos
juntos
en asesinos. El periodo que vendría
no
cambió nada. Estaban muertos, esa joven pareja
para
toda una vida.
Mientras
lo hablábamos en la cama, el accidente
no
fue una sorpresa. Nos acercamos a la ventana,
vimos
los coches aplastados y el reflejo
curvo
de los añicos de cristal, como si hubiéramos
sido
nosotros. La policía sacó los cuerpos
ensangrentados
como partos por la abertura
humeante
de la puerta, los pusieron
en
un alto, los cubrieron con mantas que
calaban.
La sangre
empezó
a chorrear
por
mis piernas hasta las zapatillas. Me quedé
donde
estaba hasta que lanzaron el bulto
por
el agujero negro
de
la ambulancia y levantaron al otro
con
una venda en la cabeza,
con
manchas donde había habido ojos.
A
la mañana siguiente tuve que arrodillarme
en
ese suelo durante una hora, limpiar mi sangre
frotando
con trapos mojados aquellas manchas
oscuras
y traslúcidas, como se deja en agua
un
tiempo el molde para ablandar el glasé
cuando
acaba el banquete.
De:
Los muertos y los vivos. Sharon Olds. Bartleby Editores. 2006. Traducción de J.
J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas
Unidad de Quemados
Cuando
mi madre habla de la Unidad de Quemados
que
ha donado al hospital de su ciudad,
mi
pelo asciende y flamea como humo
en
el aire que rodea mi cabeza. Menciona las
camas
en su nombre, los baños en suspensión y
kilómetros
cuadrados de venda, y pienso en los
años
con ella, yo su hija, como
sin
piel, dando vueltas en carne
viva,
con quemaduras de primer grado en el noventa
por
ciento del cuerpo. Solía quedarme pegada a las puertas
que
intentaba cruzar, a las sillas de las que
intentaba
levantarme, jirones
que
se desprendían fácilmente como
carne
de cerdo muy hecha, y nadie me daba
una
gasa, o un corte de mantequilla para que
se
fundiese en mi costado crujiente, pero cuando
gritaba,
ella me arrimaba a su
plancha
ardiendo, cuando la cabeza calcinada apestaba ella
me
arrastraba más y más a la habitación
en
llamas de su vida. Así que cuando habla de su
Unidad
de Quemados imagino a una niña
que
llegará allí, flotará en un agua
turbia
como lágrimas, un colgajo suspendido en una
bañera
de ungüento, chupando hielo mientras
apagan
las diminutas llamas que quedan
en
el pelo cercano al cerebro, y digo
Déjala
dormir cuanto quiera, permítele salir
indemne,
sin ninguna marca que
honre
el poder del fuego
De:
Los muertos y los vivos. Sharon Olds. Bartleby Editores. 2006. Traducción de J.
J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas
Artificios
Mi
madre
la
maga
puede
hacer
que
aparezcan
huevos
en su mano.
Mis
ovarios
aparecen
en su mano, negros como higos
y
dedos arrugados de tanto lavar.
Cierra
su mano,
y
cuando la abre,
nada.
Se
saca de los oídos bufandas de seda
de
todos los colores, joyas de su boca,
leche
de sus pezones. Desnuda
sobre
el tablado blanco,
hace
sus números,
mi
madre la maga.
Se
saca los ojos.
Las
cuencas vacías
se
llenan de aceite
que
rezuma bourbon y heces.
Por
las ventanas de su nariz
saca
pergaminos
que
arden.
En
el grand finale
se
saca lentamente a mi padre
de
su coño,
y
poniéndolo en un sombrero de seda
lo
desaparece.
Dije
que ella puede hacer que todo
se
vuelva nada, es un vacío en el espacio,
lo
máximo,
la
mejor maga. Todo
lo
que he sacado de mi boca
frente a ustedes.
De:
Satanás dice (Satan Says, 1980) - Traducción de: Juan Carlos Galeano (julio de
2000) – Fondo Editorial Pequeña Venecia
Biografía
Sharon Olds, nacio en 1942 San Francisco
(California). Creció como una "calvinista maldita", según sus propias palabras. Se graduó en la
Universidad de Stanford y se doctoró en la Universidad de Columbia. Olds tiene múltiples premios literarios, entre otros: The San Francisco
Poetry Center Award, the Lamont Poetry Prize, The National Books Critics Circle
Award, y el T. S. Eliot Prize. Actualmente dicta clases de creación literaria en la
Universidad de Nueva York.
Libros traducidos al castellano:
-Satán dice (edición bilingüe), traducción y
prólogo de Rosa Lentini y Ricardo Cano Gaviria, Tarragona, Igitur, 2001.
-El padre (edición bilingüe), traducción y prólogo
de Mori Ponsowy, Madrid, Bartleby Editores, 2004.
-Los muertos y los vivos (edición bilingüe),
traducción y prólogo de J.J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas, Madrid,
Bartleby Editores, 2006.
oh! tengo ganas de gritar!
ResponderEliminarabrazo,maría*
Fuerte, muy fuerte, tengo que reconocerlo. Pero la vida es tambien eso y hay que saber decirlo.
ResponderEliminarUn beso María, y gracias por acercarme a Sara Van, :)
Gracias Carmela, Silvia
ResponderEliminarEs cierto, la poesía de Sharon Olds es fuerte. Ella pone palabra a las emociones oscuras, a esas zonas pantanosas de las que no hablamos.
Cuestiona las relaciones familiares, los convencionalismos, las emociones reprimidas.
Personalmente, me gusta su poesía porque me lleva a mis propias zonas oscuras. Me sirve de liberación.
Gracias. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarLa poesía de Sharon Olds, un golpe que no se espera.