Páginas

viernes, 30 de agosto de 2013

Anne Carson poemas

Imagen de Anka Zhuravleva

Podrías 1

  
Si no eres la persona libre que quieres ser, busca un lugar donde puedas contar la verdad sobre ello. Contar cómo te va con todo. La franqueza es como una madeja que se produce a diario en el vientre, tiene que desenrollarse en algún lado. Podrías susurrar de cara a un pozo. Podrías escribir una carta y mantenerla guardada en la gaveta. Podrías escribir una maldición en una cinta de plomo y enterrarla para que nadie la lea por mil años. No se trata de encontrar un lector, se trata de contar. Piensa en una persona de pie, sola en un cuarto. La casa está en silencio. La persona lee un pedazo de papel. No existe nada más. Todas sus venas se pasan al papel. Toma la pluma y escribe en él unos signos que nadie más va a ver, le confiere así como una plusvalía,



y todo lo remata con un gesto

tan privado y preciso como su propio nombre.   


Could 1


If you are not the free person you want to be you must find a place to tell the truth about that. To tell how things go for you. Candor is like a skein being produced inside the belly day after day, it has to get itself woven out somewhere. You could whisper down a well. You could write a letter and keep it in a drawer. You could inscribe a curse on a ribbon of lead and bury it in the ground to lie unread for thousands of years. The point is not to find a reader, the point is the telling itself. Consider a person standing alone in a room. The house is silent. She is looking down at a piece of paper. Nothing else exists. All her veins go down into this paper. She takes her pen and writes on it some marks no one else will ever see, she bestows on it a kind of surplus, she tops it off with a gesture as private and accurate as her own name.



Entonces 3

  
Piensa en Jane Wells. El papel que tiene en la mano es una carta de Rebecca West, la amante de su esposo. Su esposo, H. G. Wells, socialista del sexo, quería que sus mujeres se aceptaran/las unas a las otras. Había muchas de tales mujeres. Jane estaba al tanto de/sus idas y venidas, a veces las invitaba a tomar té, les enviaba telegramas de felicitación cuando daban a luz a los hijos bastardos de H. G., y recibía sus notas de solidaridad al enfermarse. “Qué indispuesta ha estado usted… Cómo lo siento… Me alegra que…”, le escribió Rebecca West. Me pregunto por cuánto tiempo estuvo Jane Wells estudiando esta carta antes de tomar el lápiz y añadirle algunos subrayados apenas visibles y signos de exclamación que la volvieron un/documento distinto. Me pregunto también por qué lo hizo. Es muy poco probable que esperara que otra persona alguna vez leyera aquella hoja. Pero hubo consideraciones de privacidad y precisión que la movieron a pulirla en cierta forma, a dejar registro de su estado de ánimo, a balbucir en el papel la falsedad de las frases

de aquella otra mujer.

“La Franqueza—mi Guía—es el único ardid”, escribió Emily Dickinson. (Carta a T. W. Higginson, febrero de 1876.)
  

Then 3
  


Consider Jane Wells. The paper she has in her hand is a letter from her husband’s mistress, Rebecca West. Her husband, H.G. Wells, a sexual socialist, liked his women to acquiesce in one another. There were many women. Jane kept track of their ups and downs, occasionally had them to tea, sent them congratulatory cables when they bore bastards to H.G. and received their notes of sympathy if she fell ill. “How ill you have been . . . how sorry I was . . . how glad I am . . . .” wrote Rebecca West. I wonder how long Jane Wells stood studying this letter before she took out her pencil and added the few faint underlinings and exclamation marks that make it a document of a different kind. I wonder why she did this. Unlikely she expected anyone to ever read the page. But there were considerations of privacy and accuracy that moved her hand to perfect it in a certain way, to have her mood recorded, to whisper on paper some resistance to the falsity of the other woman’s sentences. “Candor—my Preceptor—is the only wile,” wrote Emily Dickinson. (Letter to T.W. Higginson, February 1876.)

También

 La esposa de H. G. Wells no se llamaba “Jane”; Amy Catherine era

su nombre verdadero. A H. G. no le gustaba el Amy Catherine ese, de allí que la rebautizara Jane, un nombre que encarnaba/según él/la habilidad doméstica. Estuvieron casados casi cuarenta años y Jane cumplió lo que de ella se esperaba. Sin embargo dice él que a veces vio que

“[Amy Catherine] me observaba desde los ojos marrones de Jane, y de inmediato se desvanecía”. (H. G. Experimento en autobiografía.)


Too


“Jane” wasn’t Mrs. H.G. Wells’s real name, Amy Catherine was her real name. H.G. didn’t like Amy Catherine, he rechristened her Jane, a name he thought embodied domestic ability. They were married close on forty years and Jane fulfilled H.G.’s domestic expectations. Yet sometimes he says he saw “[Amy Catherine] look at me out of Jane’s brown eyes, and vanish.” (H.G. Wells, Experiment in Autobiography.)

Versión Luis Moreno Villamediana

Biografía
Anne Carson (Canadá, 1950). Es poeta y ensayista. Entre sus libros más importantes se halla Autobiography of Red (1998), Decreation (2005) y NOX (2010). También es importante su estudio Economy of the Unlost: Reading Simonides of Ceos with Paul Celan (1999). Ha traducido a los trágicos griegos y a Safo. Su obra se ha hecho merecedora del Lannan Literary Award, el T.S. Eliot Prize y el Pen Award for Poetry in Translation, entre otros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu huella