Foto de Rafael Alomar
El viejo suéter azul de
papá
Hoy
cuelga del respaldo de la silla de la cocina
donde
siempre me siento, cuelga
del
mismo respaldo y de la misma silla donde solía sentarse.
Me
lo pongo al entrar,
como
él solía, sacudiendo
la
nieve de sus botas.
Me
lo pongo y me siento en la oscuridad.
Él
no haría esto.
Lajas
de frío caen desde el hueso de la luna.
Sus
leyes eran un secreto.
Pero
recuerdo el momento en que supe
que
perdía el juicio dentro de sus leyes.
Estaba
de pie en la curva de la entrada cuando lo vi.
Llevaba
puesto el suéter azul con los botones abrochados hasta
el
cuello.
No
sólo porque era una calurosa tarde de julio
pero
la mirada en su rostro...
como
un niño a quien la tía vistió temprano en la mañana
antes
de un largo viaje
en
trenes fríos y venteados andenes
sentado
muy tieso en la orilla de su asiento
mientras
las sombras, como largos dedos,
sobre
almiares dejados atrás,
aún
lo estremecen
porque
él viaja mirando hacia atrás.
Traducción
de Jeannette L. Clariond
ANNE CARSON - Toronto,
Canadá, 1950
Fuente: El mundo incompleto
3 comentarios:
La ternura de los recuerdo es equiparable al amor que los fomenta. Muy bello este recordatorio hecho poema. feliz año y vida plena
genettica, a mí siempre me parece increíble como un recuerdo nos trae tantas emociones y como bien dices es el amor que los fomenta.
¡Muy Feliz año!
Un abrazo
Es como la película de tu vida, basta solo un detalle y se despierta la memoria con ese aroma, ese color, esa simpleza que nos hace viajar al sentimiento colgado... Gracias por compartir Sole hermosa... Un abrazo :)
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