Cae la noche en pedazos,
aletargado el ruido,
como si un puñado de flores te rezara entre dientes.
No recuerdo el color de tus pies bajo el agua,
dicen que se fueron hundiendo
dándose a la ausencia sin saberlo
y sin querer seguí tus huellas,
quemaduras sobre la hierba.
Por esos días la muerte jugaba al engaño,
cubría mis ojos con ungüentos,
cuidadosa colocaba los emplastos,
la delataba una sensación de ir resbalando,
de ir cayendo a una garganta ya sin fondo.
Me detenía y recogía mis pasos,
como un bostezo que se arrastra
que de pronto sin quererlo olvida y nuevamente cae.
Piel y piel derramándose en la boca abierta,
jirones de noche
ruido adormilado.
***
poesía te tengo desnuda en
mi boca
como un escarabajo de
fuego
Recién ahora comprendes
que la palabra se repite incesante
una sola
con tantos rostros
y nosotros confundidos entre sus pliegues
imaginando poseerla imaginando
creyendo haberla saboreado sobre la hierba
instalados entre la espesura de sus arterias
en ilusión de hacerla gritar hasta el aullido
nos ha dado un
portazo de repente
y nos reconocemos
falsos fabricantes de espejos
***
Caminos que se quiebran
caminos deshechos desde siempre
inmóviles sonidos atisban en la superficie
frases posibles se disuelven en los labios
palabras suspendidas entre los cuerpos
parajes sombríos que llevan en hombros al grito unánime
reconozco tu rostro en ese grito
y otro igual al tuyo o al mío
parece nos tocamos
nos reconocemos
somos ese grito en la garganta del mundo multiplicándose
incesantemente
andamos con una sed de un no tiempo que nos despedaza
y en la frente el balbuceo tembloroso salpicado de vacío
***
Dime tú,
con tu boca recién engendrada,
de dónde aprendiste el ansia,
la duda
de dónde tus cabellos han enrojecido de odio y has caído.
Si viéramos la tristeza del marco de la puerta
desconcertado por lo que abre o lo que cierra;
nos pensaríamos como grietas de tiempo
en la calle en que olvidamos el paso,
la que nos mostró sus ojeras,
sus bombardeos de gritos de niños que se espantan a media tarde;
hablaríamos como habla la niebla bajo una rama;
haríamos cualquier cosa menos callar.
Nuestros pasos hablarían con voz afilada,
con la voz del conjuro que saca una vértebra de un sombrero
y la olvida,
como quien ha sido seducido por el gran salto
hacia la nada si es preciso.
Ethel Barja – De: Trofeo entre dientes (2011)
En el enlace abajo puedes descargar sus libros
https://www.ethelbarja.com/poesia-poetry
Datos de la autora
Nació en Huanchar (Santa Rosa de
Ocopa), Junín, Perú en 1988. Ph. D. Brown University. Es escritora y profesora
de la Universidad de Salisbury en Estados Unidos.
Libros de poesía, entre ellos
Insomnio vocal, La muda y Hope is Tanning on a Nudist Beach (Oversound Prize
2021/ Juan Felipe Herrera International Latino Award 2023). Su escritura
aparece en Voces al norte de la cordillera: Antología de voces andinas en los
Estados Unidos (2016), Inti, Hostos Review, Los Bárbaros (EE.UU.),
Stadtsprachen Magazin, Madera, alba.lateinamerika lesen, Lateinamerika
Nachrichten (Alemania), etc.
Ha participado en el Festival
Internacional de Poesía Latinale (Alemania, 2018) y la Feria del Libro
Hispana/Latina en Nueva York (2017, 2020). Su poesía ha sido traducida al
alemán, francés, portugués e inglés. Es licenciada en lingüística y literatura por
la Pontificia Universidad Católica del Perú, maestra en Literatura Hispánica
por University of Illinois at Chicago y doctora en Estudios Hispánicos por
Brown University, donde fue profesora visitante. Actualmente, es profesora
asistente en la Universidad de Salisbury, dirige Gociterra, portal de crítica,
creación y traducción.
Fuente: https://www.ethelbarja.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu huella