*Darren Holmes
PRIMERA DECLARACIÓN DE LA ESCLAVA
Yo jadeo por ti.
Muero por tu mano en la
mía
sueño con tu abrazo
mi ilusión es que un día
me digas
ven, quiero besarte
te adoro, eres hermosa.
Yo podría si me dejaras
decirte mil veces
te quiero, quiero estar
contigo
mañana, tarde y noche
a pesar de estos mil años
horas de horas viendo
televisión
amor intenso
o tibio, o largo o breve.
Pero callo
sé que me despreciarías
como a una perra pegajosa
y babeante
que no deja de mover la
cola
la lengua afuera
cuando llegas;
que se orina en las
alfombras
cuando presiente una
caricia.
PRIMERA Y ÚNICA DECLARACIÓN DEL SEÑOR
Yo sólo quiero que seas
feliz,
no te amo
soy tu amigo y aprecio tu
amor
mi cariño es infinito
pero no puedo darte lo que
quieres
no me enciendes
tu piel no llama a mis
manos
mi corazón está lejos de
calmar tus afanes:
si me quedara no te haría
feliz
tú no me haces feliz.
No soy tu Señor.
Soy apenas un hombre
detrás de los sueños
igual que un perro ciego
ladrándole a los ruidos.
Todas Se Llaman María
Todas se llaman María
y es inútil distinguirlas
buscar para cada una el
rostro diferente
saber cuál del ellas fue
la enamorada
la que supo romper el
frasco de perfume
secar con sus cabellos los
pies recién lavados
si ella es la misma que
lloró
cuando Él fue muerto
si ella le alivió el sudor
en el camino
o fue otra la María
que corrió detrás de los
sepultureros
todas se confunden en ese
obediente rebaño
nadie recuerda el día
cuando Él la llamó
le dio un nombre
como si fuera la única
acompañando sus noches
la elegida para vivir por
los caminos
anunciando las buenas
nuevas
mas la palabra no les fue
otorgada
el día de la confirmación
de la fe
cuando el espíritu santo
llenó a los elegidos de
sabiduría
ellas estaban en la
cocina.
YO FUI TU INASIBLE
Amada inasible, me
llamaste una vez
inasible amada
fui
fui
era
hasta que me hice asible
dejé que me tomaras
casi, casi
desaparecí entre tus manos
me dejé devorar. Tus
dientes amados
tus manos fuertes, el
sabor de tu saliva
me salvé dentro de tu piel
me hice grano, pus
piojo en tu pelo
parásito en tu estómago
dentro de ti no corría
peligro
pegada,
bien asida la inasible.
Me prendí a ti con garras
que saqué
sólo Dios sabe de dónde
y conseguí ahorgarte.
Fuiste
mi cadáver exquisito.
No podías respirar
y era yo, alojada en tus
pulmones
en la garganta, en la
tráquea
no podías comer
y era yo en tu estómago
en el hígado.
No podías dormir, no
podías amar:
era en todas partes.
(De La ceremonia del
adiós)
PREGUNTA CON RESPUESTA
¿qué has estado haciendo durante
todo este tiempo?
He estado limpiando mi
casa
y todavía no termino.
Fuente: Poetas peruanas de Antología
Giovanna Pollarolo, (Tacna
- Perú 1952) poeta, ensayista, novelista y guionista.
Que maravilla, María.
ResponderEliminarLa de no soy tu señor...que manera de llorar.
Un abrazo!!!!
Sí, llora. Nos habla a gritos de sus penas de amor con un lenguaje coloquial y directo; por eso impacta.
ResponderEliminarA mi me gusta mucho el poema: Todas se llaman María; el nombre de la virgen y por ello uno de los más comunes.
María, somos todas las mujeres.
El final me parece increíble, María no llego a los elogios de la sabiduría porque estaba en la cocina, una clara denuncia de la sociedad machista.
Un abrazo y gracias por dejar tu huella.