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lunes, 14 de enero de 2013

Elena Shvarts, poesía


Mariana Palova

Estoy harta de mi aislamiento

Estoy harta de mi aislamiento

Ojalá pudiera disolverme como una pastilla efervescente en el agua

Ojalá pudiera abandonar absurdamente mis dos piernas

Estar en todos lados y en ninguna parte



Ser todo y nadie. Y nada

tener forma de raíces de mandrágora

y volar, pero no como los niños cuando se arrojan de una pendiente

frenando con los pies.



Ojala pudiera no contemplar a través de las ranuras verdes de este saco de huesos,

No amar el aire que me penetra por las fosas nasales

Ni la puesta de sol dándome en la espalda, o el amanecer en el rostro.

No girar en este carrusel de fuego.


Tratado sobre la indivisibilidad del miedo y el amor

El sordo: si la bomba explota
Pensarás: “me quedé sordo”
(No entres a la habitación oscura
No prendas la luz

Dios puede estar ahí).

El ciego: Si algo de repente se enciende,
Pensarás: “Me quedé ciego”.
Y te convertirás en una cripta brillante, pero cerrada.
Entonces en este momento, cruza la puerta,
Prende la luz anaranjada,
Dios ya no está.

Ahora Él está adentro,
Ustedes dos están solos, en la oscuridad.
En la miseria, en la estrechez…

El mar suicida

Cuando lloras un mar

se termina el dolor

Algo cáustico sale de tus ojos

Cada lágrima es como una hora

Como si quisiera arrojarse ella misma

Verterse sola.

Amarga al gusto, cálida en los labios

Fluía, goteaba

Pero ahora la fuente está vacía

se acabó – ya no está

Y todo lo que había en el fondo, en lo más profundo,

Se lanzó hacia mí

Con todos sus pulpos,

Sus corales y sus piedras

haciéndome saltar los ojos

con sus colas, con sus hocicos maliciosos

juntos, emergerán

pero ¿por qué a través de mi?

¿En qué lugares funestos estuviste, mar

Para decidir repentinamente hacerte pedazos

En las insignificantes lágrimas humanas?

Traducción: Indira Díaz y Elmira khamatova

Biografía:
Elena Shvarts, poeta rusa (1848 – 2010). Estudio Letras en la Universidad Estatal de Leningrado, también teatro en el Instituto de Teatro, música y cine en Leningrado.
Premios: en 1979 recibió el premio de Andrey Belyi, en 1999 el premio “Severnaya Palmira”, en 2000 el premio de la revista “Zvezda”, en 2006 premio de la revista “Znamia”, en 2003 el premio “Triumf”.
Su obra ha sido recopilada en 4 volúmenes, en San Petesburgo.
Ha escrito diecisiete libros de poesía, entre ellos: Tantsuyushchiy David (El baile de David) (USA:Russika, 1985) y Trost’ skropistsa (el calígrafo Cane)(St. Petersburgo: Pushkinskiy fond, 2004). Además escribió dos novelas.

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