viernes, 28 de junio de 2013

Lucille Clifton poemas

Catrin Weltz-Stein

donante
                    para lex

cuando me dicen que mi cuerpo
podría rechazarlo
pienso cuando treinta años atrás
metí a empujones ganchos dentro mío
bien fuerte tratando de no tenerte.

pienso en las pastillas, en todo
lo que junté en contra de tu
bulto inconveniente; y vos,
mi obstinado bebé,
te acurrucaste ahí en la oscuridad
rechazando mi rechazo.

supongamos que mi cuerpo le dice no
al tuyo.  otra vez, otra vez te siento
abrochado a mí a pesar mío, lex,
agarrado a la vida como el ceño fruncido
en la frente de un ángel.

Versión de Tom Maver

Poema en alabanza a la menstruación

si hay un río
más hermoso que éste
brillante como la sangre
rojo al borde de la luna si
hay un río
más fiel que éste
volviendo cada mes
al mismo delta si hay

un río
más bravo que éste
viniendo y viniendo en oleadas
de pasión, de dolor si hay

un río
más antiguo que éste
hijo de eva
madre de caín y de abel si hay en

el universo un río semejante si
hay agua en algún lado
más poderosa que esta salvaje
agua

pedí para que también fluya
en animales
hermosos y fieles y antiguos
y femeninos y bravos

Versión de Tom Maver

donor
                     to lex

when they tell me that my body
might reject
i think of thirty years ago
and the hangers i shoved inside
hard trying not to have you.

i think of the pills, the everything
i gathered against your
inconvenient bulge; and you
my stubborn baby child,
hunched there in the dark
refusing my refusal.

suppose my body does say no
to yours. again, again i feel you
buckled in despite me, lex,
fastened to life like the frown
on an angel's brow.

from Blessing the boats, New and Selected poems 1988-2000, BOA Editions, New York, 2000.

Poem in praise of menstruation

if there is a river
more beautiful than this
bright as the blood
red edge of the moon if
there is a river
more faithful than this
returning each month
to the same delta if there

is a river
braver than this
coming and coming in a surge
of passion, of pain if there is

a river
more ancient than this
daughter of eve
mother of cain and of abel if there is in

the universe such a river if
there is some where water
more powerful than this wild
water

pray that it flows also
through animals
beautiful and faithful and ancient
and female and brave

from Blessing the boats, Poems new and selected 1988-2000, BOA Editions, New York, 2000.

Bio-bibliografía
Lucille Clifton nació en Depew, Nueva York en 1936. Su primer libro de poesía Good Times, fue considerado por el New York Times como uno de los mejores libros del año ( 1969).

Clifton trabajó como empleada del estado y del gobierno federal hasta 1971, luego trabajó como escritora en el Coppin State College en Baltimore; Maryland, donde escribió: Good News About the Earth (Random House, 1972), y An Ordinary Woman (1974).

Continuó escribiendo diversos libros de poesía, entre los cuales: Voices (BOA Editions, 2008); Mercy (2004); Blessing the Boats: New and Selected Poems 1988-2000 (2000), el cual obtuvo el Premio Nacional del Libro; The Terrible Stories (1995), nominado para el Premio Nacional del Libro; The Book of Light (Copper Canyon Press, 1993); Quilting: Poems 1987-1990 (1991); New Poems (1987)
Su copilación Good Woman: Poemas y memorias 1969-1980 (1987) fue nominado para el premio Pulitzer, obtuvo el premio de la Universidad de Massachusetts Press Juniper. También escribió Generations: Memorias (1976) y más de dieciséis libros para niños, en especial escritos para los afro-americanos.

Ha sido galardonada con el premio Emmy de la Academia Americana de Televisión de Artes y Ciencias, el premio Lannan Literary, dos becas de la National Endowment para el Arte, el premio Shelley Memorial, el premio YM-YWHA Poetry Center Discovery, en el 2007 obtuvo el premio Ruth Lilly.

En 1999 fue elegida como Canciller de la Academia de Poetas Americanos. Además, fue elegida como poeta laureada del estado de Maryland y ddistinguida como Profesora de Humanidades en el St. Mary's College de Maryland.

Luego de una larga lucha contra el cáncer, Lucille Clifton muere en Febrero de 2010 a la edad de 73 años.

Fuente: Hasta donde llega la voz y Poets.Org

sábado, 22 de junio de 2013

El Escultor Amanate - relato - Gabriela Amorós Seller

Imagen de: Andreas Smetana
El Escultor Amante

Aquella noche Nilo, el escultor insomne, decidió no volver a retozar con sus amantes. De modo que renunció al monolito de cartílagos, ojales carnosos y abrasante enredadera (esta aparatosa descripción no es una metáfora mía sino del propio Nilo cuando se refería a su escultura “La condena”, una sátira de algunos de sus encuentros carnales).

Decía que Nilo decidió no retozar con sus amantes y ello porque una singularidad peligrosa le rondaba, necesitaba disfrutar de su insomnio de otro modo y en otro lugar, en unos cartones callejeros, último vestigio del mendigo que habitaba frente a su edificio. El indigente falleció el día anterior y Nilo se obstinó con la idea de trasnochar en el lugar en el que lo hacía aquél. Pero la idea de trasnochar ocultaba otra idea, la verdadera idea, que era suplantar la presencia del indigente sobre aquel jergón.
Hete aquí el jergón, o un pellizco inverso hecho de cartones, inverso porque solía pellizcar a su difunto dueño no para devolverlo a la realidad sino justamente para detraerlo de ella. Hete aquí diversas capas de cartón, una sobre otra, que parecían disentir sobre el dolor del mendigo, algunas amables y otras intratables, láminas enfrentadas para compendio suyo y de su enfermedad porque la soledad y la demencia senil lo habían convertido en alguien de conducta inestable. Cada una de estas hojas fue absorbiendo aleatoriamente jugos etílicos, llovizna, vómitos, cientos de cabellos, saliva de Lupo (su perro), ese óxido generoso y cosmopolita, hervores de colillas y diremos que un sinfín de disociaciones del cuerpo y de las circunstancias.

Pero no nos detengamos en ello ni tampoco en la argucia -de suplantar al indigente- hablemos del motivo: Nilo llevó a cabo “la idea” porque no soportaba que su ventana ya no le ofreciera la imagen de aquella mujer flotante que cada noche traía su labio a la frente del mendigo y rociaba su desmemoria con la grieta de su boca. Nunca, nunca había visto hasta entonces a la divinidad del gesto, el gesto de “la sensualidad del amparo”, tal y como se lo suspiraba a sí mismo el escultor. Entonces Nilo expandía la piel de su frente para pensarla como todo un cuerpo por el que aquella boca crepuscular hiciera rodar los lentos vaivenes de una descarga hasta ahora desconocida, una descarga que sobre un pormenor de su cuerpo, la frente, hacía vibrar la totalidad de su piel, una descarga que ponía a existir partes de su cuerpo desconocidas hasta entonces. Por ello la dimensión que conseguía de su corporeidad era la precisión de lo infinito, un encuentro de sí mismo para, finalmente, poder salirse de su cuerpo y todo ello frente al recinto que tantas mujeres y cuerpos empezaban a suponerle a su individualidad. Por lo que podríamos considerar sus affaires, a partir de este momento, como un desencuentro. Ya no podía reconocerse en otro labio, un solo labio para beberse todo el fuego que las demás amantes dejaban en remanente, una sola boca que retuviera toda la lumbre de Nilo y deberse finalmente a su ceniza.

Nilo, valiéndose del anonimato que la oscuridad le otorgaba pasó la noche recostado en aquellos cartones y el labio de éter no apareció.

Se instaló desolado una segunda noche en aquel jergón sin obtener su labio.

La tercera noche decidió recorrerla de un lado a otro con paso enfermo para no levantar sospecha y evitar los entumecimientos con los que los cartones le pagaban la estancia. Pero su espera fue en vano.

Al amanecer de la cuarta noche Nilo ya no regresó a su casa jamás.

La quinta decidió deambularla y dejo la última capa del lecho, cerrando el último capítulo del compendio que comenzó el mendigo en los cartones.

Transcurrieron un sexto, séptimo, octavo… pero esto ya no eran noches sino años.

Actualmente Nilo es un indigente que obtiene de la calle lo que nadie comprende. No ha vuelto a ver a aquella mujer pero su ofuscación, en parte, la ha materializado del siguiente modo: ha esculpido, a tamaño real y con papeles modelados junto a algunos pedazos de aquel vivido cartón, una figura femenina a imagen y semejanza de aquella presencia de beso eternizado. La ha modelado paralizando ese mismo gesto de amparo que estremeció todo el tránsito de su sangre. Y ahora, en cada exterior en el que habita, la traslada sin contratiempos de carga, debido a la ligereza que otorga el cartón a la estatua.

Así aparece hoy en los portales Nilo, el mendigo, al que todos conocen ya como El Escultor Amante, que subsiste de la caridad de algunos, de postrar su frente ante el labio de una efigie de cartón y de la vida secreta de su fuego, que continua intacto.

Nunca descubrió que aquella muchacha no regresó a visitar al mendigo porque en realidad era su hija, que cada noche le llevaba algún consuelo a su padre hasta que la vida se lo llevó a su panteón.


Gabriela Amoros Seller

Fuente: cuento tomado de su blog: La Emoción Indomable

lunes, 17 de junio de 2013

Lisa Mayer poemas

Dorothea Tanning


ANTES DEL VIAJE


quítate el camino de los pies


levántate

toma la esclusa vertical

déjate lavar por el fuego y

despedir, para nunca más volver.


toma por equivocación

la desviación por todos temida


extravíate profundamente


la vocinglería bajo el sombrero

deja libre y alzar el vuelo


salta a la vista

brota el día del campo

las colinas se ponen en camino

obstinados muros

abandonan la casa


en la gran ventana perdida

te reconoces


te llamabas

de cada dirección

con nombre propio



ENTRAMOS EN EL MOMENTO

EN EL INEVITABLE ESTRECHO ÚLTIMO DEL GRANO


MEMENTO  (en latin "recuerda)


el libro sin comienzo


en la delgada capa del día

pasar a lo largo de las líneas

sin baranda


bajo los pasos

se desenreda la cuerda

de lo escrito


en las suelas

arden los colores


la inscripción

en lo blanco del hueso

recuerda

el cuadro cosido

bajo la piel


en el lado interior

de los brazos los pequeños

rostros de niños

en la oreja sus pasos

sobre las escaleras

de continentes ajenos


entre los pechos

el rejuvenecer de las voces

el reptar atrás de los gritos

hacia los cálidos pliegues del sueño


REGALO DE TORNABODA


Un cuadratín blanco

a través del cual las nubes

empujan un puñado de azul,

a los pies de la cama

de los sueños


Tu marfil

está echado entre las sábanas

ligero, una concha

traída y llevada

entre día y noche


La mar se arrolla

en el azul ciruela

donde de noche los nombres

caen y ascienden

balanceando en la red

de tu mirada sutil


Afuera la voz cantante

del tiempo, sobre los tejados

ríen para sus adentros las hojas de álamo


Aguzando el oído duerme la palabra

sobre la lengua, sin

amargura todavía


El corazón en blanco armiño

peina de tu sueño

los cuadros partidos

junta momento a momento

no obstante sueltos, con finas

grietas entre ambos


AHORA


Pregunta a

la sinuosidad

de ese árbol


de donde sacas

que fuese un ave

que volara con la

realidad

en el pico

del cielo

de la tierra

de tí


a la piedra

que a un pie tibio

roza


a lo que en las manos

gotea del azul

de la noche


a la corriente

que hacia detrás de tus

ojos se precipita


a lo que lleva

pregunta

Traducciones de Walkala  y lectorado de la lic. Gaby Mayr

Biografía
Lisa Mayer nació en 1954 en Nassereith/Tirol/Austria. Escribe lírica y prosa corta. Ha publicado numerosos textos en revistas literarias. Ganó el Premio de Poesía de Salzburgo en 1998. 
Las traducciones de los textos son tomadas de su primer libro editado “Auf dem Dächern wird wieder getrommelt“ (”En los techos se tamborilea de nuevo“) Haymon Verlag, Innsbruck, 1999. 
Traducciones de Walkala  y lectorado de la lic. Gaby Mayr

sábado, 15 de junio de 2013

Iman Mersal poemas

 Shirin Neshat - serie rupture

Una celebración

El hilo de la historia cayó al piso, así que me agaché para buscarlo. Era una  de esas festividades patrióticas, y lo único que alcanzaba a ver eran zapatos importados y botas militares.
Una vez, sentada en el tren, una afgana quien nunca había estado en Afganistan, me dijo: “La victoria es posible”. ¿Es eso una profecía? Le quise preguntar, pero mi persa  se limitaba a lo que aprendí en los textos de la escuela, y ella me miró, mientras la escuchaba, como si estuviese buscando en un armario cuyo dueño fue consumido  en un incendio.
Supongamos que el pueblo llega en masa a la plaza. Supongamos que el pueblo no es una palabra  obscena  y que comprendemos el significado de la expresión “la masa”. Entonces díganme ¿cómo han aparecido todos esos perros de la policía acá? ¿quién los cubrió con las coloreadas máscaras del partido? Y más importante aun, ¿dónde está el hilo que separa las banderas de los paños menores, los himnos de los anatemas, a Dios de sus criaturas - aquellas que pagan impuestos para deambular por la tierra?
Celebración. Como si nunca hubiese pronunciado esa palabra. Como si saliese de un diccionario griego en el que los espartanos victoriosos retornan a sus hogares con sangre persa aun fresca en sus lanzas y sus escudos.
Puede que no haya existido ese tren, ni la profecía, ni la afgana sentada a mi lado por dos horas. En ocasiones, para matar el tiempo, Dios permite que nuestra memoria se descarrile. Lo que puedo decir desde acá abajo, entre los zapatos y las botas militares, es que nunca sabré con certeza quién triunfó sobre quién.

Determinando el punto débil

Naturalmente, a las vigas de hormigón nos les faltaba delicadeza,
y las columnas de las casas viajeras eran en sí la nostalgia.
Agregó que su trabajo consistía en determinar el punto débil;
Para, después, distribuir su peso a los puntos más o menos fuertes;
que los soportes y los apoyos sólo eran obra del amor,
y que, con cariño, eran fijados en el ángulo contrario de las columnas.
Me aseguró también que la restauración era pura cuestión de sexo.
Mi compañero de colegio, ahora arquitecto del servicio de Arqueología;
por un minuto quedó perplejo
porque yo seguía teniendo la mano de una colegiala.
Antes de marcharse me comentó
que él no pudo especializarse en la comprensión de las caídas,
por mí.


*Los poemas fueron traducidos  por Frank Báez en colaboración con la autora.

Datos de la autora
Iman Mersal - Egipto, 1966. Fue cofundadora y editora del periódico feminista independiente egipcio Bint al-Ard (Hija de la tierra) desde 1986 hasta 1992. También ha publicado diversas obras poéticas: Ittisafat (Caracterizaciones, Dar El-Gad, 1990); Mamarr mu'tim yasluh lita'allum al-raqs (Oscuro pasaje que permite aprender a bailar, Dar Sharqiyat, 1995, 1ª edición; 2004, 2ª edición); al-Mashy Atwal Waqt Mumkin (Caminar cuanto sea posible, Dar Sharqiyat, 1997); Yugrafiya Badila (Geografía alternativa, Dar Sharqiyat, 2006, 1ª edición; 2011, 2ª edición); These are not oranges, my love: selected poems (Estas no son naranjas amor mío: selección de poemas, Sheep Meadow Press, 2008). También en 2005 colaboró en el proyecto de filmación Stranger in Her Own Skin (Una extraña en su propia piel), de Shabnam Sukhdev. Luego de vivir en Boston se trasladó a Edmonton en Canadá, donde actualmente enseña literatura árabe en la Universidad de Alberta.




viernes, 14 de junio de 2013

Hoang Thi Y Nhi La tejedora poema

*Tejedora 

La tejedora

En medio de la tarde fría
Una mujer teje al lado de la ventana
Con paciencia y prisa a la vez.
La paciencia que hace toda la vida
Y la prisa de lo que va a hacer por última vez.

Sin suspiro,
Sin sonrisa,
Oculta en lo profundo
su sufrimiento o su dicha.
Se desbordan en lo mas hondo de su alma
La confianza o la duda.

Sin levantar la cabeza, por una vez,
Experimenta conmovida los momentos
Antes del encuentro o después de la despedida.
En cada nudo de hilo se esconde la alegría o el desasosiego,
Y que reflejan esos ojos: ¿ El desánimo o la esperanza?

En medio de la tarde fría
Una mujer teje al lado de la ventana
Abajo de sus pies

El rollo de lanas rueda como pelota verde
Dando vueltas lentas.

Datos de la autora 
Hoang Thi Y Nhi, nacida en 1944 en Quang Nam Da Nang. Libros de poemas publicados : Con el río -1978-, La tejedora -1985, Un día de siempre -1987-, Lluvia de nieves -1991-, y Rostro -1991-.


*Imagen Tejedora: Bordados de Ângela, Antônia Zulma, Marilu, Martha y Sávia Dumont sobre dibujos de Demóstenes Vargas.

martes, 11 de junio de 2013

Hallie Hernández Alfaro poemas

 Leonora Carrington


Habeas corpus

Aquí tienes mi cuerpo, sin islas desiertas ni antifaces
contiguo, pálido de caricias
sujeto a las barandas de una apología triste de jazmines.

Parece vagar como un cromo deshecho en bajorrelieve
cuando la llovizna brama la frialdad nocturna
y los tobillos sangran el claustro de las hiedras mansas.

Toda yo, incauta de pupilas y marasmos
desenvaino la espada de mis chacras
y quiebro la amnesia del cautiverio.

Aquí tienes mi cuerpo, consignas de cristal hechas agua
silencioso y expectante a la genealogía de tus pasos.


Eros (L, IV)

I

Legionario y profeta en el ardor de mis muslos,
hombre de aire que destila en mi útero una catarata de malabares;
estás cerca, hago viñas con tu nombre –etílico de mis fuentes-
y quiero ser la abeja reina, la gota salada en tu copa nocturna
las manos, los ojos, el tacto de la ninfa.

II

Atrás quedan los corsarios reveses del suplicio,
su limítrofe despojo de aeropuertos vacíos,
el plano triste de los huesos sin mitad.
Estás cerca, adicto al botón rojo de mi falda
y al vademécum caliente de todos mis deseos.


In vitro (L, IX)   


Ojalá pueda salvarme de tus ojos marrones habitando la nada. No sé si cumplo mi labor de espionaje con la severidad y el cuidado que se precisa en estos casos. Adivino tus gametos y mis cromosomas en la ópera del  milagro. Mis anotaciones crecen y se multiplican día a día; descubro con goce que tu psique se mantiene despierta y estable, sin tendencias suicidas ni bipolaridad exagerada. Sueño con tus labios presagiando humedad en las vías de falopio y con tus manos batiendo los soles de una patria rítmica y azulada en los costados. Acabo de llegar a la penúltima generación que te precede: motricidad superior a la media, niveles de instrucción universitaria y tres doctorados con menciones honoríficas en la facultad de filosofía y letras. Creo que comienzo a extrañarte en los mediodías de Parque Patricios; me gusta que me sorprenda tu cuello seductor y tu sonrisa de hombre libre (en esos momentos hasta podría perdonar tu delirio por las obras de Ecco) Tengo que ser un poco más exhaustiva con mis métodos de investigación, no estoy segura de haber manejado con objetividad la histeria conversiva de tu abuela paterna o la doble personalidad de José Carlos, el bisabuelo catalán. Amanecí tejiendo un palmo de caricias sobre tu espalda, mis dedos son brújulas hedonistas que conjugan los avatares de tu cuerpo; me gustaría hablar de un refugio frente a la playa -solos en el universo danzarín de los paisajes tropicales- o de flores macedónicas en una cama que levitara apetitos y celos. No puedo esperar más, el tiempo vuela y sube la temperatura de mis óvulos. Eres el donante elegido por mi razón impura; necesito la cumbre inapelable de tu semen, el aperitivo de tus costillas adánicas y el onírico peso del alma que destierra el pánico en el mundo. Ojalá no pueda salvarme de la complicidad de tu sangre fertilizando mis utopías.

Oblivion (L, VI)   

No existes. La lucernaria morada mece la cuna y calla;
levitas en un trampolín de fragancias,
suaves, ignotas, como la espalda de una virgen.

Vuelas y sanas con el trémulo canto de Manhattan;
espiga, oro, ligadura, ángel; todo en tí, corazón de almendra.
Duele el aire pastoso de las encinas.

No existes. Una marea ciega colma la inquieta soledad;
los parajes del estío retractan su augurio,
despiden el feroz pulso de las mañanas.

Lloras la tarde de nonino, sus brazos antiguos,
la melodía concibe un ataúd de flores blandas;
inevitable el misterio en las espinas del retorno.

No existes. Quedan las estelas vivas y juradas,
el ocaso de los amantes, su tedio incorregible;
la voz nocturna de los genios que viven en tu garganta.

No existes, olvido.
Sólo eres fuga que lidia con los aros del ensueño.

(2012)

Biografía
Hallie Hernández Alfaro. Nació en Caracas, Venezuela. Actualmente, reside al norte de Holanda.
Participa y trabaja en Alaire: espacio de Poesía.


domingo, 9 de junio de 2013

ROSAKEBIA ESTELA poemas

Foto de Mariana Palova

Pablo, La Luna y Yo

Pablo cuántas lunas aullando juntos,
creyendo que la luna es el ombligo de una dama de plata,
el ombligo de la sirena de la noche.
Pablo cuando mengua la luna:
sabes quién es el guardián del pozo,
de quién es ese insomnio de sol
que mueve la tapa del pozo.

¿Qué hay en ese pozo, luz, agua, silencio?
¿Qué sucede si tomo agua de luna?
¿La luz del pozo es la luz de las estrellas?
¿Acaso, el silencio es el silencio de las rocas?
Pablo: dos medias lunas, unos labios, unos muslos
en una fotografía a blanco y negro;
los cantos de los lobos y nosotros.
Los enamorados se enamoran de la luna;
los gatos persiguen a las gatas
cuando la luna iza el telón y la función empieza.
Los murciélagos, los búhos, los pomelos están hechos de luna.
Los poetas y filósofos venden cabellos de luna a 2x1:
oh, pobre de ella cuando despierte podría estar calva.
Los niños la quieren en su habitación para soñar,
las embarazadas tienen un humor de luna,
los abstemios de amor y los presos la desean,
los ancianos quieren bufandas de luna.
La luna agita la falda del mar en los ojos de mi amado.
Pablo: ¿Quién se mira en el agua de luna
mientras nosotros dormimos?

4

Fui muda hasta los 13 años.
Boca que no se sabe espada en otra boca.
Fui muda hasta los 13 años.
No me avergüenzo, no me tengo lástima.
Todos me daban regalos.
Si usted se lava las manos antes de comer...
Si come dos cucharitas más...
Si cepilla sus dientes después de comer...
Noción del tiempo en pocas palabras.
Desde entonces, ruma de días, avenidas interminables,
ruidos delirantes, carros que se dirigen a mí.
Grandes edificios se esmeran en aplastarme.
Fui muda hasta los 13 años.
Desde entonces, la gente suele repetir las mismas preguntas.
Me preguntan por la sed, por el horror.
Quizás por eso me cuesta tanto hablar con extraños.
Trato de explicarme.
Digo que no fui yo quien arruinó la noche.


Marina Palova - el filántropo
14

En lo personal, no me provocan comezón
las personas que saludan con su mano ortopédica,
transpiran por la nariz o pueden enrrollar la lengua en U.
Ni quienes tienen un lunar en el ojo,
el lóbulo de la oreja pegado a la cara o una herida abierta.
Descubrir un lunar en el ojo de nuestro interlocutor enternece la plática.
No se cambia el semblante
ni me andan hormigas por las piernas
cuando mi abuela enferma le pregunta a la vida:
¿Usted vino a quedarse?
En general, admiro a quienes
suben a la silla para cambiar el agua del florero,
abren las envolturas con los dientes,
caminan con el miedo de pisar pájaros ciegos.
A quienes en la escuela tuvieron la experiencia
de derramar el juego sobre el uniforme.
Admiro a los que duermen donde no deben dormirse,
a las nietas que tienen el nombre de la abuela muerta
antes de la muerte de la abuela,
a las prostitutas que barren su esquina y se maquillan al sol.
POEMA 4

Ella solita se pregunta y se responde. Que le enciendan todas las luces del castillo- dice. Que la salven del dominio de la locura. Sálvenme. El castillo de naipes cambia cuando lo llenan de llanto y miedo. Los silencios se apoderan de otras voces y yo repito sus frases. Que le enciendan las luces- dice. Pero ella nunca abrió los ojos. Murió sin ver cómo los atardeceres se apoderaban violentamente de ella y de su castillo de naipes. Sin comprender que la soledad y el tiempo son los niños que tocan las puertas del espíritu. Tocan las puertas y lloran, se alejan corriendo a esconderse.

POEMA 5

Quieres secuestrar a Segismunda para qué te viva. Segismunda encerrada en un castillo naipes, decide escribir un poema de 10 metros para intentar escapar del castillo o de la locura. Le importa nada el número de versos. Quiere escapar, se muere de sed y de poemas. Aunque en realidad sólo le gustaría escribir un poema en el que no se sabiese Seguismunda. En su poema se describe como la escurridiza mensajera de algo. Tiene un poema 10 metros: un puente, una soga. Ahora no sabe si atravesar el horizonte con las manos hinchadas de tanto escribir o pasarse las horas sentada sobre su castillo.

Biografía
ROSAKEBIA ESTELA (Chiclayo, Perú 1990), es una de las voces más promisorias de la poesía chiclayana última. Ha  obtenido el Primer puesto del “XI Concurso Regional de Poesía”,  Juegos Florales Municipales - Chiclayo , 2009; Primer puesto Concurso Poesía Taiwán, 2010; Primer puesto VII Concurso Internacional Literario Conglomerado Cultural “José Eufemio Lora y Lora & Juan Carlos Onetti 2010; Tercer puesto en el I Concurso Internacional de Nano Literatura, Venezuela, 2010; Primera Mención Honrosa, Premio Nacional de Poesía Ciudad de Huamachuco, 2010; y Ganadora del Concurso Internacional de Poesía Latin Heritage Foundation, 2011.