Egor Shapovalov
La
Escucha
Aprendí
a escalar el gemido
el desmoronamiento del tiempo
las colinas en furia
con que se precipita
la vida.
Aprendí
a indagar en el manantial
donde duermen los signos
en el zumbido de los helechos
en el ansia de las constelaciones
en el deseo de los parpados
en el deseo de los parpados
y en el vaivén alterado
de las sombras.
Mis poemas: María Germaná Matta
Lección de la que todos sacamos partido. Bello poema..Un abrazo
ResponderEliminarCreo que en eso se nos va la vida, en aprender,y es hermosa tu manera de decirlo, María
ResponderEliminarBesos desde Caracas
Gracias mi querida Vera.
ResponderEliminarUn abrazo con alas.
María, siempre es un placer tenerte aquí en mi casa virtual.
ResponderEliminarTienes toda la razón se nos va la vida tratando de aprender a escuchar todos esos latidos de la vida.
Recibo tus besos de Caracas, y te envío besos con aires de madrileños.
Un poema apasionante, cala profundamente, mi admiración, besos.
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