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viernes, 15 de mayo de 2020

María Velho da Costa - fragmentos de poemas



Imagen de la red

Tres fragmentos del poemario REVOLUCIÓN Y MUJERES 

De Maria Velho da Costa
Traducción de estos poemas por el poeta Mijail Lamas


RECONSTITUCIÓN DE LA FUERZA DE TRABAJO

Ellas son cuatro millones, el día nace, encienden la lumbre. Ellas cortan el pan y calientan el café. Ellas pican cebollas y pelan papas. Ellas separan el salvado y los restos de comida. Ellas despiertan, aún en lo oscuro, a los hombres, a los niños y a las bestias. Ellas llenan las loncheras y termos y mochilas con latas y cuadernos y bocadillos y fruta envuelta en un paño limpio. Ellas lavan las sabanas y las camisas que se volverán a llenar de sudor. Ellas friegan los pisos de rodillas con un cepillo y detergente amarillo y espantan a los incestos para que no vengan a molestarles mientras duermen. Ellas regatean en los mercados y las plazas. Ellas cuentan los centavos. Ellas tejen y enhebran en agujas de madera la lana que habrá de mantener en su cuerpo el calor de la comida que preparan. Ellas vienen con un cántaro de agua en la cintura y un atado de leña en la cabeza. Ellas limpian las piletas y las tinas y las conejeras y los corrales. Ellas encienden la lumbre. Ellas parten las verduras. Ellas tallan el fondo de las ollas. Ellas planchan medias y camisas y pantalones y de nuevo medias. Ellas fustigan el fogón con una azada de acero. Ellas recorren la ciudad a pie porque en aquel barrio los overoles son más caros. Ellas corren desaforadas para no perder el tren, el barco. Ellas ponen en el piso el sesto y abren la puerta con la mano enrojecida. Ellas atrancan la puerta del granero. Ellas les meten el dedo meñique a las gallinas para saber si pondrán huevo. Ellas encienden la lumbre. Ellas menean el arroz con un tenedor de zinc. Ellas lamen el extremo del hilo para voltear la camisa. Ellas llenan los platos. Ellas ponen la vasija en el borde del fregadero para sostenerla. Ellas se abren para un hombre cansado. Ellas también duermen.           



TRANSMISIÓN IDEOLÓGICA

Cosas que se dicen:

– Párale al drama.
– Éstas no son cosas de niña.
– Mi hombre no quiso.
– Estudia, que si consigues un trabajo pequeño siempre serás de ayuda.
– La mujer debe estar en la casa.
– Es el destino que le toca a cada quien.
– Dios no quiso.
– El sacerdote me dijo que así no.
– Dale un beso a la señora que ha sido tan amable con nosotros.
– Tu sabes que no soy de esas.
– Estás echando a perder tu futuro con uno y con otro.
– Déjate de eso, lo que necesitas es sosiego y paz espiritual.
– Me compré unos jeans geniales, mira.
– Siempre puedes conseguir una nueva televisión.
– Cada uno en su lugar.
– ¿Crees que al final se case contigo?
– Siempre habrá pobres y ricos.
– Si me quisieras, no andarías con esa puta gastando lo nuestro.
– Dale de comer a tu hermano que está haciendo la tarea.
– Siempre es un hombre.



PRODUCCIÓN DEL DESEO

Ellas se miran en el espejo durante mucho tiempo. Ellas lloran. Ellas suspiran por un chico pelirrojo, por dos peinetas decoradas con piedras, un anillo con perlas. Ellas limpian los pliegues de la vagina de la niña con un algodón húmedo, pobrecita piensan. Ellas esconden las telas manchadas de sangre cargadas de una gran tristeza sin razón. Ellas sueñan tres noches seguidas con un hombre al que sólo vieron en la puerta de un café. Ellas traen en la bolsa de la compra una pequeña caja de plástico que sirve para pintar de azul el borde de sus ojos. Ellas inventan historias de comadres como quien vive una aventura. En secreto, ellas compran fotonovelas. Ellas se enamoran mucho. Salen poco. Ellas no duermen pensando en pequeñas cortinas con volados. Ellas se sacan su primera cana con unas pinzas compradas en la farmacia. Ellas gritan irracionalmente y se aferran a sus hijos recién golpeados. Ellas hacen la vida sin que su madre lo sepa, por tres vestidos y un par de botas. Ellas pagan la letra de la motocicleta del hombre que las golpea. Ellas no hablan de estas cosas. Ellas dicen nombres que no vienen de noche. Ellas se quedan absortas con la pinza entre los dientes mirando al gato sentado en el tejado entre los geranios. Ellas querían otra cosa.

REVOLUCIÓN Y MUJERES - (Fragmentos)
De Maria Velho da Costa
Traducción de estos poemas por el poeta Mijail Lamas

Sobre la autora
Comparto tres poemas del poemario Mujeres y Revolución de la poeta portuguesa Maria Velho da Costa, (Lisboa, 1938). Fue galardonada con el Premio Camões en 2002, el premio literario más importante en lengua portuguesa. Consagrada, ya en 1969, con la novela Maria Mendes, su popularidad aumentó después de la publicación de las Novas Cartas Portuguesas (1972), obra en que se manifiesta una abierta oposición a los valores femeninos tradicionales. Revolución y mujeres habla del papel que tuvieron las mujeres en la revolución del 25 de abril, también conocida como la revolución de Los Claveles.
La traducción estos fragmentos fue realizada por el poeta Mijail Lamas.




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