Pavel Tereskovets - despair
Un acantilado
(…)
Esa
piedra
Atada
a los tobillos
En
nuestro primer salto
Mortal.
De: Tragaluz de noche
Me he enamorado, señora
De
las cosas buenas,
dulces
higos en la lengua
nutridos
por amarga leche
desde
el tronco.
De
los reflejos de un cristal
en
otro,
de
la ternura de los viejos
que
no se han arrepentido.
Del
canto ritual,
de
la repetición de un ritmo
que
marca el paso de los hombres.
Del
trigo, del pan,
de
la plegaria que se eleva
sin
motivo.
De
la chispa en los ojos
deslumbrados,
suave
manera de multiplicar la vida.
Del
color,
lanza
que no hiere.
Del
surco abierto
y
la brasa oculta en la semilla.
De: Un cristal en otro
A la Distancia
Para
Alejandro Folgarolas
El
ruido de pájaros proviene de una sala, de una estancia
pues
apenas se puede creer
que
ya bastante música haya flotado por aquí;
los
picos me muerden la médula de los huesos
y
no me dejan respirar, sólo pienso:
tengo
frío, tengo que dejar de explicarme el mundo
-palidez,
tragos amargos, falta de aire abierto en ti
Como
línea melódica que diciendo menos cosas-
¿El
significado? ¿Cuál? ¿El único?
El
que te vuelve ajeno,
el
que hace ruido con las alas…
De: El sueño del cazador
Tibuchina
Violáceo
viaje
a
una matriz
al
descubierto.
Dedos
vegetales
que
se estiran ululando
identidad:
sí,
son
los míos,
los
que tocan las membranas
más
delicadas del ojo
por
dentro.
Han
dejado ahí un residuo dactilar,
un
estanque de círculos
irrepetibles.
Algo
avanzó por los arroyos,
los
hilos de agua
de
mis nervios,
una
manera táctil de silbar,
de
llamarle a alguien por su nombre
aterciopelado
cubriendo
de emociones
su
rugoso tronco
sin
que,
serpentina,
se
enrede,
se
enrosque,
se
encienda
su
fragilidad.
Mas
los cielos no se abrieron ni voz atronadora
hizo
estremecer tejidos interiores aún más tiernos,
meninges
tan
susceptibles, tan finitas
tan
proclives al aumento,
tan
sensibles al misterio.
Tan
inflamables y estallables.
Tan
puertas de par en par
a
la sensualidad de un pensamiento
capaz
de darle un vuelco a las entrañas.
Que
en ese su instante de tranquilidad,
cuando
Equilibrio las sorprende
inermes,
pueden
recibir la campanada
que
las recorra de punta a punta,
enviar
el sonido hasta la campanilla
y
un sustantivo llenar,
ahora
sí,
la
boca de verdad.
Un
por fuera
prolongándose
sin cielo:
tibuchina
que
avisa, sosiega,
se
clava y penetra,
eje
a colores,
gracia
en brote.
Sólo
tú sabías el nombre
y
lo dijiste:
los
pistilos,
memoria
en
las papilas,
desprotegidas
éstas
de
la descarga
del
sabor.
Simple
y llana flor silvestre
que
alguna vez imaginé,
cuyos
pétalos entorné
como
a las hojas
de
una puerta,
como
a mis párpados,
y
luego conocí en persona,
echada
en el pasto algún domingo,
a
los diez años de edad.
Y
parecía
dirigirme
la palabra.
Pura
López Colomé lee su poema Agua, en el Festival Internacional de Poesía de Maastricht, el 24 de Octubre en Maastricht, Holanda.
Director: Hennie Jetzes
Datos
de la autora
Pura López Colomé, nació en Ciudad de México, en 1952.
Poeta, maestra, traductora. Tiene un doctorado en Letras Hispánicas por la
UNAM. Ha traducido grandes voces como la de: Williams Carlos Williams, Seamos
Heanney, Philip Lauking, Edwin Muir, Rainer Maria Rilke y Bertold Brecht.
Con Santo y Seña, ha ganado uno de los premios literarios
más prestigiosos de su país, Xavier Villaurrutia en 2007.
Sus libros de poesía son:
El sueño del cazador, (1985); Un cristal en otro,
(1989); Aurora (1994); Intemperie (1997); Éter es, (1999); Música inaudita
(2000); Tragaluz de noche (2003); Santo y seña (2007, Premio Xavier
Villaurrutia) y Reliquia (2008).
Además, tres selecciones de su poesía han
traducido al inglés: No Shelter (Graywolf Press, 2002, USA, en traducción de
Forrest Gander), Mother Tongue (Arlen House, 2006, Irlanda, en traducción de
Lorna Shaughnessy) y Aurora (Shearsman Books, 2007, Reino Unido, en traducción
de Jason Stumpf).
Fuente: Casa
de Luciérnagas – Antología de poetas hispanoamericanas de hoy – Selección y
prólogo a cargo de Mario Campaña – Editorial Bruguera
Y el último poema, Tibuchina, de la revista
de literatura: Cerise Press