Mensaje malba de Xul solar
Mi
mano es inocente,
ignora cuán horrible
es verse sin pausa.
La hundo en el cielo mojado
que asfixia la planicie del
color.
Ni una pulgada de tierra
marchita, ni un detalle
dejado al azar,
el temblor me agobia
como una necesidad de hierro.
***
Mi
rostro
no me corresponde.
Me resulta imposible
sonreír a mi reflejo
con plenitud.
El madero que se deja sepultar
por el fango
se humilla ante
el menor sacrificio;
al negro
le confiero más realidad
que a mí misma.
***
MUJER
DE AGUA
A Helena Araújo
Soy la mujer sentada
a la orilla de todos los lagos.
Los restos del árbol están
impresos
en las yemas de mis dedos.
Me resbalo por la piel de la
cigarra;
con mi delantal abanico el alma
de la hoja.
Cruzo mis gruesos tobillos; busco
selva la luna.
Me repito seis veces dentro de mí
misma
en el umbral donde los mundos se
funden.
Creo el huevo en la mitad de dos
manos
que se abrazan sin tocarse.
Mientras dibujo el último
círculo, aparece una segunda vida;
maraña de brazos, piernas y
bocas.
No tengo otro papel para escribir
que la roca sobre la cual
naufrago.
***
Es
imposible vivir un error
sin helar todos
los gestos verdaderos.
Debo proteger la luz
de su propia sangre.
***
De
pronto
el sur oscila.
El sol es un enorme saco
de ruinas que fermenta la misma
piedra
una y otra vez.
La vida de los hombres
suda, se esponja,
segrega musgos y líquenes;
todo hormiguea
en esa enorme cloaca
mal cocida, hinchada, hendida.
Mi cara nudosa
nace
de un temblor cerrado.
***
SYLVIA
El no ser perfecta, me hiere.
Sylvia Plath
Sé que a veces no soy sólida
soy sólo el negativo de una ola
un hueco sin sombra que olvidó
el lenguaje de la espera
A veces salgo de casa
con la impresión de que
soy pluma en caída
un suspiro de rama seca
en la boca de otro
que me piensa
A veces me hundo en cobijas de
humo
creadas por mí
para sanar en secreto las llagas
de una vida sin ofrendas ni
santuarios
Suelo sentarme
en los umbrales de las puertas
para habitar el límite exacto
entre lo hallado y lo perdido
Hoy amanecí con los labios
blancos
de tanto robarle horas
al aire
Sabiduría gitana del errante
me abrasa la inmortalidad
ardiente
mil manos para un nuevo comienzo.
***
INVOCACIÓN
Ven. Construye mi mirada
con la inocente ceguera
de quien busca revelar
los secretos del agua.
Acércate. Pero antes de develarte
dale la vuelta a mi sombra
para que no se venga abajo
cuando se entere
de que estamos
irremediablemente destinadas.
Sé que tu invisibilidad no te
niega,
pues cuando estás cerca
una lanza me atraviesa los
párpados.
Ninfa, ven.
Celebremos lo que no existe.
Yenny León de: A orilla de todos
los lagos
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Biografía
Yenny
León nació en Medellín, Colombia, 1987. Docente de Literatura y Edición de
textos en las universidades UPB y EAFIT. Magíster en Escrituras Creativas
(Universidad EAFIT) y Filóloga Hispanista (Universidad de Antioquia). Obtuvo el
I Premio de Poesía Ciudad de Medellín, convocado por la Corporación de Arte y
Poesía Prometeo (2011), la IX Beca a la Creación de Poesía de la Alcaldía de
Medellín (2012), el primer puesto en el XXX Concurso Nacional Universitario de
Poesía de la Universidad Externado de Colombia (2017), la Beca a la Creación de
Literatura Infantil con enfoque de diversidad (2019) y el Estímulo de
Presupuesto Participativo para creadores de la Alcaldía de Medellín (2019).
Varios de sus poemas han sido publicados en revistas nacionales e
internacionales. Libros publicados: Entre árboles y piedras (Bogotá: Planeta,
2013), Campanario de cenizas (El Salvador: La Chifurnia Editorial, 2016), La
hierba abre su latido (Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2018),
Rastros-rostros: altares análogos (Medellín: Corporación La Bisagra, 2019) y la
antología A la orilla de todos los lagos (Bogotá: El Taller Blanco Ediciones,
2020). Co-creadora de Milhojas, juegos de escritura (Medellín: Editorial EAFIT,
2019).
Fuente: Carruaje de Pájaros
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