Parábola para
tuertos
¿Quién es el rey?
alguien nos domina
Caminamos
empujándonos unos a otros
Sedientos por el
ojo que nos falta
Las plazas,
circunferencias astutas
Casa, corrales,
colegios, antros
campos de batallas
lunares
La angurria por el
ojo que nos fue quitado
Nos obliga a
deambular
Hay tuertos que al
no soportar la asimetría
Se jalan el poco
ojo que les queda
Otros se esconden
del sol
su espada es tan
filosamente azul
Como el vuelo del
ave que engulle sus propios hijos
Creada en la
pupila inocente de la música
El agujero infame
derramado en una botella de cusqueña petrificada
La longitud de un
mercado vacío donde ya no quedan chirimoyas
Sólo pepas, donde
los tuertos resbalamos
Confundiendo las
semillas con ojos olvidados
De vez en cuando
alguien extiende el brazo y
Usa ungüento de
sábila para calmar el dolor por los tropiezos
En la puerta del
colegio médico
Las coronas de
dalias se pudren tras las fotografías siniestras
Los héroes no
pudieron volver a firmar una receta
Porque la luz nos
ciega
vencerá
Por qué la luz es
ciega
No vencerá
Y mientras nos
acercamos a esa media oscuridad
nuestra vulgar
comodidad de cíclopes venidos a menos
seguimos palpando
las migajas que el gran ciego olvida al pasar.
Artes de toros
Ellos practicaban
magia,
sabían que su
sangre se confundiría
con los cuernos y
vísceras de pulpos engendrados en Cádiz
Las mujeres
bailamos en la plaza
Levantamos hacia
el cielo el pubis
Las provincias
españolas quedaron distantes
asentadas bajo las
gotas del sacrificio animal
Despertaban con
tambores lejanos al norte del Perú.
Pregonaban otro
mar con fortaleza de piedra almíbar
Nunca estuvimos en
medio del ruedo
No nos habían
crecido cachos para defendernos del enemigo
Las ubres se
llenaban de leche tibia
Y el sol se
apiadaba de nuestros cuatro estómagos
Ellos rumiaban
nuestro amancebamiento y al salir del redil sagrado
Conteníamos la
respiración de seres apabullados
Los toros pisaban
las flores
Sin saber
Que había vida en
sus pétalos.
Confiaban
Que sus encéfalos
seniles
Protegerían las
estirpes jóvenes
Las terneras
llenas de océano y gracia
habían agriado
nuestra leche
Ya no éramos esas
cuadrúpedas reproductoras
Desde su peso y
enormes ojos vagabundos buscando un punto ciego.
Ellos pesaban
tanto como un diluvio destructor de bosques
Nosotras nos
ensanchamos como el camino que ellos humillaban
así sucedieron
días y noches estirando la lengua
Hasta que alguna
potra vecina rompió la tranca
Y todas acabamos
saltando locas al mar
Nuestra
domesticación había terminado.
Agua salada se
llenaba de saliva almacenada por siglos
Alguna se percató
en la conversión
Cuando la cabeza
zambullida entre una ola y la luz de un faro
volvía al aire
palabras de anís y
frío irrumpían en la superficie
Algo sucedía en
esa heredad desconocida
La gran
transformación de pieles y exigencias por alimento
Nuestra cola
maternal espantando moscas
Mudó por un pelaje
dorado color del sol
Nos volvimos verbo
negro, nuestro peso disminuyó como espuma
del cáñamo.
No había estirpe,
ni genealogía
Solo una sutura
finísima
Cubría heridas de
las ubres maltratadas, transparentes.
(las manos de los
mercaderes de leche
estiraban los
pezones hasta hacerlos sangrar enfermaron con artritis)
La leche era el
río de una ciudad de miel y berenjena
Los libros se
abrían en las páginas exactas donde el ojo de vaca leía
párrafo preciso
para entender el camino hacia una iglesia
Un bebedero de
agua dulce
O espacio donde el
mundo interior era tan venerable como la mirada
Ninguna fue vista
como un ser superior
Sino un cuerpo del
que aprender. Todas éramos altar.
Sí, después vino
ese huracán de marzo.
Se destruyó el
litoral como lo conocían los toros hasta entonces
La misma
naturaleza formó surcos y escuadras para protegernos
(de cualquier
vendetta).
Supimos que el
remanso y el silencio llegarían
Donde la pezuña no
patea
Algunas ubres como
la mía, quedaron heridas, a otras se las cortaron por completo.
Madrid 8 de marzo
del 2020.
En Biblioteca
virtual del Colectivo Tusanaje
***
Vuelo nocturno
del oso panda brasilero
(porque no hay
pandas en Brasil)
Sueño con osos.
La última y la
única vez que vi a un oso, era un panda de verdad.
Esa manía de
asociar a los pandas con China y el Bambú,
este oso estaba
loco.
Lo tenían
resguardado en ese zoológico de Alemania.
No lo vi tierno,
ni me dio gracia, ni pena
El zoológico no
sólo es una jaula horripilante
Sino un lugar de
masturbación silenciosa para niños
¿Por qué los
padres llevan a los niños a ver seres imposibles?
Debe ser terrible
ser animal, pero pensar como humano
Lo peor es que la
gente ni siquiera lo intuye,
Creen que los
pandas, los camellos y
Los elefantes son
seres vertebrados que disfrutan
al dar vueltas en
un espacio reducido
mientras miles de
caritas felices les tiran maíz envenenado
Ese oso panda
estaba enloquecido
había roto una
puerta, en lugar de masticar el bambú lo miraba con rabia
Si no hubiese un
vidrio protector se hubiera tirado encima de los niños curiosos.
Ese mismo año en
que vi al oso muy enojado empujar la puerta
Y destruir todo lo
que había en su corral
Tomé un vuelo a
nueva york
Y te vi encerrado
en una ciudad que vibraba como trasbordador espacial
La gente de nueva
york es distinta a toda la gente del planeta
Tú estabas allí
sentado en una veredita…
Verte allí
comiéndote las uñas me dio una sensación parecida cuando vi al oso panda gruñir
enfurecido.
(Publicado en
Santa Rabia Magazine)
Datos de la
autora
Julia Wong Kcomt - Chepén, Perú 1964-2024.
Hija de migrantes chinos, es una autora de poesía, ficción narrativa y ensayo
literario. Estudió derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Lima y
Literatura en diferentes periodos en la PUCP. Cursó varios semestres en
universidades del Sur de Alemania, investigando sobre religiones comparadas y
filosofía. Ha vivido durante largos periodos en Macau y Hong Kong, Alemania,
Perú y Argentina. Gestora cultural y co-creadora del “Festival Internacional de
Poesía en Chepén- Chepén”. Ha publicado
varios libros de poesía, cuentos y nouvelles. Entre ellos destacan
“Tequilaprayers”, “Pexuña de dragón”, “18 poemas de Fake love para Keanu
Reeves”, “Mongolia” y “Aquello que perdimos en la arena.
Fuentes: https://comandoplath.com/poemas-julia-wong/
https://migliaro.lamula.pe/2021/05/09/poemas-de-julia-wong/migliarowilly/
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