ARTILUGIOS
No puedo sino escribir poesía
Quizás prosa o algún verso
suelto
Privado de coherencia
amarilla
Habrá magulladuras en mis
dedos
El día en que los
artilugios no vengan a mí
¿Tendrá la taza suficiente
café?
Me arrimo a ideas
disparatadas
Nacen, fluyen y abundan en
esta cabeza
Que siendo ovalada parece
contrahecha.
NO HAN
MUERTO EN MÍ LAS GANAS...
No ha muerto en mí las ganas de trajinarme, de sacar bocado
por bocado cada tenue línea en tinta de mi ser completo, es más, aún es una
hebra que apenas roza lo suficiente. Es este laberinto de mil puertas que no se
han abierto.
Se mueve todo tan lento, hay mil cosas por decir, por contar…
Padezco el síndrome del encierro, es brutal pero cierto. No os confundías, es
un encierro visceral, un libro que contiene páginas escrita en claves, en
símbolos que quizás demoren en brotar… Puedo comenzar diciendo que tal vez los
acontecimientos padecidos en tan corto tiempo donde los cambios no han dado
tregua al descanso mental, han bloqueado la salida del torbellino azul que
dictamina mi tan anhelante desahogo…
RETORNANDO
AL MUNDO DE LAS LETRAS PERDIDAS
Podría hacer cantares lúgubres de campos desprovistos de verde
y viento, podría enunciar plegarías de súplicas a Poseído, podría resucitar con
antiguos rituales la salida de mi luna extinguida, o, podría enunciar mi muerte…
Son obscuros los caminos que llevan
Al bosque donde habitan los seres
Cubiertos de luces estelares.
Vuelo sobre ellos, rozo la brisa
Clara y fresca que emana de las estrellas.
El paisaje no es más que un bello poema
De aromas y sonidos armoniosos.
Éxtasis de sentires nuevos y frescos
Las raíces son las que llevo dentro
de esto que encierra mi latido.
Sosiego a la luz de las luciérnagas
Tierra húmeda aroma a pinos
Fuente del descanso y la contemplación
Comprensión absoluta que no es posible describir en
palabras.
Acá habito, hay laberintos custodiados por
Guardianes, transmuto arrojando mi piel al fuego.
¿Nacer?... Va siendo tiempo de nacer otra vez.
HAMBRE DE
MÍ
Comienza como un hormigueo,
luego es la necesidad de más,
siempre ha sido parte de mis huesos
esa necesidad de trajinarme y aunque divague por otros
espacios
hoy tengo hambre de mí…
Hambre de arrancarme de un mordisco la carne ácida,
De beberme la sangre llenita de sueños,
Hoy me acepto, me reconozco.
Un reencuentro entre mis culpas y mis delitos,
Entre mi infancia y mi madurez.
Mi vida y una taza de café…
Un escondite en el fondo del ropero,
Un grito en la cima del cerro,
aromas, historias, proyectos.
Mi vida y una copa de vino…
Largas tertulias y el viejo piano de fondo.
Mis romances, mis derrotas,
Los bochornos graciosos.
Mi vida y un cigarrillo…
Las primeras amigas, las apariencias,
Las promesas abruptas, sueños deshechos
impaciencias y apegos.
Hoy tengo hambre de mí
De saborear mi sonrisa adolescente
Disfrutándome, hablar en voz alta,
De creerme protagonista
de aquellas historias fabricadas
a mi pinta.
Hoy tengo hambre de no tenerme miedo,
Tengo el apetito abierto
A mirarme al espejo,
A robarle un beso a la muerte
Sin confundir lo que soy
De lo que quiero.
Hoy tengo hambre
De ser yo con mis pies,
De ser raíz y viento
¿Qué importa si no te gusto?...
No quiero comer de las apariencias
Con dolidos sacrificios
Y ser carroña póstuma
De terceros.
Amanda Budhatt
Fuente: Amanda Budhatt – Desde las vísceras -Irrupciones Grupo Editor,
2016 Montevideo – Uruguay irrupciones@irrupciones.com
Sobre la
autora:
Amanda Budhatt, nacida en Chile. En la actualidad vive y
trabaja en Uruguay. Desde las vísceras es su primer libro de poesía, en cual me
complace presentar.
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