viernes, 27 de septiembre de 2013

Solveig von Schoultz - poemas

Imagen Johanna Knauer

Despedida

Los niños dormían, y el marido, cuando ella se marchó
sigilosa, descalza, como dormida.
Su ternura la dejó junto al hombre para que lo consolase
con su aroma como una seca convalaria muda
que guarda a junio en su interior hasta muy entrado el otoño.
Y mientras el luminoso aliento en los niños
Se elevaba en torno a ella como vientos de tréboles
depositó lentamente su llanto junto a uno,
su risa en otro, su canción en otro
y quedó allí de pie y miraba y se atrevía a mirar
pero retiró rápidamente un mechón de la frente más pequeña
y se deslizó con los ojos cerrados hacia una puerta,
hacia la puerta de la noche, una puerta que llevaba afuera
donde la luna esperaba, fría, clara y audaz.
Ahora había entregado hasta su último trozo.
ya no le quedaba nada más que el cuerpo
y la angustia en la decisión de ese cuerpo.
En la puerta, ya más allá de su pasado,
Miró a su alrededor y supo lo que había hecho.

Eko av ett rop, 1945

Foto Grace Gracia

Corazón

Le dábamos centeno, no mucho,
lo suficiente para que no se cansase,
le dábamos agua, un dedal,
para que tuviese que recordar el manantial,
abríamos la puerta, ligeramente
para que el ciemo le golpease el ojo
y fijamos un trozo de espejo en su jaula
para que viese directamente la nube.
Inmóvil permanecía con alas palpitantes.

Así cantaba
Nattilig äng, 1949



Fuente: Poesía Nórdica – Antología preparada por Francisco J. Úriz – Ediciones De La Torre
Traducción de Francisco J. Uriz con la colaboración de Kirsti Baggethun, Mona Moltke y Pentti Saaritsa 

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