Imagen de Anka Zhuravleva
Podrías 1
Si
no eres la persona libre que quieres ser, busca un lugar donde puedas contar la
verdad sobre ello. Contar cómo te va con todo. La franqueza es como una madeja
que se produce a diario en el vientre, tiene que desenrollarse en algún lado.
Podrías susurrar de cara a un pozo. Podrías escribir una carta y mantenerla
guardada en la gaveta. Podrías escribir una maldición en una cinta de plomo y
enterrarla para que nadie la lea por mil años. No se trata de encontrar un
lector, se trata de contar. Piensa en una persona de pie, sola en un cuarto. La
casa está en silencio. La persona lee un pedazo de papel. No existe nada más.
Todas sus venas se pasan al papel. Toma la pluma y escribe en él unos signos
que nadie más va a ver, le confiere así como una plusvalía,
y
todo lo remata con un gesto
tan
privado y preciso como su propio nombre.
Could
1
If you are not the free person you want to be you must
find a place to tell the truth about that. To tell how things go for you.
Candor is like a skein being produced inside the belly day after day, it has to
get itself woven out somewhere. You could whisper down a well. You could write
a letter and keep it in a drawer. You could inscribe a curse on a ribbon of
lead and bury it in the ground to lie unread for thousands of years. The point
is not to find a reader, the point is the telling itself. Consider a person
standing alone in a room. The house is silent. She is looking down at a piece
of paper. Nothing else exists. All her veins go down into this paper. She takes
her pen and writes on it some marks no one else will ever see, she bestows on
it a kind of surplus, she tops it off with a gesture as private and accurate as
her own name.
Entonces 3
Piensa
en Jane Wells. El papel que tiene en la mano es una carta de Rebecca West, la
amante de su esposo. Su esposo, H. G. Wells, socialista del sexo, quería que
sus mujeres se aceptaran/las unas a las otras. Había muchas de tales mujeres.
Jane estaba al tanto de/sus idas y venidas, a veces las invitaba a tomar té,
les enviaba telegramas de felicitación cuando daban a luz a los hijos bastardos
de H. G., y recibía sus notas de solidaridad al enfermarse. “Qué indispuesta ha
estado usted… Cómo lo siento… Me alegra que…”, le escribió Rebecca West. Me
pregunto por cuánto tiempo estuvo Jane Wells estudiando esta carta antes de
tomar el lápiz y añadirle algunos subrayados apenas visibles y signos de
exclamación que la volvieron un/documento distinto. Me pregunto también por qué
lo hizo. Es muy poco probable que esperara que otra persona alguna vez leyera
aquella hoja. Pero hubo consideraciones de privacidad y precisión que la
movieron a pulirla en cierta forma, a dejar registro de su estado de ánimo, a
balbucir en el papel la falsedad de las frases
de
aquella otra mujer.
“La
Franqueza—mi Guía—es el único ardid”, escribió Emily Dickinson. (Carta a T. W. Higginson, febrero de 1876.)
Then
3
Consider Jane Wells. The paper she has in her hand is
a letter from her husband’s mistress, Rebecca West. Her husband, H.G. Wells, a
sexual socialist, liked his women to acquiesce in one another. There were many
women. Jane kept track of their ups and downs, occasionally had them to tea,
sent them congratulatory cables when they bore bastards to H.G. and received
their notes of sympathy if she fell ill. “How ill you have been . . . how sorry
I was . . . how glad I am . . . .” wrote Rebecca West. I wonder how long Jane
Wells stood studying this letter before she took out her pencil and added the
few faint underlinings and exclamation marks that make it a document of a
different kind. I wonder why she did this. Unlikely she expected anyone to ever
read the page. But there were considerations of privacy and accuracy that moved
her hand to perfect it in a certain way, to have her mood recorded, to whisper
on paper some resistance to the falsity of the other woman’s sentences. “Candor—my
Preceptor—is the only wile,” wrote Emily Dickinson. (Letter to T.W. Higginson,
February 1876.)
También
La
esposa de H. G. Wells no se llamaba “Jane”; Amy Catherine era
su
nombre verdadero. A H. G. no le gustaba el Amy Catherine ese, de allí que la
rebautizara Jane, un nombre que encarnaba/según él/la habilidad doméstica.
Estuvieron casados casi cuarenta años y Jane cumplió lo que de ella se
esperaba. Sin embargo dice él que a veces vio que
“[Amy
Catherine] me observaba desde los ojos marrones de Jane, y de inmediato se
desvanecía”. (H. G. Experimento en autobiografía.)
Too
“Jane” wasn’t Mrs. H.G. Wells’s real name, Amy
Catherine was her real name. H.G. didn’t like Amy Catherine, he rechristened
her Jane, a name he thought embodied domestic ability. They were married close
on forty years and Jane fulfilled H.G.’s domestic expectations. Yet sometimes
he says he saw “[Amy Catherine] look at me out of Jane’s brown eyes, and
vanish.” (H.G.
Wells, Experiment in Autobiography.)
Versión Luis Moreno Villamediana
Biografía
Anne Carson (Canadá, 1950). Es poeta y ensayista. Entre
sus libros más importantes se halla Autobiography of Red (1998), Decreation
(2005) y NOX (2010). También es importante su
estudio Economy of the Unlost: Reading Simonides of Ceos with Paul Celan (1999).
Ha traducido
a los trágicos griegos y a Safo. Su obra se ha hecho merecedora del Lannan
Literary Award, el T.S. Eliot Prize y el Pen Award for Poetry in Translation,
entre otros.
Fuente: Círculo de poesía
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