Imagen de Hiroshi Nonami
II
Morir. Morir insomne y desierta. Cuando todo huela
a caléndulas y a mar. Amar. Cuando el mundo se convierta en el último murmullo
de Dios, cuando no haya más silencio que el batir de alas de un pájaro ciego.
Llover. Lluviar toda la fe que se me pudre en las
heridas, hablar en monosílabos, morder la pulpa del dolor. Morir. Morir atenta,
con el estómago vacío y los ojos muy abiertos. Mirar. Mirarlo todo, el cuerpo
violentado de la niña, la sangre coagulada de los perros, el genocidio de
poetas. Entender. Saber que en estas horas todo es mentira, el olvido, la
guerra, la resurrección y el tiempo. Dormir. Dormir es imposible. Por eso digo
que es mejor morir.
III
Mujer de insomne soledad, deja que los perros
laman tus heridas, bébete su espuma, su pelambre. Deja que las bestias se
desangren en tu vientre y saliven agonías. Sálvate, noctívaga mujer. Con
enceguecido pubis muérdenos los verbos y las ansias, inféctanos los ojos de
orfandad, de sur infierno. Turbia y merebunda ven, arráncanos las voces que le
cantan al más triste, oprime la soledad de nuestras venas, y no sueñes y no
duermas; nunca olvides el silencio y la penumbra de los hombres.
Imagen de la red
XII
Yo no sé de
la infancia más que un miedo luminoso y una mano que me arrastra a mi otra
orilla.
Alejandra
Pizarnik
Sentada está la niña en el recuerdo de la insomne.
Sentada y sola, rudísima: sin boca, sin palabras, con la cicatriz de los
silentes en la cerviz. Violenta la memoria de mujer. No puede nombrarse desde
dentro, no sabe morirse ni olvidar. Dientes fragmentados, lunas en el vientre,
y esa voz de agua que no sangra, que murmura los suicidios de los pájaros, que
revienta el luto de las alas en los dedos. ¡Tempestuosa náusea la del viaje
hacia el ayer! Ya sus ojos van nombrando las espinas, va tejiendo con la vulva
hilos de pus y vacuidad, va buscando los espejos y la muerte. Pero está
sentada, sentada y sola, rudísima: criatura seducida por el llanto de la noche.
Imagen de Mariana Palova
Para las niñas sin alas
Sembraré
un pájaro a la orilla del silencio. Lo sepultaré con manos húmedas y afónicos
murmullos. Muertamente danzaré sobre la tierra. De ahora en adelante reptaré
sobre mis párpados; hacedora de mi propio vientre, lloraré. Nunca más voy a
pensar en sus alitas, ni en las mías. Un árbol laberinto será sólo el recuerdo
de algún nido; de sus ramas colgará la soga que ahogará a los sordos, a los
perros, al viejo niño que olvidó sus frutos.
Daniela Camacho
De: Plegarias para insomnes – Editorial Praxis
Biografía
Daniela
Camacho (México, 1980). Poeta y
traductora. Es ingeniera industrial y de sistemas por el ITESM y licenciada en
lengua y literaturas hispánicas por la UNAM. Publicó los poemarios En la punta
de la lengua (Tintanueva Ediciones, 2007), Plegarias para insomnes (Editorial
Praxis, 2008 y Fondo Editorial Fundarte, Venezuela, 2010), [imperia] (Fundación
Editorial El Perro y la Rana, Venezuela, 2013) y el libro de palíndromos Aire
sería (Editorial Praxis, 2008); así como el libro-objeto Pasaporte ((c)acto,
2012), en edición trilingüe, junto a Natalia Litvinova y Beatriz Paz, y la
plaquette islísima (Los poetas del cinco Editora, Chile, 2013). Es fundadora y
miembro del consejo editorial y de redacción de la revista El Puro Cuento. Sus
poemas, ensayos y traducciones han sido publicados en medios impresos y digitales
de México y el extranjero. Durante casi cuatro años residió en Tokio, Japón.
Actualmente, vive en Lausana, Suiza.
Hola María;
ResponderEliminarmi más sincera gratitud por esta aportación. Hace poco que descubrí a Daniela y... me maravilla. Es un trabajo muy valioso el que hace y además, su escritura.../ gracias por el enlace de "plegarias"... llevo tiempo intentando conseguir vía papel algo suyo y no he podido.
Que delicia es beber con la mirada y servirme con las pupilas tanto sentir repartido en una exquisita forma... Me encantó... Mil gracias por posibilitar-me tanta letra para alimentar este mi ser. No había leído nada de Daniela Camacho, sin duda sedujo mis sentido... Un abrazo mi querida Sole :)
ResponderEliminarDaniel,
ResponderEliminarMe alegra que hayas podido leer sus "Plegarias para insomnes"
Es difícil encontrar ediciones en papel de otro país, a mi me parece un acierto encontrar poemarios en Internet.
Un abrazo
Amanda,
ResponderEliminarCelebro tu presencia en mi blog. Siempre es un placer compartir poesía.
Besos