Imagen de la red
Palabras para no claudicar
esquivas
el insomnio
para
no eschuchar
el gemido de
las olas,
ese
murmullo de esqueletos
que
te asecha
y
te acorrala
te
sientes prisionera
entre
caracolas mudas
deja
de vagar
entre
los fluidos multicolores
de
nuestra civilización
que
se hunde
divaga
al interior
de
tus latidos
deja
que su estruendo
entibie
la mecha
interior
que te sustenta
abraza
su aliento
y
retoma nuevamente
el
filo certero
de
tu rumbo.
Mis poemas: María
Germaná Matta
enorme canto a la introspección. la primera estrofa, genial. aplaudo y comparto. saludos. (http://alejandrovargassanchez.blogspot.com)
ResponderEliminarUn poema fantástico, a ratos oscuro casi obsesivo en sus letras
ResponderEliminarBesos
Esa mecha que nunca debemos dejar que se apague.
ResponderEliminarHermoso y poderoso poema, María.
Un abrazo
¿qué puede un latido frente a otro?, ¿un sentir frente a otro?, ¿una ausencia frente a otra?...
ResponderEliminarEl murmullo es, el dolor es, el fuego es, la consciencia es, están, todos, irremediablemente, con o sin civilización, pero incivilizados.
Ante la impotencia, resignación, ¿hay otra salida?
PRECIOSOS VERSOS. ME ALEGRO DE CONOCERTE
Un aviso, una llamada al ser que yace entre caracolas y latidos... Un eco genuino para tomar en cuenta. Un bello poema mi querida María Germaná, una delicada luz que se agradece traigas.
ResponderEliminarUn abrazo de amarillos despertares en esta nueva estación que asoma.