Imagen de Peony Yip
Declaración
de amor
No quiero verte entrar
al cuarto donde dormís
solo sin otros olores
que completen el tuyo
quiero un paisaje
de gestos en miniatura
parecidos a las marcas del agua
que quedan en los vidrios después
de llover
no tu practicidad diaria
que todo lo puede
quiero volverme
vieja y fea a tu lado
no saber bien qué soy
entre mis pliegues de materia
humana
quiero no resistirme
al trote de los caballos
que empujan adentro mío
al manojo
de llaves sonoras
de pájaros salvajes
haciendo nido en una fogata
invencible
a prueba de cualquier viento
cambiar de idioma
como si un barco equivocara el
rumbo
viajando a favor de la corriente
Imagen de Hengki Koentjoro
Padre
te moriste
padre
cuando los pájaros en la orilla
lamieron tus dedos
y luego te sentaste en la arena
confundido por entender su idioma
te moriste
nadando de noche
río arriba en contra de todos
braceando drogado por la
hiperventilación
y los músculos contraídos
te moriste al dar a luz
a tu primer hijo
al segundo
al tercero
y al cuarto
al parir
a tus hermanos tus padres tus
amigos
al nacerte a vos mismo cuidándote
de todo
abrigado a más no poder
con los cachetes como frutillas
mordisqueadas
cuando abriste el libro sobre el
pecho
y leíste entre líneas
lo que habías olvidado
te moriste
padre
al atravesar el barrio a pie
como quien traspasa la materia
y convierte el pan en oro
la rama en árbol
el pez en océano
te moriste todo el tiempo
a cada segundo
cada día de tu vida
a sol y a sombra
consciente de todo
cuando abriste la heladera
encendiste la estufa
y el cuarto cigarrillo
mientras comprabas leche
andabas en bici en patineta
caminabas por la ruta
desierta conversando
con los fantasmas
y el ripio se movía debajo de tus
botas
para recordarte que nada está en
calma
aunque haya silencio
te moriste al despertar
padre
una mañana cualquiera
todo estaba igual
los vidrios empañados
la ropa tirada al lado de la cama
deshecha
te moriste
cuando escuchabas esa música
que abre el dique que tenés en
los ojos
para que salga toda el agua
entera
te moriste
en sueños y en la víspera
sin hacer preguntas
teniendo todas las respuestas
al ver que la luz de tu vela de
cumpleaños
proyectaba en la pared una sombra
que no coincide
con el tamaño de tu cuerpo
Imagen de Dominique Fortin
Balance
del año
Querida amiga, se acerca fin de
año
estás cansada para el festejo
pero lográs encender algo, la
tristeza
debajo de tu voz plena y segura.
“Voy a separarme en enero”
me confiás a la vez
que dos lágrimas como puntitas de
alfileres
caen sobre el mantel.
Estamos en un bar de la costanera
con el río atrás, olemos el agua
turbia
que apenas se mueve.
Nuestros vasos de cerveza se
pegotean
adentro de las manos. Sentís
que la balanza de diciembre se
inclina
hacia el lugar más ciego.
“Todos estamos solos, siempre”.
Lo decís y yo en ese instante
más quiero permanecer con vos
comiendo pizza, imaginando
que el agua pierde su quietud
amarronada.
¿Cuándo nos perdimos? ¿qué
dejamos de lado?
¿cómo nos dimos cuenta de que
verdaderamente
no hay compañía posible?
¿cuál creés que va a ser nuestro
próximo faro?
¿hay una llegada? ¿Él ya no llega
a vos?
¿y vos a él? ¿cuándo ocurrió?
¿crujió la madera?
¿hizo click el botón? ¿cuándo
sonó
la alarma en tu cabeza? ¿hay un
corazón
que no pueda arrasarse? ¿qué
cuerda nos une?
Estiramos los hilos de pizza
como cuando éramos chicas
tensábamos
los límites de un globo de
chicle.
¿Cuánto podemos aguantar? ¿a qué
velocidad
podés quebrarte vos? ¿y vos?
Mucho más tarde lloramos
abrazadas
para humedecer nuestras pieles
calientes de verano.
El cielo era una cápsula divina.
Estos poemas pertenecen a “La
vida en los techos”
Biografía
Nació en
Buenos Aires en mayo de 1976. Estudió teatro y dramaturgia durante mucho tiempo, se recibió de Profesora en Letras en la Universidad de Buenos Aires. Trabaja
como profesora de literatura en colegios secundarios. Vive con sus hijos pequeños y
su marido en Florida.
Ha publicado varios libros de
poemas, entre ellos: La vida en los techos.
Fuente: Transtierros
3 comentarios:
Hola María, como siempre gracias por darnos luz entre tanta oscuridad, nada como la poesía para guiar nuestros pasos..
gracias, buen día, besos suculentos..
Hola Don Vito, siempre es un placer tenerte aquí en Batalla de Papel.
Un fuerte abrazo.
María
te he descubierto y me has encantado
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