Foto de Man Ray
Ibriseis y Dionisio
Voy
rozándote
y
poniéndote mi curva infinita
y
otra vez el reiterado camino.
Dionisio
tu destino
un
dios que huele y se embriaga
con
la tierra para separársele
yo
soy ese barro trejo
ese
juego infinito
Yo
soy Ibriseis removiéndome como una esclava
mientras
atraviesas mi espasmo
y
para ti todo lo que se recrea
donde
yo soy Ibriseis y tú eres Dionisio
antes
que el punto suceda al punto
y
otra vez
camino
hacia la gran cifra y al signo Dionisio
como
dos lámpara atemperadas por la triste ley
de
no ad herirse
abstenerse
del corazón
y
no dejarse jamás poseer por el amor donde yaciste.
¿Maestro
por qué no tienes cabeza?
Prometeo
ha sido encadenado
los
esclavos se lo preguntan
el
amor está mutilado
y
nos has convertido en una historia de sal
y
en un río que jamás vuelve a ser el mismo río
nos
has convertido en sueño en agua
en
número en conjunto
Yo
soy Ibriseis y prefiero las cosas que se pueden ver
oír
y percibir
espero
lo inesperado y me siguen en número incontable
nos
gusta lo que se deletrea
Yo
soy Ibriseis
un
número cuya longitud difiere de su forma
y
que no parará hasta estar unida a lo que tú has disgregado
en
partes desiguales
Yo
soy Ibriseis
un
número cuya longitud difiere de su forma
y
que no parará hasta estar unida a lo que tú disgregado
en
partes desiguales
yo
soy la Sibila que lleva ya más de dos mil años
emitiendo
por medio de su boca cosas tristes
sin
compostura
y
con perfumes escrutables
me
duele Ibriseis
y
su danza húmeda
una
piel redonda a fuerza de querer partir
el
centro de todas partes
porque
nube y madera corresponden
a
la misma acción del frío
a
así lo has dispuesto al cortarme con un hacha
proclive
al canto y a las cosas separadas
como
agua negra y nieva negra
Nosotros
somos el argumento de lo que tiende a moverse
Nosotros
somos una cita primera con las cosas por emerger
Nosotros
oponemos al pensamiento los sentidos
porque
no existe la parte más pequeña de lo pequeño
sin
nacer con justicia y una mediana composición.
Deseo
oír las palabras que curan esta clase
de
muchachas y muchachas
desemejantes
e innumerables en tu creación singular
Yo
soy Ibreseis parecida a todas
pues
lo finito tiene apetencia por lo par
y
que viva mi vientre sus magnitudes
y
yo hablo desde este mismo vientre
que
tiende a moverse más que el agua Dionisio
mediante
colisiones y choques mutuos
yo
hablo por todos los movimientos producidos por una vibración
objetos
pesados que tienden hacia un remolino
en
dicha dirección y hacia una misma causa
de
una misma homeometría
definida
por principios
es
pelo y es carne
¿por
qué no podría serlo?
Yo
escucho que se están uniendo todas las cosas Dionisio
bajo
semillas de diferentes formas
no
hay discordia ni pugna indecorosa
de
lo primero que hablaré contigo cuando vuelvas
es
del primer lugar del sol
del
retorno a un amplio juramento
y
aprenderás empero las apariencias del ser
los
goznes de bronce
los
caminos de la noche y la justicia
y
pronto las puertas del fiador abrirán su cerrojo
y
se originará una inmensa abertura
hasta
saber hacer girar los remaches y los clavos
de
una verdadera creencia
porque
lo mismo da la vida
velar
o dormir
juventud
o vejez
o
aquellas cosas que cambian
en
éstas y en aquéllas
Yo
soy Ibriseis
el
mal ejemplo
el
eterno retorno a la espera
estoy
entre las cosas y la tierra
soy
inhalación y emanación
soy
el vicio del principio femenino
soy
el fervor de la religión inferior
soy
la razón de los cuerpos sensibles
soy
el reposo de Dionisio
¿Maestro-por
qué –impedir –alcanzar-lo- homogéneo?
Estoy
a punto de romper este centro
y
convertirlo en todas partes
y
que no brote de mí ni tronco ni pies ni veloces rodillas
ni
órganos fecundantes
y
que no se distinga de mí
ni
mis rápidos miembros ni mi hirsuto poder en la tierra
estoy
a punto de decir aj
previo
a decir te lo ruego
previo
a convertirme
en
una esfera redonda
que
goza de su soledad circular.
De:
Señales que se eligen
De: Viaje a Parca y otros poemas
Foto de Darren Holmes
En la línea larga del abismo
Si escribo mal es porque tengo sangre en las venas,
estoy ante una hoja y me zumban los oídos,
de ti hablo,
hay un montón de bulla en este papel,
en esta línea,
en este abismo,
y de pronto este dolor, otro tedioso poema de dolor,
porque te llamas José, Miguel, Javier, y estás en mi país
y no tienes para dar mucho paraíso.
Me jalo una mecha de los pelos deseosos,
tanta emoción y no poder hacer nada,
de ti sólo me queda una vieja tela donde dices,
me recuerdas como si fuera el sol y no lo soy.
Escribo a oscuras,
qué mal escribo desde este precipicio.
De: Viaje a Parca y otros poemas
Biografía
LUZ MARÍA SARRIA. Nació en Lima en 1948. Estudió
Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima, también dos años en la
Facultad de Filosofía de la Universidad Católica.
Figura en diversas Antologías de la Poesía
Peruana, entre las más importantes están las publicadas por Ricardo Gonzáles
Vigil “Poetas peruanas de antología” “Poesía peruana siglo XX” y la de Marco
Martos con Roland Forgues “La escritura un acto de amor” y “Las poetas se
desnudan” de Roland Forgues, entre otras.
Libros de poesía: Señales que se eligen en 1988,
Editorial Antares Artes & Letras. Viaje a Parca y otros poemas en 1995,
Editorial Colmillo Blanco. Dejaré los pensamientos a los pájaros (libro
inédito).
Desde el año 1998 se dedica al estudio,
investigación y difusión de la Astrología Tradicional.
Su
blog: http://luzmariasarria.blogspot.com/
Fuente:
Poetas peruanas de antología – Editado por Ricardo González Vigil – Editorial
Mascapaycha – Lima – Perú 2009
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