*Carlos Cañas - Sin título
Las manos y los siglos
“Y he aquí que ese pasado de súbito
se hace presente. Que lo palpo y aspiro. Que vislumbro ahora la estupefaciente
posibilidad de viajar en el tiempo como otros viajan en el espacio”.
Alejo Carpentier
Voy a decirlo todo
como lo vio el bisonte
y lo esculpió en las rocas
el hombre de Altamira…
Soy la lumbre del tiempo
y el corazón del mundo.
Soy un ser sin edades
sin cálculos
sin prisas
sin relojes de arena
sin sandalias
sin báculos
y sin abecedarios.
Soy un sin tiempo sin
tiempo.
he recorrido asombros
borrascas
ansiedades
y miradas perplejas
y voces guturales
y alegrías informes
y formas desprendidas
de la urgencia y del
hambre…
He visto arder el fuego
y estallar los guijarros
y correr el antílope
y recoger bellotas
en paisajes de taiga.
Voy a decirlo todo
con palabra sencilla
y soltaré mi lengua
como un pequeño pájaro…
Voy a decirlo todo.
he de vaciar un cántaro.
Más tarde
con el tiempo
me cubrirá la hierba
me asumirá el silencio
y cesarán mis pasos…
Espacio De Canela
Mi cuerpo es una rama de
canela
cortada en un Agosto de
claveles,
el trópico quemaba níveas
pieles
y hervía en los trapiches
la panela.
Hermana del zenzontle que
pincela
sonidos de su buche en los
vergeles
la rama se acompaña con
las mieles
que ríen de abeja cuando
vuela.
No tengo de la rosa su
corola
mas guardo flor de barro
en cada mano
que tiñe de rubor a la
amapola.
Canela el corazón, canela
el viento,
mi cuerpo ha ardido en
leños de verano
y tú, tienes canela en el
aliento…
Soy una mujer sin lágrimas.
Llanto
Soy una mujer sin lágrimas.
La sal no resbala sobre
mis mejillas:
madre murió,
hijo vaga por el mundo,
carezco de nietos.
Tengo dos cosas por las
cuales vivo:
la fe en mi pueblo
y el amor inmenso que me
une a tu paso.
Pero la noche del 22 de
enero
cuando vi caer a mi gente,
ametrallada por la furia
de los innombrables
cerca del Parque Barrios y
en el corazón de San Salvador,
entonces
la casa se llenó de
gritos,
lamentos y gemidos…
Perros aullaron en todos
los contornos,
lechuzas silbaban
frenéticas derritiendo el asfalto,
ojos me salían de las
órbitas
y por fin
dormí
ahogada en llanto…
Mercedes Durand, poeta,
narradora y periodista - El Salvador (1933 – 1999)