domingo, 11 de septiembre de 2011

KAMALA SURAIYA DAS, poesía

*Suraiya Das, Kamala

Composición (fragmento)

¿Quién puede decir, viéndolas,
que son juguetes
apropiados para las noches locas?
Debe haber algo simbólico aquí,
pero no
recuerdo qué.
He acumulado también un par de principios,
arrancándolos
como flores salvajes
en mi camino.
Maridos y mujeres,
este es mi consejo para vosotros.
Obedeced las órdenes disparatadas del otro,
ignorad a los cuerdos.
Convertir vuestra casa en una alegre
perrera,
el matrimonio deber ser eso
de todas formas,
acordado en
un paraíso de buen humor.
He alcanzado la edad en la que
uno perdona todo.
Estoy preparada para perdonar a los amigos
su cariño,
perdonar aquellos que destruyeron amistades
y a aquellos que perdonaban
y continuaban amando.
Pero daría un mundo por tener
a uno de mis enemigos
para una merienda tranquila
en alguna parte.
Tras tanto tiempo sin vernos
tendríamos mucho que contarnos.
Pero
en serio, debo despertarme,
volver a la vida.
Me digo a mí misma
y os digo a vosotros, los
que escrutáis el espejo buscando ese destello
blanco en el pelo,
enamoraros,
enamoraros de una persona
inapropiada,
arrojaros a ella
como una polilla a la llama.
Que haya desesperación en cada movimiento.
Excavad
profundo, el profundo dolor.
Para ser sincera,
he fracasado,
siento mi edad y mi inutilidad.
Todo lo que quiero ahora
es dar un paseo
por el mar
y tumbarme allí, descansar,
completamente desconectada.

Pero
descansar es un capricho infantil,
un hambre pequeña.
hambres mayores acechan
en el fondo del mar.
Al final,
alimentaré únicamente el hambre
de alimentar otras hambres,
la esencial.
Deshacer
disolver
y retener en otros elementos
los potentes fragmentos
de uno mismo.
El supremo descubrimiento será
que somos inmortales,
los únicos perecederos son
los sistemas y los arreglos,
incluso nuestras penas continuándose
en los insaciables que forman
el mundo. Ni tan siquiera los
movimientos a menudo repetidos
de cada célula dispersa
otorgará el poder de escapar
de las jaulas del compromiso.
Debo prolongarme,
atrapada en la inmortalidad,
mi única libertad es
la libertad
de descomponerme.



Fuente: Kamala Suraiya Das - La vieja casa de juguete y otras historias (2004) - editorial Torremozas. Traducción y Prólogo: Isabel García López.

Más detalles sobre el libro:
http://www.torremozas.com/La-vieja-casa-de-juguete-y-otras-historias 

*Imagen tomada de Wikipedia:
http://en.wikipedia.org/wiki/Kamala_Surayya

2 comentarios:

Pilar Alberdi dijo...

Para poder llegar a decir, lo que se dice en este poema, hay que entender muy bien el concepto de "aceptación".
Hermoso blog.
Un saludo.

Humberto Dib dijo...

Hola, María, vine a retribuirte la visita y me encontré con un gran espacio, buena temática, así que voy a quedarme como seguidor.
Te dejo un cariño.
Humberto.