Imagen de Michal Macku
Atocha, 11 marzo 2004
Otra
vez es imposible llegar a Atocha.
Otra
vez cae la puerta de doscientos kilos
y
se abre un foso para los de siempre.
Otra
vez han gritado las sirenas
a
doscientos pasos de las fuentes
y
doscientos corazones no se han levantado.
Otra
vez un mar de hierro al rojo
nos
coge por los pies.
¿Por
qué tantos al sur del agua dulce?
Siempre
tantos de este lado, ¿por qué?
¿Por
qué tan colosales postigos?
¿Por
qué sus ejes tan desquiciados?
Siempre
tantos fuera del cordón sanitario.
Tantos,
siempre de los de siempre.
Tantos
tan dormidos, tantos ya para siempre.
Nunca
amén.
María Ángeles Maeso
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