Imagen de Tashaki Okada
Jazmina
Caballero - poesía
Me parezco a las seis de la
tarde.
Por eso, al anochecer no me
encuentro
Cuando
los fantasmas tejen mi casa,
se enredan en mi pelo como una
cualidad
y el escombro del calendario me
siente salobre:
Llévame, demonio
Llévame a cantar la muerte
Celebremos el castigo.
Llévame lejos entre los despojos,
hazme ceniza, sálvame del
presidio,
Vuélveme hoja, sal.
Llévame, amor impúdico,
Violenta los principios de vivir
a ciegas.
Demonio mío que bendice,
demonio que pierde al mundo,
Sálvame que solo tú
Vociferas en mi pequeño infierno.
****
Es tiempo de buscar las flores preferidas,
los
ataúdes, la tierra.
Es tiempo de enterrarlo todo.
Es tiempo de enterrarlo todo.
Todo
terminó.
Una enfermedad incurable sería benigna.
Todo será extravagante: el duelo,
la soledad, las condolencias,
todo será obsesivo
arrancando tu piel añadida a mi cuerpo
y la mía al tuyo,
deshaciéndonos el uno del otro.
Una enfermedad incurable sería benigna.
Todo será extravagante: el duelo,
la soledad, las condolencias,
todo será obsesivo
arrancando tu piel añadida a mi cuerpo
y la mía al tuyo,
deshaciéndonos el uno del otro.
Aprenderemos
a olvidar, quizás odiar,
y elegiremos la última sonrisa,
porque ya sabemos
de qué moriremos.
y elegiremos la última sonrisa,
porque ya sabemos
de qué moriremos.
Todo
está maldito:
la gente, las ciudades.
la gente, las ciudades.
Todo
lo mataste:
el suelo, los escarabajos.
el suelo, los escarabajos.
Todo
es sombra bastarda.
Todos son ciegos.
Todos son ciegos.
Me
cierro para obviarte
y en cada rendija de las casas está tu egoísmo,
tu miseria.
y en cada rendija de las casas está tu egoísmo,
tu miseria.
Todo
desapareció;
las criaturas mojadas
enredadas en la telaraña.
las criaturas mojadas
enredadas en la telaraña.
Todo
está maldito
por donde pasaste.
por donde pasaste.
Huyo;
todo es azufre,
todo gritos.
Sálvenme
de las migajas.
Todo lo mataste:
la gula, la ira.
Nada queda,
ni Dios para blasfemar.
todo es azufre,
todo gritos.
Sálvenme
de las migajas.
Todo lo mataste:
la gula, la ira.
Nada queda,
ni Dios para blasfemar.
Todo
está maldito, cada hoja, la luna…
Todo está maldito
porque aquí estuviste.
Todo está maldito
porque aquí estuviste.
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