*imagen de la Revista La que Arde
Os dejo este maravilloso poemario: "El lugar de las lámparas" de Lydia Zárate, editado por Torremozas (2017).
Nos hablan del drama de México y los crímenes perpetuados a sus habitantes invisibles, para nombrar lo que no se nombra y contra el silencio.
Sin
señas particulares
Dormir como las huérfanas.
Como país en guerra.
Con el sigilo urgente de los
hospitales.
sentir como las huérfanas.
Con el puño en el vientre.
Como cráter que sigue a su
montaña.
Andar como las huérfanas.
Sin señas particulares.
Bajo los ojos abrasivos de la
asfixia.
Con un puñado de cruces para no
renunciar a la agonía.
Vivir como las huérfanas.
Con la muerte acodada en la mesa.
Con la suerte ovillada en los
rincones,
donde la risa vuelve a su
adolorido escaparate
para llegar con vida
a la ineludible muerte de mañana.
ABC
A las 49 niñas y niños asesinadxs
y a lxs 72 heridxs de por vida
en la guardería ABC
Detrás de tu mano abyecta arden
las cabezas de las niñas.
Sus ojos hirvientes estallan en
serie, como burbujas.
Por las cuencas borboteantes
brotan hadas en llamas,
duendes crepitantes
princesas ardiendo en despavorida
carrera.
Las manitas candentes abrasan
muñecas
que se adhieren a sus huellas
digitales.
El grito estridente ya no es de
júbilo.
La danza delirante ya no es de
alegría.
Las niñas son piras humanas.
Muñones ardientes que se cuecen
en vida.
Humeantes restos adheridos a tu
cubil del ultraje.
Pero los destinos calcinados no
figuran en las auditorías.
Habrá que deslindar
responsabilidades
por las existencias,
amordazarles el llanto a las
hadas de ceniza.
Rehabilitar los activos.
La espeluznante molienda del
saqueo debe continuar.
Condolencias
No me conduelo de tus pesares,
me conduelo de tus brazos
abiertos
y de la llama agonizante de la
vida,
de las contraseñas de la inercia
y sus pactos de tinta,
de la servidumbre de las alas,
de los atavismos del vacío.
Me conduelo del latido exangüe
y los vilipendiados emisarios de
la luz,
porque escuchas el discurso de
los muros
desprendiendo segundos como
artificios
y te aferras a su afectada
salmodia como a la redención,
como a un asilo de culpas,
como a la “santa” extremaunción.
Me conduelo porque llevas
y alimentas en la sangre
ese vicio por lo prudente
y su infecta molienda de
voluntades.
Me conduelo por tu dote de
oropel,
por tu felicidad malabarista
y las flores sonámbulas de tu
sepelio,
de tu ceguera auto infligida
auto aprobada.
Me conduelo por la rosa y el
rocío,
por los rituales de la misa y el
Domingo,
por el destino orillado a ser
dictamen,
por el guión heredado,
prestidigitador de escenarios y
parlamentos.
Me conduelo del sepulcro de
ternura
que son mis manos
naciendo al funeral de
condolerte.
Que
interroguen a la tierra
He estado pendiente del caso de la señora
que se dice asesinaron en Zongolica
(tras violación y tortura tumultuaria por militares).
La
CNDH intervino, y lo que resultó de la
necropsia
fue que falleció de gastritis crónica no atendida
No hay rastros de que haya sido violada.
Felipe de Jesús Calderón
Hinojosa
Ex Presidente de México
A Ernestina Ascencio
Tu nombre (nuestro) empobrecido
no alcanzó suerte de vida.
No hay pancartas en las calles
con tu nombre
ni enardecidas procesiones por
tus ojos agonizantes,
por tus labios secos como frutos
moribundos.
Sólo una daga de odio asalariado
en tu garganta.
Las ningunas como tú no mueren de
vida.
Las nadie como tú no mueren de
muerte.
Las muertas como tú mueren de
risa.
De llanto intestinal.
De cáncer de hambre.
Ya los amos de los perros
aclararon:
Que no existe tu entraña
apuñalada
ni tus músculos
ni tus huesos
ni tu sangre invisible.
Que no existe Tu Empobrecido
Testimonio
Agonizante
ni
la mancha rota,
ensangrentada
de tu cuerpo.
Ni el dictamen forense,
ni tus horas de agonía,
ni tu dolor flagrante…
Sólo una oscura urdimbre de tu
cuerpo ilusionista.
Que no fueron sus perros.
Que sus perros de caza
-no
tenían apetitos qué saciar por esos días-.
Que no se encontró herida alguna
-en
sus fauces-
por el presunto arrancamiento de
tu inocencia.
Que no existe(s) prueba alguna,
-que
impensable, que imposible-
que sus perros te haya embestido
las entrañas
con
su oscuros, crecido, avalado,
encargo ancestral de muerte.
Fuente: El
lugar de las lámparas – Lydia Zárate – Editorial Torremozas 2017
Lectura del poema ABC por Lydia Zárate
Biografía
Lydia
Zárate (México D.F, 1976) Autora del libro “Semilla Insólita”, publicado por la
Editorial Torremozas en España y presentado en la Feria del Libro de Madrid en
Mayo del 2009. Premio Nacional de Poesía “Ramón Iván Suárez Camaal” 2011.
Becaria del programa “Apoyo de Estímulos a la Producción Artística 2011”,
otorgado por el Gobierno del Estado de Querétaro a través del Instituto
Queretano de la Cultura y las Artes. Su poema “Condolencias” fue publicado en
la Revista de la Casa de Las Américas, en La Habana, Cuba, en septiembre del 2006.
Es
co-fundadora y editora de la revista digital feminista *La que Arde.
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