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martes, 20 de junio de 2017

Lydia Zárate - Sin señas particulares


*imagen de la Revista La que Arde
Os dejo este maravilloso poemario: "El lugar de las lámparas" de Lydia Zárate, editado por Torremozas (2017). 
Nos hablan del drama de México y los crímenes perpetuados a sus habitantes invisibles, para nombrar lo que no se nombra y contra el silencio.

Sin señas particulares

Dormir como las huérfanas.
Como país en guerra.
Con el sigilo urgente de los hospitales.
sentir como las huérfanas.
Con el puño en el vientre.
Como cráter que sigue a su montaña.
Andar como las huérfanas.
Sin señas particulares.
Bajo los ojos abrasivos de la asfixia.
Con un puñado de cruces para no renunciar a la agonía.
Vivir como las huérfanas.
Con la muerte acodada en la mesa.
Con la suerte ovillada en los rincones,
donde la risa vuelve a su adolorido escaparate
para llegar con vida
a la ineludible muerte de mañana.


ABC
A las 49 niñas y niños asesinadxs
y a lxs 72 heridxs de por vida
en la guardería ABC
Detrás de tu mano abyecta arden las cabezas de las niñas.
Sus ojos hirvientes estallan en serie, como burbujas.
Por las cuencas borboteantes brotan hadas en llamas,
duendes crepitantes
princesas ardiendo en despavorida carrera.
Las manitas candentes abrasan muñecas
que se adhieren a sus huellas digitales.
El grito estridente ya no es de júbilo.
La danza delirante ya no es de alegría.
Las niñas son piras humanas.
Muñones ardientes que se cuecen en vida.
Humeantes restos adheridos a tu cubil del ultraje.
Pero los destinos calcinados no figuran en las auditorías.
Habrá que deslindar responsabilidades
por las existencias,
amordazarles el llanto a las hadas de ceniza.
Rehabilitar los activos.
La espeluznante molienda del saqueo debe continuar.


Condolencias

No me conduelo de tus pesares,
me conduelo de tus brazos abiertos
y de la llama agonizante de la vida,
de las contraseñas de la inercia y sus pactos de tinta,
de la servidumbre de las alas,
de los atavismos del vacío.

Me conduelo del latido exangüe
y los vilipendiados emisarios de la luz,
porque escuchas el discurso de los muros
desprendiendo segundos como artificios
y te aferras a su afectada salmodia como a la redención,
como a un asilo de culpas,
como a la “santa” extremaunción.

Me conduelo porque llevas
y alimentas en la sangre
ese vicio por lo prudente
y su infecta molienda de voluntades.

Me conduelo por tu dote de oropel,
por tu felicidad malabarista
y las flores sonámbulas de tu sepelio,
de tu ceguera auto infligida
auto aprobada.

Me conduelo por la rosa y el rocío,
por los rituales de la misa y el Domingo,
por el destino orillado a ser dictamen,
por el guión heredado,
prestidigitador de escenarios y parlamentos.

Me conduelo del sepulcro de ternura
que son mis manos
naciendo al funeral de condolerte.


Que interroguen a la tierra
He estado pendiente del caso de la señora
que se dice asesinaron en Zongolica
(tras violación y tortura tumultuaria por militares).
La CNDH intervino, y lo que resultó de la necropsia
fue que falleció de gastritis crónica no atendida
No hay rastros de que haya sido violada.
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa
Ex Presidente de México

A Ernestina Ascencio

Tu nombre (nuestro) empobrecido
no alcanzó suerte de vida.

No hay pancartas en las calles con tu nombre
ni enardecidas procesiones por tus ojos agonizantes,
por tus labios secos como frutos moribundos.

Sólo una daga de odio asalariado en tu garganta.

Las ningunas como tú no mueren de vida.
Las nadie como tú no mueren de muerte.
Las muertas como tú mueren de risa.
De llanto intestinal.
De cáncer de hambre.

Ya los amos de los perros aclararon:

Que no existe tu entraña apuñalada
ni tus músculos
ni tus huesos
ni tu sangre invisible.

Que no existe Tu Empobrecido Testimonio
Agonizante
ni la mancha rota,
ensangrentada
de tu cuerpo.
Ni el dictamen forense,
ni tus horas de agonía,
ni tu dolor flagrante…

Sólo una oscura urdimbre de tu cuerpo ilusionista.

Que no fueron sus perros.
Que sus perros de caza
         -no tenían apetitos qué saciar por esos días-.

Que no se encontró herida alguna
                            -en sus fauces-
por el presunto arrancamiento de tu inocencia.

Que no existe(s) prueba alguna,
         -que impensable, que imposible-
que sus perros te haya embestido las entrañas
         con su oscuros, crecido, avalado,
encargo ancestral de muerte.

Fuente: El lugar de las lámparas – Lydia Zárate – Editorial Torremozas 2017


Lectura del poema ABC por Lydia Zárate 
Biografía
Lydia Zárate (México D.F, 1976) Autora del libro “Semilla Insólita”, publicado por la Editorial Torremozas en España y presentado en la Feria del Libro de Madrid en Mayo del 2009. Premio Nacional de Poesía “Ramón Iván Suárez Camaal” 2011. Becaria del programa “Apoyo de Estímulos a la Producción Artística 2011”, otorgado por el Gobierno del Estado de Querétaro a través del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes. Su poema “Condolencias” fue publicado en la Revista de la Casa de Las Américas, en La Habana, Cuba, en septiembre del 2006.
Es co-fundadora y editora de la revista digital feminista *La que Arde.



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