Foto de Sophie Thouvenin
Poética
Sí,
es verdad que la poesía está
simplemente
ahí y no tendida
como
una reina sino en constante
transformación
de eso que miramos
sí,
cualquier cosa en la irrazonable
materia
yendo del tormento hacia
la
dicha y al revés, como el copo
inmaculado
de esas flores
desgajadas
al cenit y ahora
sí,
decayendo pero al centro
se
alzan los pimpollos del racimo
enlazados
al fin por el tiempo
aunque
el próximo abril otro copo
vuelve
ingenuo como hoy a florecer
sí,
para mostrar la perfección
de
la paciencia en la materia
que
parece atolondrada claro
al
no ver que solo la muerte acecha
a
la belleza y es precisamente
sí,
su única presa, famélica
muerte
tan parecida a nosotros
que
tenemos toda la poesía
ahí
y no tendida sino en labor
constante
de quien mira y en su carne
propia,
sí, que no ve otra cosa
perdiendo
así la ceremonia
de
la entera materia donde alguien
corta
como yo un ramo y soy
lo
cortado esta vez o quizás
sí,
lo mirado porque es verdad
que
la poesía está simplemente
y
no seremos solo nosotros
quien
la revela o lo revelado.
Foto de Sophie Thouvenin
El jardín
He
construido un jardín como quien hace
los
gestos correctos en el lugar errado.
Errado,
no de error, sino de lugar otro,
como
hablar con el reflejo del espejo
y
no con quien se mira en él.
He
construido un jardín
para
dialogar
allí,
codo a codo con la belleza, con la siempre
muda
pero activa muerte trabajando el corazón.
Deja
el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba
las dos orillas, no hay nada, más
que
los gestos precisos -dejarse ir- para cuidarlo
y
ser, el jardín.
Atesora
lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando
en perfecto y distanciado castellano.
Lo
que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que
te allega, a la orilla lejana de la muerte,
Ahora
la lengua puede desatarse para hablar.
Ella
que nunca pudo el escalpelo del horror
provista
de herramientas para hacer, maravilloso
de
ominoso. Sólo digerible al ojo del terror
si
la belleza la sostiene. Mira el agujero
ciego:
los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en
el espejo frente al cual, la operatoria carece
de
sentido.
Tener
un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno
movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas
mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda
y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde
de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras
la sombra de su caída anuncia
en
el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin
sueño del sujeto cuando muere, mientras
la
especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El
jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Demanda
su mano que recorte y modifique
la
tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo
la noche helada. El jardín mata
y
pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos
correctos en el lugar errado,
disuelve
la ecuación, descubre el páramo.
Amor
reclamado en diferencia como
cielo
azul oscuro contra la pena. Gota
regia
de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a
la orilla más lejana. I wish you
were
here, amor, pero sos, jardinera y no
jardín.
Desenterraste mi corazón de tu cantero.
The Garden
I have built a garden like someone who makes
the right gesture in the wrong place.
Wrong, not from error but from another place,
like talking with the reflection in the mirror
and not with the one who looks into it.
I have built a garden in order to converse
there, elbow to elbow in beauty, with the always
mute but active death working the heart.
Drop the baggage it repeated, now that your body
makes out the two shorelines, there is nothing, except
the precise gestures –to let oneself go- to care for
and be, the garden.
Treasure what you lose, it repeated, this death
speaking in perfect and distant Spanish.
What you lose, while you hold on, is the only
companionship
that gathers you up on the far shore of death.
Now the tongue can come untied so it can speak.
The tongue that could never be the scalped of horror
provided with the tools to make the marvellous
from the ominous. Terror is only endurable to the eye
if beauty sustains it. Look at the blind
hole: the precise and loving gestures with no
reflexion
in the mirror in front of which, the maker lacks
meaning.
To have a garden is to give yourself over to it and
its
eternal movement of departure. Flowers, seeds and
plants die forever or they renew themselves. There is
pruning and there are moments, in the sweet darkness
of a
summer twilight, to see it spilling over like this
while the shadow of its fall foretells
the solid radiance of March, or in the dreamless
sleep of the subject when it dies, while
the species that contains it doesn’t stop forging
itself.
The garden calls for its gardener to see it die.
It demands her hand sculpt and modify
the naked land, given return in the tilled flowerbed
under the frozen night. The garden kills
and asks to be dead so it can be a garden. But to make
the correct gestures in the wrong place,
dissolves the equation, reveals bleak windswept plain.
Love reclaimed through difference like
dark blue sky against the pain. Royal
drop of the storm in whose arms you arrive
on most distant shore. I wish you
were
here amor, but you are gardener and not
garden. You unearthed my heart from your flowerbed.
Traducción de Christiane Jacox Kyle
Diana Bellisi nos habla de la inspiración y nos lee su poesía
Biografía
Diana
Bellessi nació en Santa Fe, Argentina 1946. Poeta y filósofa. Durante dos años
coordinó talleres de escritura en las cárceles de Buenos Aire, experiencia
plasmada en el libro Paloma de contrabando (1988). Es autora de los poemarios: Destino y propagaciones (2005), La voz en bandolera (2008), entre otros. Le
han otorgado las becas Guggenhein en poesía (1993) y la de Trayectoria en
Poesía del Fondo Nacional de las Artes (2007). Ganó el Premio Fundación El Libro por
mejor Libro Año 2009 en la Feria del Libro de Buenos Aires (2010) y ha ganado
el Premio Nacional de Poesía (2011).
Fuente: Revista Fórnix Nº 12 - Memoria del
Segundo Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA) 2013 – Editorial
Nido de Cuervos – Lima Perú
Que letras más hermosas traes y compartes... Voy volviendo de a poco, luego de un periodo de confuso al mundo de la literatura, a las letras vivas hechas por nuestro sentir... Un abrazo y gustosa de saborea tan rico material y tan bello blog... :)
ResponderEliminarAmanda,
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras. A veces hay periodos que uno se aleja, y se piensa que no se volverá a escribir, pero después se vuelve; con fuerza.
Un beso
No la conocía María y me ha encantado, no sé es una forma tan sencilla y a la vez tan perfecta de contar las cosas que desde el principio se establece una conexión con ella y con lo que nos narra.
ResponderEliminarUn beso