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viernes, 5 de abril de 2024

Julia Wong Kcomt – Tres poemas

 

Foto mía

Parábola para tuertos

 

¿Quién es el rey?

alguien nos domina

Caminamos empujándonos unos a otros

Sedientos por el ojo que nos falta

Las plazas, circunferencias astutas

Casa, corrales, colegios, antros

campos de batallas lunares

La angurria por el ojo que nos fue quitado

Nos obliga a deambular

Hay tuertos que al no soportar la asimetría

Se jalan el poco ojo que les queda

Otros se esconden del sol

su espada es tan filosamente azul

Como el vuelo del ave que engulle sus propios hijos

Creada en la pupila inocente de la música

El agujero infame derramado en una botella de cusqueña petrificada

La longitud de un mercado vacío donde ya no quedan chirimoyas

Sólo pepas, donde los tuertos resbalamos

Confundiendo las semillas con ojos olvidados

De vez en cuando alguien extiende el brazo y

Usa ungüento de sábila para calmar el dolor por los tropiezos

En la puerta del colegio médico

Las coronas de dalias se pudren tras las fotografías siniestras

Los héroes no pudieron volver a firmar una receta

Porque la luz nos ciega

vencerá

Por qué la luz es ciega

No vencerá

Y mientras nos acercamos a esa media oscuridad

nuestra vulgar comodidad de cíclopes venidos a menos

seguimos palpando las migajas que el gran ciego olvida al pasar.

 

Artes de toros

 

Ellos practicaban magia,

sabían que su sangre se confundiría

con los cuernos y vísceras de pulpos engendrados en Cádiz

Las mujeres bailamos en la plaza

Levantamos hacia el cielo el pubis

Las provincias españolas quedaron distantes

asentadas bajo las gotas del sacrificio animal

Despertaban con tambores lejanos al norte del Perú.

Pregonaban otro mar con fortaleza de piedra almíbar

Nunca estuvimos en medio del ruedo

No nos habían crecido cachos para defendernos del enemigo

Las ubres se llenaban de leche tibia

Y el sol se apiadaba de nuestros cuatro estómagos

Ellos rumiaban nuestro amancebamiento y al salir del redil sagrado

Conteníamos la respiración de seres apabullados

Los toros pisaban las flores

Sin saber

Que había vida en sus pétalos.

Confiaban

Que sus encéfalos seniles

Protegerían las estirpes jóvenes

Las terneras llenas de océano y gracia

habían agriado nuestra leche

Ya no éramos esas cuadrúpedas reproductoras

Desde su peso y enormes ojos vagabundos buscando un punto ciego.

Ellos pesaban tanto como un diluvio destructor de bosques

Nosotras nos ensanchamos como el camino que ellos humillaban

así sucedieron días y noches estirando la lengua

Hasta que alguna potra vecina rompió la tranca

Y todas acabamos saltando locas al mar

Nuestra domesticación había terminado.

Agua salada se llenaba de saliva almacenada por siglos

Alguna se percató en la conversión

Cuando la cabeza zambullida entre una ola y la luz de un faro

volvía al aire

palabras de anís y frío irrumpían en la superficie

Algo sucedía en esa heredad desconocida

La gran transformación de pieles y exigencias por alimento

Nuestra cola maternal espantando moscas

Mudó por un pelaje dorado color del sol

Nos volvimos verbo negro, nuestro peso disminuyó como espuma

                                                                                                   del cáñamo.

No había estirpe, ni genealogía

Solo una sutura finísima

Cubría heridas de las ubres maltratadas, transparentes.

(las manos de los mercaderes de leche

estiraban los pezones hasta hacerlos sangrar enfermaron con artritis)

 

La leche era el río de una ciudad de miel y berenjena

Los libros se abrían en las páginas exactas donde el ojo de vaca leía

párrafo preciso para entender el camino hacia una iglesia

Un bebedero de agua dulce

O espacio donde el mundo interior era tan venerable como la mirada

 

Ninguna fue vista como un ser superior

Sino un cuerpo del que aprender. Todas éramos altar.

Sí, después vino ese huracán  de marzo.

Se destruyó el litoral como lo conocían los toros hasta entonces

La misma naturaleza formó surcos y escuadras para protegernos

(de cualquier vendetta).

Supimos que el remanso y el silencio llegarían

Donde la pezuña no patea

Algunas ubres como la mía, quedaron heridas, a otras se las cortaron por completo.

 

Madrid 8 de marzo del 2020.

 

En Biblioteca virtual del Colectivo Tusanaje

 

***

 

Vuelo nocturno del oso panda brasilero

 

(porque no hay pandas en Brasil)

Sueño con osos.

La última y la única vez que vi a un oso, era un panda de verdad.

Esa manía de asociar a los pandas con China y el Bambú,

este oso estaba loco.

Lo tenían resguardado en ese zoológico de Alemania.

No lo vi tierno, ni me dio gracia, ni pena

El zoológico no sólo es una jaula horripilante

Sino un lugar de masturbación silenciosa para  niños

¿Por qué los padres llevan a los niños a ver seres imposibles?

Debe ser terrible ser animal, pero pensar como humano

Lo peor es que la gente ni siquiera lo intuye,

Creen que los pandas, los camellos y

Los elefantes son seres vertebrados que disfrutan

al dar vueltas en un espacio reducido

mientras miles de caritas felices les tiran maíz envenenado

Ese oso panda estaba enloquecido

había roto una puerta, en lugar de masticar el bambú lo miraba con rabia

Si no hubiese un vidrio protector se hubiera tirado encima de los niños curiosos.

Ese mismo año en que vi al oso muy enojado empujar la puerta

Y destruir todo lo que había en su corral

Tomé un vuelo a nueva york

Y te vi encerrado en una ciudad que vibraba como trasbordador espacial

La gente de nueva york es distinta a toda la gente del planeta

Tú estabas allí sentado en una veredita…

Verte allí comiéndote las uñas me dio una sensación parecida cuando vi al oso panda gruñir enfurecido.

 

 

(Publicado en Santa Rabia Magazine)

 

Datos de la autora

Julia Wong Kcomt - Chepén, Perú 1964-2024. Hija de migrantes chinos, es una autora de poesía, ficción narrativa y ensayo literario. Estudió derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Lima y Literatura en diferentes periodos en la PUCP. Cursó varios semestres en universidades del Sur de Alemania, investigando sobre religiones comparadas y filosofía. Ha vivido durante largos periodos en Macau y Hong Kong, Alemania, Perú y Argentina. Gestora cultural y co-creadora del “Festival Internacional de Poesía en Chepén- Chepén”.  Ha publicado varios libros de poesía, cuentos y nouvelles. Entre ellos destacan “Tequilaprayers”, “Pexuña de dragón”, “18 poemas de Fake love para Keanu Reeves”, “Mongolia” y “Aquello que perdimos en la arena.

 

Fuentes: https://comandoplath.com/poemas-julia-wong/

https://migliaro.lamula.pe/2021/05/09/poemas-de-julia-wong/migliarowilly/

 

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