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domingo, 8 de abril de 2012

Mis cuentos: La Fiesta

James Hall Nasmyth - Apple 1874

La fiesta 

La luna se distingue redonda saboreando la noche, mientras ella alza su copa y sonríe, está rodeada de gente, todos hablan y ríen felices, la música también los ampara con su manto de sonidos y es que la fiesta está llegando a su punto más álgido. Con un gesto de cabeza ella asiente y devuelve la sonrisa, saborea lentamente el agradable oro líquido de su copa y siente como la alegría va subiendo tibia por su piel.
Es una invitada más y teme ser sorprendida con alguna indiscreción. Ahora, que por fin, está en un sitio agradable, lleno de jardines y mesas adornadas, celebrando un importante acontecimiento. Su plato está vacío y ya no siente hambre ni sed, sólo una sensación placentera se le sube a la cabeza.
De pronto, una mujer de blanco se le acerca, le habla al oído y le pide con delicadeza que se levante y se despida de los invitados. Ella obedece y deja su copa sobre la mesa, hace un gesto con las manos a manera de adiós, pero algunos parecen tan entretenidos que ni siquiera le responden. La mujer de blanco la coge del brazo y juntas caminan dentro de la magnífica casona, ambas suben por las amplias escaleras, se siente ligera y la tranquilidad le ensancha el corazón. La mujer de blanco la lleva a una habitación austera de acogedoras paredes color crema, en una esquina pegada a la ventana se encuentra una cama. La mujer de blanco la ayuda a desvestirse, le pone un camisón y con suavidad la acuesta, ella se cubre gustosa con una mullida colcha, apoya su cabeza en una almohada tan suave y tan blanca como su mente.

Mis cuentos: María Germaná Matta
Safe Creative #1204091444609

2 comentarios:

  1. perturbador relato!

    me gusta muchísimo

    abrazos*

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  2. Gracias por la visita y comentario Rayuela. Sí, tiene un punto perturbador, y aunque el personaje ya no sienta angustia, la falta de memoria perturba.
    Un abrazo

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