jueves, 29 de noviembre de 2012

Laura Giordani, Materia Oscura - poesía


Frederick Sommer - Medallion

Materia Oscura abre con una explicación: “En astrofísica se denomina materia oscura a la materia de composición desconocida que no emite o refleja suficiente radiación para ser observada directamente. Esta materia invisible constituye el veinticinco por ciento del universo frente al cinco por ciento ocupado por materia común.”

Materia Oscura nos habla de la infancia, de los niños invisibilizados por una sociedad de adultos que los deja al margen y prefiere no ver, son los niños que deambulan a su suerte, son los niños del sur, los que viven en el desamparo. Como bien dice Laura Giordani: “Niño de las encías que se adelgazan / de tanta mordida sin pan”.

El lenguaje de Materia Oscura nos sorprende, nos despierta, una sacudida a los sentidos para alejarnos de la indiferencia. Existe una búsqueda constante en el lenguaje, un buscar a tientas desde su propia oscuridad, para que surjan ellas, las palabras y otorguen una voz a los pequeños, los olvidados, como ella bien dice: “Mendigar vocablos para ti / para que nos atraviese de una vez / el alfiler remoto / de tu sangre”.

Materia Oscura es un poemario duro pero al mismo tiempo hermoso y necesario. Sus versos se sienten como hachas abriéndonos los ojos, el filo para despertar la consciencia a tanta indiferencia y ser capaces de ver el espanto de millones de niños que crecen en el mundo a la intemperie.

Los dejo con su poesía:

****

Socavarse en esas orillas donde el mundo tiembla y se
desploma, dejar que la palabra también se derrumbe
y emerja el balbuceo.

Llegar al poema como a una tierra minada de peligros,
sabiendo que el imán de los talones por la detonación
hará estallar el significado.

Y se verán los niños.

*************

Un dios extraño que multiplica hambres
ya no pide caminar sobre las aguas
sino sobre piernas que se hunden.
Los niños aprendieron a deambular
sin tierra firme: andan como ecos
remanentes de una mesa lejana.

La mañana no trae los pechos llenos
cuando los pies van
sin tregua sobre escombros.

***

Dame esa palabra que haga brotar calostro de las piedras
mientras tanto no decir nada
seguir en penumbra
hasta que alguien me llore dentro y tenga que escribir
para darle consuelo.

***

EL VERTEDERO

Dunas que ningún viento puede erosionar
ni siquiera tus manos rompe-cielos
tus manos despluma-ángeles
sucias manos de ellos de mí
tus manos sucias de todo

Paraje de lo olvidado
de los pájaros de buche hondo
sobrevolando las costillas

Desvencijada viaja la vida en tu sangre
tu vida siempre sin un asa

Va enhebrando deshechos
descontándoles el asco
para construirte un arca imposible
un arca que te lleve lejos del fondo
a orillas sin estrenar todavía

Sale el sol del otro lado
en tu Este salen tábanos
                        cartones
                              puntas
                                   cada vez más afiladas
para tus pies de nieve encallecida

Para ti salen soles enfermos
y la luz se va pudriendo
en tu nuca

Niño que vas entre nuestros restos
los ángeles te hablan
con un lenguaje de moscas
humo
hollejo
llaga corte tachadura
y a punto de perecer
y flores amoratadas
ahí vas
por un rompecabezas inmundo
como si el mundo se rompiera
cada día a tus pies
y no encontrara sutura

*****

El tizne en las mejillas,
el perfume a muerte temprana,
la noche cubriendo la orografía
cárdena de tu cuerpo
con todos los relieves del maltrato,
tu sombra menuda          repartiéndose,
haciéndote
cada vez más inconsistente
en el asfalto y las nubes
a contramano, duelen.

El zócalo de almohada
la bolsita de pegamento,
su nana mortal contra la boca.

Te van endureciendo las esquinas:
sus ángulos cada vez más agudos
decapitan candores, desdicen
las mieles y van cayendo sin cese
sobre las crestas frías del alba.

Duele la indiferencia:
Esa extensión de sien a sien
Donde se evapora el llanto tan rápido.

***********


PEGAMENTO

El disolvente ingresó sin aduana a tus nervaduras
disolviendo las bodegas del mañana
una nana te arrulla con la caída de tus gajos
la crepitación de tus selvas en ascuas

la bolsita contra la nariz no alcanza
para pegar tanto archipiélago en fuga
tu mundo donde todo es fragmento
rotura astilla

pegamento pega fuerte pero no tus hilachas
atiza los talones arrasa los cuentos
despega en cada inhalación
del celofán prematura de tus párpados

por tus tobillos suben hormigas indigentes
que ya no encuentran aberturas en la tierra
se imantan con las migas de tu regazo
el azúcar que aún subsiste en tu pecho

***
PRIMERA VEZ

Sus noventa y siete kilos y toda
su lujuria cayendo sobre tu pubis
de nieve aún blanda.

Si hay dios, que esta noche
caiga de rodillas y llore
todo lo creado.

****

Sólo querer ser árbol para abrazarte

****

Fuente: Materia Oscura, es el poemario de Laura Giordani (Ediciones de Baile del Sol – 2010).


Entrevista a la poeta Laura Giordani para el programa Definición de savia (Radio Círculo) por Esther Ramón y Juan Soros

Datos de la autora:
Nació en Córdoba, Argentina 1964, actualmente reside en España.
Ha publicado los siguientes poemarios: Apurando la copa (2001), Celebración del brote (2003), Cartografía de lo blando (2005), Noche sin clausura (2006), Sudestada (2009) y la plaquette Celebración del brote (2009).

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Coral Bracho, poesía


Flor Garduño - pecado original

Una avispa sobre el agua

La superficie del agua es tensa
para una avispa,
es un sendero múltiple fluyendo siempre
como el tacto del tiempo
sobre la hondura quieta
de un corto espacio.

Corto es el tiempo
en que flota; corta
la distancia en que gira
por incesantes laberintos,
remolinos inciertos, llamas,
y transparencia
inextricable.

La brisa

La brisa toca con sus yemas
el suave envés de las hojas. Brillan
y giran levemente.
Las sobresalta y alza
con un suspiro, con otro. Las pone alerta.

Como los dedos sensitivos de un ciego
hurgan entre el viento las hojas;
buscan y descifran sus bordes,
sus relieves de oleaje, su espesor.
Cimbran
sus fluidas teclas silenciosas.

La penumbra del cuarto

Entra el lenguaje.

Los dos se acercan a los mismos objetos. Los tocan
del mismo modo. Los apilan igual. Dejan e ignoran
las mismas cosas.

Cuando se enfrentan, saben que son el límite
uno del otro.

Son creador y criatura.
Son imagen,
modelo,
uno del otro.

Los dos comparten la penumbra del cuarto.
Ahí perciben poco: lo utilizable
y lo que el otro permite ver. Ambos se evaden
y se ocultan.

Una piedra en el agua de la cordura

Una piedra en el agua de la cordura
abisma las coordenadas que nos sostienen
entre perfectos círculos

Al fondo,

Pende en la sombra el hilo de la cordura
entre este punto
y aquél
entre este punto
y aquél

y si uno
se columpia
sobre sus rombos,
verá el espacio multiplicarse
bajo los breves arcos de la cordura, verá sus gestos
recortados e iguales
si luego baja
y se sienta
y se ve meciéndose.

Coral Bracho leyendo poesía en el Festival "Dodge Poetry" Festival Saturday Night Sampler - 27 de septiembre de 2008


Biografía y obra
Coral Bracho, México 1951. Escritora, profesora y traductora.
En 1981 obtuvo el premio de poesía de la Casa de la Cultura de Aguascalientes con el libro “El ser que va a morir”. Ha publicado “Peces de piel fugaz” en 1977, “Tierra de entraña ardiente” en 1992, en colaboración con la pintora Irma Palacios y “Jardín del mar”. Además cuenta con dos recopilaciones de su poesía: Bajo el destello líquido y Huellas de luz.
Además ha traducido, entre otras obras: Rizoma, de Gilles Deleuze y Félix Guattari, Apuntes angloafricanos, de Doris Lessing. 

Fuente: Revista Fractal

domingo, 25 de noviembre de 2012

Linda Maria Baros, poemas

Aenne Biermann - París 1926


La loca escapada del barrio

Las chicas del barrio no saben volar,
         pues las alas les crecen sobre el pecho,
                    pequeñas y redondas, alas de ángel.

Tú las ves caminar por calles estrechas - unas uretras;
es la senda que toman los niños para salir de las VPO
Allí, el macadán transpira como las locomotoras a vapor
         a las que saltaba mi abuela,
                    cuando se fugaba,
                    aturdida por el high-tech de los maquinistas.

Ellas se pasean por calles estrechas
                    apretando los párpados.
                    Bajo el tanga deslizan, a escondidas,
                                          los atolondrados dedos.

En los alrededores de los parques acechan los moteros
                    vestidos con la serie de números largos.
Ellos arrancan a las chicas del acuario etéreo de las alamedas
         y les muestran el motor a cadena plateada,
         el acceso secuencial, los grandes asfaltados.
Las chicas miran por sus telescopios,
                                   suspiran mecánicamente
y sus finas caderas cubren poco a poco
                                   los ardientes jadeos.

La autopista las coge entonces de la nuca
                    con sus dientes vaginales
         y les lleva hasta el nido de la gran velocidad,
como a crías que aún no han abierto los ojos.
Hasta que la luna gira en el cielo
                                   como una llanta de Harley Davidson.

Sólo la noche vuelven las chicas del barrio,
                    fatigadas.
Sus ombligos centellean como un intermitente anudado.
Grandes alas han crecido en sus pechos,
                    redondas, hasta el vientre.

Los moteros embragan al partir, las saludan.
         La autopista les llama.
         Los motores dejan tras de sí
                    largas volutas de esperma.

Traducción: Fulgencio López y Manuel Ángel Gómez Angulo

La perra de la noche

No fijes con los ojos el cielo raso y no jures
                           con esa voz enronquecida,
                           de la que se sirve la noche para cortar tus axilas! Y
                           no me recites pizcas de Cocteau:
                                   El hombre solo está siempre
                                                      en mala compañía!

No me digas que te quedas encerrado
         entre las paredes y que escuchas rap,
maniatado hasta el vértigo, despierto hasta el desvanecimiento,
         como sobre una vía férrea, entre los tapones,
         como en una prisión,
         donde los hombres se hunden clavos en la cabeza.

No llores en mi oído porque la cuerda esta podrida,
         y porque el vodka se te subió,
                  como el deseo trascendental de vomitar,
         y que su huella de chancro engulle los vasos.

Yo conozco tu soledad de marinero,
       que voltea la manivela a todo momento.
Escucha en la puerta todo lo que desees. No volveré.
Espera entonces en la ventana para sentir,
                  con sus pasos etéreos,
        la perra de la noche enroscarse
                  alrededor de tu cuello.
         Y su lengua morada hundirse
                            profundamente en tu boca.

Traducción Miriam Montoya

De amor y cianuro!

No me llames a tu casa, en tu mansarda,
girando - como un atolondrado girando! -
        los botones de la estufa,
                para deshacerte de una vez por todas
        de los aullidos de viejos lobos del horno,
                        de su pelaje mudado,
                        que te crece sin cesar sobre los brazos,
                        la noche, como los furúnculos, mientras apagas
        los cigarrillos profundamente en tu carne.

No me llames a tu casa, en tu mansarda,
hendido - como un atolondrado hendido! -
        entre las barras de la cama,
        en la puerta, bajo la bota,
                tu tibia y tu peroné
        - las escucho crujir en mi móvil -
                como si hendieras
        el viejo fusil de caza de tu padre,
        demasiado pegajoso para que puedas cargarlo de nuevo,
                después que se volara la tapa de los sesos
                y, teniendo espasmos, rompió tu puerta
                                                                         a patadas.

No me llames a tu casa, en tu mansarda,
                                                           puesto que iré!
        Y me arrancaré el corazón del pecho,
                lo cortaré con los dientes
                y lo rosearé de sal
                        extraída con una pica
                        de mis glándulas lacrimales
                y lo arrojaré
        como uno arroja una piedra de amolar,
        para que parta tu tibia y tu peroné,
                        - en menudos trozos! -
        para que amontone profundamente en el horno
                        tu soplo de amoniaco
        y para que hienda por siempre
                        tu cabeza de bestia salvaje!

Traducción de Myriam Montoya

Biografía y publicaciones
Nació en Rumania en 1981, reside en París. Poeta y traductora francófona.
Poesía publicada: El Libro de señas y sombras (Premio de la Vocación 2004), La Casa en cuchillas de afeitar (Premio Apollinaire 2007), La Autopista A4 y otros poemas (2009). También ha escrito teatro y crítica literaria.
En Rumanía, Linda Maria Baros es la fundadora y organizadora del festival Primavara Poetilor / Le Printemps des Poètes.
En la actualidad, es investigadora a la Universidad de París-Sorbona, París IV, y prepara una tesis de doctorado.

Fuente: El Coloquio de los Perros, nº 23, España y  Web de Linda María 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Susana Thenon, poesía


Foto de Claude Cahun (imagen de la red)

NO

Me niego a ser poseída
por palabras, por jaulas,
por geometrías abyectas.
Me niego a ser
encasillada,
rota,
absorbida.
Sólo yo sé como destruirme,
cómo golpear mi cabeza
contra la cabeza del cielo,
cómo cortar mis manos y sentirlas de noche
creciéndome hacia adentro.
Me niego a recibir esta muerte,
este dolor,
estos planes tramados, inconmovibles.
Sólo yo conozco el dolor
que lleva mi nombre
y sólo yo conozco la casa de mi muerte.

MINUTO

En todo instante
se renueva
la fugaz memoria de los espejos,
el perfil hosco de los cuerpos oxidados,
el andamiaje de palabras
no habitadas por manos
o por bocas oscuras.
El tiempo arruga los caminos,
borra las miradas lejanas,
va encendiendo la muerte en los rincones.
Y cómo no saber esto:
llegará un minuto vacío
que añore nuestros rostros.

POEMA

“Yo creo en las Noches”.
R. M. Rilke

Ayer tarde pensé que ningún jardín justifica
el amor que se ahoga desaforadamente en mi boca
y que ninguna piedra de color, ningún juego,
ninguna tarde con más sol que de costumbre
alcanza a formar la sílaba,
el susurro esperado como un bálsamo,
noche y noche.
Ningún significado, ningún equilibrio, nada existe
cuando el no, el adiós,
el minuto recién muerto, irreparable,
se levantan inesperadamente y enceguecen
hasta morirnos en todo el cuerpo, infinitos.
Como un hambre, como una sonrisa, pienso,
debe ser la soledad
puesto que así nos engaña y entra
y así la sorprendemos una tarde
reclinada sobre nosotros.
Como una mano, como un rincón sencillo
y umbroso

RAZÓN DE MI VOZ

Porque son muchos y sufren,
porque nos enteramos de lejanísimos gritos
o conocemos que hay silencio
en un rincón de la ciudad,
o porque de un libro salta y nos habla
el niño que murió ahogado.
Porque ahora sin duda un hombre pide socorro
y una mujer se arroja por su ventana oscura
y cuatro niños responden preguntas
en un cuarto inmenso
mientras a un muñeco le falta el brazo y mira

La antología

¿tú eres
la gran poetisa
Susana Etcétera?
mucho gusto
me llamo Petrona Smith-Jones
soy profesora adjunta
de la Universidad de Poughkeepsie
que queda un poquipsi al sur de Vancouver
y estoy en la Argentina becada
por la Putifar Comissión
para hacer una antología
de escritoras en vías de desarrollo
desarrolladas y también menopáusicas
aunque es cosa sabida que sea como fuere
todas las que escribieron y escribirán en Argentina
ya pertenecen a la generación del 60
incluso las que están en guardería
e inclusísimamente las que están en geriátrico
pero lo que importa profundamente
de tu poesía y alrededores
es esa profesión –aaah ¿cómo se dice?–
profusión de íconos e índices
¿tú qué opinas del ícono?
¿lo usan todas las mujeres
o es también cosa del machismo?
porque tú sabes que en realidad
lo que a mí me interesa
es no sólo que escriban
sino que sean feministas
y si es posible alcohólicas
y si es posible anoréxicas
y si es posible violadas
y si es posible lesbianas
y si es posible muy muy desdichadas

es una antología democrática
pero por favor no me traigas

ni sanas ni independientes



Vídeo: Letra del Poema Canto Nupcial de Susana Thenon, Voz: Cecilia Gauna, Teclados: Mariano Fernández, Guitarras: Juan Pablo Ferreyra, Bajo Taty Calá, Percusión: Matías Furió.

Canto Nupcial

me he casado
me he casado conmigo
me he dado el sí
un sí que tardó años en llegar
años de sufrimientos indecibles
de llorar con la lluvia
de encerrarme en la pieza
porque yo -el gran amor de me existencia-
no me llamaba
no me escribía
no me visitaba
y a veces
cuando juntaba yo el coraje de llamarme
para decirme: hola ¿estoy bien?
yo me hacía negar

llegué incluso a escribirme en una lista de clavos
a los que no quería conectarme
porque daban la lata
porque me perseguían
porque me acorralaban
porque me reventaban

al final ni disimulaba yo
cuando yo me requería

me daba a entender
finamente
que me tenía podrida

y una vez dejé de llamarme
y dejé de llamarme
y pasó tanto tiempo que me extrañé
entonces dije
¿cuánto hace que no me llamo?
añares
debe de hacer añares
y me llamé y atendí yo y no podía creerlo
porque aunque parezca mentira
no había cicatrizado
solo me había ido en sangre
entonces me dije: hola ¿soy yo?
soy yo, my dife, y añadí:
hae muchísimo que no sabemos nada
yo de mí ni mí de yo
¿quiero venir a casa?

sí, dije yo

y volvimos a encontrarnos
con paz

yo me sentía bien junto conmigo
igual que yo
que me sentía bien junto conmigo
y así
de un día para el otro
me casé y me casé
y estoy junto
y ni la muerte puede separarme


Biografía y obra
Susana Thénon (Buenos Aires, Argentina, 1935-1991). Poeta, traductora y fotógrafa.
Publicaciones: “Edad sin tregua” 1958, “Habitante de la nada” 1959, “De lugares extraños” 1967, “Distancias” 1984, “Ova completa” 1987, “La morada imposible, Tomo I” 2001, “La morada imposible, Tomo II” 2001.