Cuadro de Frida Kahlo - El venado herido
Flores ácidas
Para Anusha*, a su memoria
Mejor si
con paciencia de artesano
–aguja y
tinta de tatoo mediante–
esas
flores sin pétalos se abrieran en tu piel,
–Anusha–
Mejor si
marcado al roce del arte,
el relato
nombrara sólo adolescencia:
mariposa /
amor / luna / ideograma;
mejor si
cubierto de arena cada estambre
si trazos
en la memoria del siglo
–de los siglos–
si tallado
en la piedra el monolito,
hendido a
golpes de gubia
entintado
el surco y mil
veces
copiado el lema volanteado
a las
muchachas vecinas.
Nunca este
serpenteo de flores ácidas
esta
culebrilla amorfa,
tu luz
acribillada en el oscuro caldo:
manos
amadas –y armadas–
gatillaron
/chamuscaron
tu frágil
envoltura
capa sobre
capa
dragados
tus ríos
tus
colinas
la seda
oliva de tu piel
–aniquilada–
la
inscripción de la belleza en el estuche .
Ni aguas
abiertas
ni cruce
impune a la otra orilla.
Sí tu
negra caja
de puños y
madera lacrada
cerrados /
impotentes,
gotea
sangre la lengua del poema:
alfabetos
/ deletreos / delirios
la
cartografía de tus nuevas estaciones:
dolor
desamparo
intemperie
muerte
*Anusha,
adolescente quemada con ácido (por su padre con ayuda de su madre) y fallecida
la última semana de octubre de 2012 en Saidpur Bela, aldea de Khoi Ratta
(región), Cachemira, Pakistán.
Foto de Laura Horstadter
Umbral
I
A tientas lo atravieso: umbral de olvido al cascarón desierto.
Grumos escuálidos / arena / en el cuenco de mi mano.
Solfeo de tablillas desmenuzadas:
bajo continuo / debajo de mis pies
a ras de agua / a ras de pozo.
Sopla un viento lunar dobla los pasillos de la noche.
Silencio de telaraña.
Hilachas,
la cortina de cretona floreada
pieza master de mi madre al pedal de la Singer.
Sin parpadeos absorto / en el recorte irregular
–astillas de vidrio esmerilado–
resiste
el rumor sepia del paisaje / hasta secarme los ojos.
II
Nítidas
las florecitas rehílan blanco / el patio de ladrillos,
su antigua nevisca de ciruelo en primavera.
Pétalos de cerezo caen: / ¿es belleza o ilusión? (*)
Cifra de infancia y juventud,
gotea / el árbol
la breve vía láctea
cubre el piso.
(*) Saigyo, (Kioto, Japón 1118-1190).
Disrupción
El turista nórdico guarda la Nikon
abre su Mac
pide café y torta de arándanos
sugerencia del chef.
La ventana precipita
–punto de fuga–
el loco baile del ojo vagamundo:
lame el lobo a Caperucita
―drama erótico―
antropofagia en la vidriera del sex shop.
Simultánea y alocada
sube súbita
–la calle rehén–
descamisada la turba
perturba
su mirada azul / la humana columna
astilla
la caperuza
sella el rojo a los matungos
y la bosta remanente;
lobos suben a los carros y
abuelita aturde al megáfono:
qué dientes tan grandes tienes…
Sopla un viento agrio en la canasta vacía.
Madres deslenguadas deslindadas
deshilvanan caperuzas
cruzan
los niños un bosque de sombra sin atajos
inventan
el pan suyo
el pan nuestro
el pan triste
nuestro
de cada día.
Biografía
Marta Ortiz, nació en Rosario, Argentina. Narradora y poeta, licenciada en Letras graduada
en la UNR.
Publicaciones y premios: El vuelo de la noche (La Editorial, Univ. de Puerto Rico, 2006;
primer premio de cuento, Bienal Internacional de Literatura P. R. 2000; primera
mención Premio Provincial de Narrativa “Alcides Greca 2007” –Santa Fe–, obra
editada); Diario de la plaza y otros desvíos (poesía, El Mono Armado, Bs. As,
2009); Colección de arena (cuentos, Editorial Fundación Ross, Col. Narrativas
Contemporáneas, Rosario, 2012). En antologías, entre otras: Los cuentos (Ed.
Fundación V. Ocampo, Bs As, 2007); Los poemas (Ed. Fundación V. Ocampo, Bs As,
2009); Poetas del tercer Mundo (Ciudad Gótica, Rosario, 2008); El río en
catorce cuentos (Editorial Fundación Ross, Rosario, 2011); Cuando el río suena
(poesía, Vinciguerra –col. Summa-, Bs. As., 2012). La sangre que llegó al río
(cuento) se publicó en CASA de las Américas Nro. 237, La Habana, Cuba.
Edita el blog Vuelo de noche
Fuente:El periódico de poesía