Poema
para la Resistencia
El niño que yo fui
no entró en El Capital
ni en calles del martirio
ni humedeció brillojos-de-tristeza.
Tuvo su barco de papel
y alguna vez
dolió palabras
en su cuerpo.
El otro niño —niño mismo—,
canciones y poemas tuvo.
Agua de lluvia que beber,
papá y mamá en la tempestad
brazos, caricias.
El hombre viejo de hoy
indaga en el espejo, y ríe.
Termina este poema
y tiende
un mundo pleno de palabras
para el niño que espera
el barco que le salve
del olvido.
*****
Ahí están
los machos de la
filosofía
ahí se están
masturbando
cierran los ojos y
se les aparece la imagen de Palabras Clave
liberan la
plataforma del porno académico progre
-qué caritativos-
eyaculan al dar
con un término que haga contrapunto con “capitalismo”
(desde su bunker
precioso en la peri-Feria del capitalismo)
se excitan tanto
ante la nueva chance de Decir
decir Algo, total,
ya tienen un Nombre ganado
a fuerza de
ingenio, Slavoj
una pija de logros
mentales, Chul Han
un corpus
necesario, Agamben.
Los intelectuales
del Norte Global
decía ayer Jorge:
cuidado
ahí están al
acecho
no van ni por puta
a escuchar otras voces
ponele
pensar por afuera
de su anteojera-episteme y decir
¿ves el pajarito
ese que ahora está cantando?
la Mapu naciendo
de nuevo porque Nosotros somos Xeg Xeg
porque Nosotros
somos Kay Kay
porque si mirás un
poco al costado hay un mundo
que es
pre-existente a tus citas textuales
(hagamos un meme
que diga
“la Mapu viendo
cómo buscamos la solución
en el lenguaje
del enemigo”)
un mundo que es
pre-existente a tus citas sexuales
más allá del
enemigo concreto habitual
fácilmente
definible
-el capitalismo-
hay también un
mundo que dice
pará la pelota
te fuiste a la
mierda, humanito
vamos a ver cómo
hacemos para que entiendas el daño que hiciste y vuelva el equilibrio.
Pero a los machos
coloniales del contracapitalismo
no les seduce
la idea
de que se
pronuncie
una hembra.
PO(LI)ÉTICA
Escribo
en el ojo abierto
de la tormenta
ese que mira y
ciega
ese que marca,
que cuando
pestañea
respira el mundo
nacen las flores
trinan los pájaros
del día
Pero yo escribo en
este hueco
en un tembladeral
escribo
donde ya ni una
gota
ni el polvo de
hada
ni el canto de
griegas sirenas
podrán jamás
perder a nadie.
Porque yo escribo
donde nadie
cuando se fueron
todos
desde el ruido en
la sombra
contra el trueno y
la niebla
como si nunca
No Naceré aloscuro
No aclamarán tambores mi presencia.
Ni habrá discursos patrios ya.
No vengo a ver vivir, ni a financiar mi muerte.
Vine a surgir sin brisa que me empuje
sin bronces que me auspicien.
Sabía del silencio y la impostura,
he conocido del corazón gimiente.
Compondré mis canciones en sus jardines de otoño,
con sangre
y sello propio.
Y después:
luz desde agónicos ríos,
aguas de lluvia urgente que beber,
golpes de corazón pujando al tiempo
bailes —paganos bailes que molesten—
No gustarán sus aires mi respiro.
Ni segarán la tierra.
Ni dormirán en paz.
Ni calmarán su sed
de siglos.
Saludaré la luna y el invierno.
Comeré de los soles sus sentidos.
Nunca pedí permiso.
Los vastos territorios son el fuego
en que me quemo/
en que renazco
y no hay espera.
Viviana Ayilef - (Trelew, Chubut, Argentina, 1981), profesora de letras, escritora y poeta, crítica literaria.
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