*Flor Garduño - La Mujer que sueña, 1991
El inicio
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden.
Petición
Dame la humildad del ala y de lo leve,
de lo que pasa suave
y suelta el ancla,
la despedida ingrávida,
y el abandono al vuelo,
la cicatriz que avanza
como ala en su desierto
Dame la humildad del alma
sin cuerpo y ya sin cosas.
Ser la poesía y su luz,
tan sólo la poesía
y la región más de aire,
inaccesible al desastre.
Dame la luz sin límites
acechando adentro
y la noche que soy también y el barro,
con la estrella distante
que la sed no sacia.
Dame la humildad que suelte las cadenas,
la verdad que desnuda
el polvo, el hueso que me fraguan.
Sólo en lo que soy caigo,
me derrumbo.
Déjame andar sin equipaje,
leve,
abierta al horizonte.
En el Valle de Zapata
La noche subió
desde la tierra:
magueyes, piedras, matas,
ahora sombra.
La tierra se irradia lentamente,
y el día se cierra en lo alto como un lago,
próximamente
otro cualquiera de los astros.
Las nubes cruzan lentamente
anaranjadas y grises,
tierras sol,
espejos tornasol,
y más allá, más lejos… antes
retorciendo su niebla blanquísima
infinitamente desgarrada
las nubes que calcaban sus formas en los montes.
Sombras que son tenues duplicados
¿o es la presencia diurna de una noche privada de las cosas?
unánime ahora
una única sombra sobre el valle,
una roca,
labrada apenas por una luz muy tenue.
Los faros del automóvil borran la oscuridad
siguiendo el camino,
maíces deshilachados en el viento,
unas cuentas luces a lo lejos
¿son los focos
o los cuartos iluminados en la distancia
como pequeños focos?
Está chispeando,
los campesinos aquí dirán, “está uixtleando”
con su español mantenido en el pasado
donde se escucha un “vide” o “trujeron”
junto con “fab” o “Volkswagen”,
palabras que se han añadido a sus vidas
como las bolsas de plástico o los botes de lata
en el piso de tierra y la piedra
donde las mujeres se hincan a amasar el maíz desde siglos,
español paralizado como la miseria,
abandonado por la historia
también como la miseria,
donde el paso del tiempo sólo arroja
pedacitos de plástico, corcholatas
en el lodazal más antiguo de las calles.
Más poesía de Verónica Volkow:
http://www.fractal.com.mx/F18volko.html
*Web de Flor Garduño
http://www.florgarduno.com/
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