jueves, 28 de agosto de 2014

Muriel Rukeyser - Elegía en gozo

Imagen de Catrin Welz-Stein - Harmony

Elegía en gozo
  

Contamos principios: para la piel y la respuesta,
o la mirada, el lago en el ojo que conoce,
para la desesperación que corre por los más anchos ríos,
nube de casa; y también el árbol verde de la gracia,
todo en la hoja, en el amor que nos da a nosotros mismos.

La palabra de alimento pasa por las mujeres,
soldados y huertos enraizados en constelaciones,
torres blancas, ojos de niños:
que en tiempos de guerra dicen ¿Qué daremos de comer?
No puedo decir el fin.

Alentá principios, alentemos principios.
No todas las cosas son benditas, pero sí
son benditas las semillas de todas las cosas.
La bendición está en la semilla.

Este momento, esta semilla, esta ola del mar, esta mirada, este
     instante de amor.
Años sobre guerras y un imaginarse la paz. O el viaje de expiación
hacia la paz que es tantos deseos que arden juntos,
vida pura y fiera, la casa donde tantos habitan.
Amor que nos da a nosotros mismos, en el mundo por todos
     conocido
nuevas técnicas para curar las heridas,
y el desconocido mundo. Una vida, o las estrellas navegantes


Traducción de G.A. Chaves


Elegy in Joy



We tell beginnings: for the flesh and the answer,
or the look, the lake in the eye that knows,
for the despair that flows down in widest rivers,
cloud of home; and also the green tree of grace,
all in the leaf, in the love that gives us ourselves.


The word of nourishment passes through the women,
soldiers and orchards rooted in constellations,
white towers, eyes of children:
saying in time of war What shall we feed?
I cannot say the end.


Nourish beginnings, let us nourish beginnings.
Not all things are blest, but the
seeds of all things are blest.
The blessing is in the seed.


This moment, this seed, this wave of the sea, this look, this instant of love.
Years over wars and an imagining of peace.  Or the expiation journey
toward peace which is many wishes flaming together,
fierce pure life, the many-living home.
Love that gives us ourselves, in the world known to all
new techniques for the healing of the wound,
and the unknown world.  One life, or the faring stars



 Más

lunes, 25 de agosto de 2014

Audre Lorde - Ahora que estoy embarazada para siempre

Imagen de Catrin Welz-Stein

Ahora que estoy embarazada para siempre

Cómo pasaron los días
mientras brotabas dentro mío
recuerdo, uno encima del otro-
los hinchazones cambiaron los planos de mi cuerpo
y cómo te agitaste por primera vez y luego saltaste
y yo, que pensaba que era mi corazón.

Cómo los días se fueron relajando
y la llegada del invierno
recuerdo, con vos poniéndote más pesada
frente al viento. Pensé
ahora sus manos
se formaron y su pelo
empezó a enrularse
ahora sus dientes se hicieron
ahora estornuda.
Después la semilla se abrió
te tomé en brazos la mañana anterior a la primavera
Mi cabeza giraba como un pistón furioso
mis piernas eran torres entre las cuales
Un nuevo país estaba pasando.

Desde entonces
sólo puedo distinguir
un hilo en las horas que corren
Vos, fluyendo a través tuyo
hacia Vos.

Audre Lorde - Versión de Tom Maver

*************

Now that I’m forever with child

How the days went
while you were blooming within me
I remember each upon each-
the swelling changed planes of my body
and how you first fluttered, then jumped
and I thought it was my heart.

How the days wound down
and the turning of winter
I recall, with you growing heavy
against the wind. I thought
now her hands
are formed, and her hair
has started to curl
now her teeth are done
now she sneezes.
Then the seed opened
I bore you one morning just before spring
My head rang like a fiery piston
my legs were towers between which
A new world was passing.

Since then
I can only distinguish
one thread within running hours
You, flowing through selves
toward You.



From The collected poems of Audre Lorde, W.W. Norton & Company, New York, 1997.


Biografía
Audre Geraldine Lorde (18 de febrero de 1934 en Harlem, Nueva York - 17 de noviembre de 1992 en Saint Croix) fue una escritora y activista multifacética. Autoidentificada como "una guerrera poeta feminista negra y lesbiana", Lorde escribió para empoderar a sus lectoras y lectores pertenecientes a categorías marginalizadas por el capitalismo, el racismo y el heterosexismo. Su obra fundamental de consulta es "Sister Outsider", un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes de las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heteronormativa. Tales son los textos "No hay jerarquías en la opresión" y "Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo". Escribió también Los diarios del cáncer luego de pasar por la experiencia del cáncer de mama y de reflexionar sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres, que se superponen a las de raza y de orientación sexual y que se suman a la dolorosa enfermedad. Un texto imprescindible tanto para quienes han vivido o viven esta experiencia como para quienes acompañan a otras en este doloroso trance. Sus padres provenían de Grenada, y en su libro Sister Outsider incluye un par de ensayos sobre sus viajes al pueblo natal de ellos. Falleció en 1992, tras 15 años de lucha contra el cáncer. Su poesía fecunda y combativa también la ha posicionado como una intelectual de dimensión universal, con 18 libros publicados.

Bibliografía
The First Cities (Las primeras ciudades) (1968)
Cables to Rage (Cables hacia el odio) (1970)
From a Land Where Other People Live (Desde una tierra donde vive otra gente) (1973)
New York Head Shop and Museum (1974)
Coal (1976)
Between Our Selves (Entre nosotros) (1976)
The Black Unicorn (El unicornio negro) (1978)
Chosen Poems: Old and New (Poemas selectos: Viejos y nuevos) (1982)
Zami: A New Spelling of My Name (Zami: Una nueva forma de escribir mi nombre) (1983)
Sister Outsider: Essays and Speeches (Ensayos y discursos) (1984)
Our Dead Behind Us (Nuestra muerte detrás de nosotros) (1986)
The Marvelous Arithmetics of Distance (La maravillosa aritmética de la distancia) (1993)
Los diarios del cáncer (ensayo traducido del inglés por Gabriela Adelstein, Hipólita Ediciones, Rosario, 2008).
Audre Lorde cofundó "Mesa de la cocina", Prensa de mujeres de color, en 1980. 

Fuente bio-bibliografía:Wikipedia

miércoles, 20 de agosto de 2014

Fatoumata Ba - Dos Poemas

Foto de Joey Lawrence

La Libertad

Y soplo estas palabras
          a tu grito del vientre
          y tu nombre se ahueca
          con el viento y la lluvia
          bajo mi párpado
          de sal y de lágrima
          en mi sangre

              Y yo visito los pasillos
              de tu humanidad
              yo te invoco en cada
              parcela de mi existencia a
              hender el silencio pesado de soledad
              converger hacia tu luz

          Yo te tomo apretado contra mí
          Nombre Pálido de nieve
          en mi temblorosa palma

              Yo me abro un camino
              franqueo mis propias fronteras
              perfumo el universo de tu sendero
              y bogo a tu encuentro

          Yo soy un alma errante
          vacía, plena
          El año se comprime, se desmorona
          siempre, no habría visto más que su penumbra
          sobre el párpado de la noche

              Yo te llamo sobre la senda del miedo
              yo te espero en mi sufrimiento
              herida abierta, dolor inmenso
              que ocupa el espacio

          Yo canto tu nombre
          a aquellos que no creen ya en él
          a los países asesinados
          a los corazones mutilados
          a las almas afligidas

              No hay límite a mi continente
              abro mi casa
              grande ardiente

          De estas noches de gran frío
          para convidarte al banquete
          de los corazones ávidos
              de libertad.


Imagen de la red

INJUSTICIA

Déjame
Mojar mi pluma
Abismo de los malvados
Déjame detenerme
El tiempo de un suspiro

Furtiva, límpida
Guardar la imagen del mundo
Desviado por su mentira
Verdad enmudecida

Romper la enfermiza ignorancia
Romper la pasividad
Silencio abrevador de reproches

Pesado mi sueño
Pesado sobre mi párpado
Frágil
Donde se agota la apatía
Se subleva la justicia.

Festival de Poesía de Medellín

Biografía

Fatoumata Ba nació en Gabón el 10 de noviembre de 1974. Nacionalizada en Malí. Poeta, narradora, dramaturga, socióloga y antropóloga. Ha participado en eventos poéticos en África, Europa y Canadá. Ha obtenido varios premios de poesía, entre ellos el premio de la UNICEF, 1996, y el Premio de la Francofonía, 1997. Sus poemas han sido incluidos en la revista “Art le Sabord”, Canadá, 2002. Su obra es a la vez caricia y reflejo de su compromiso por servir causas nobles y justas. A través de sus versos, nos transporta a una esfera donde se dibujan hábilmente las taras de nuestra sociedad. Ella nos habla igualmente, con mucha destreza, del más viejo sentimiento del mundo: “el amor”. He aquí una poética que trasciende el porvenir del África moderna. Este continente de nuestro nacimiento, lentamente regresa al centro de la humanidad. El grito poético de Fatoumata Ba resuena en su corazón.

viernes, 15 de agosto de 2014

Glauce Baldovín - Dos poemas

                                       Imagen de Elizabeth Opalenik

Dejemos en la oscuridad la astrología.

En las bóvedas donde yacen los predestinados al Apocalipsis
los devorados por la impaciencia.
Las hechiceras controlan los astros que rigieron
entonces
mezclan sangre de halcón leche de cabra romero
y almizcle
y tiñen los umbrales por donde pasan las novias
y los ataúdes.
Él fue concebido en una noche no premeditada
sin sortilegios ni eclipses
sin piras de alcanfor ni de eucaliptos.
Yo, Seclaud, lo concebí sin presentirlo y eso me aterra.
Porque bajaron las cigüeñas a tomar té conmigo
y yo saqué las viejas tazas anaranjadas
y el mantel de hilo. Son las mensajeras.
Dijeron: cruza las manos sobre el regazo, no hables.
Y de entre sus plumas sacaron una llave.
Deberás abrir las puertas.
Detrás de cada puerta
una revelación espera.
Y siguieron diciendo:
él nacerá en agosto en febrero
y tú deberás conocer los secretos más recónditos.
Comieron la última tartaleta de manzana
y levantaron vuelo.

Imagen de Elizabeth Opalenik

 Yo Seclaud II

No temo mi rostro gris ni mis manos grises oliendo
a caldo y mazamorra.
La mariposa de alas batientes revolotea alrededor
de las bujías como alrededor de mi corazón
y él duerme con su cabeza en mi vientre.
Pues me alimenté con hierro y con nuez
con aceite de arrayán y miel de alerce para que él
naciera
protegido de las naves perdidas en galaxias remotas.
Yo, Seclaud, de rodillas ante el fogón
conjurando a los dioses del fuego y del aceite
perfumo tu frente con albahaca y con laurel
ya que dado te fue nacer de vientre de mujer
del vientre de la tierra como un bulbo más
entre los bulbos. No hay girasol más luminoso que aquel que florece
en marzo, tardío.
Lo he visto quebrarse contra las lechuzas en su vuelo
derramar los pétalos en la tierra
devorar las verbenas en su hambre de macho cabrío.
Y ahora él es el girasol frente a las ventanas que se
abren al naciente
los pétalos que cubren la desnudez de la tierra
las lechuzas que se prenden en mi hombro
y me transforman en bruja.

De: Yo Seclaud 

Biografía
Glauce Baldovín, nació en Rió Cuarto, Córdoba, Argentina 1928. En 1972 obtuvo el premio Casa de las américas por su libro La Militancia.
Libros de poesía: Poemas (1986), Libro de la soledad (1989), De los poetas (1991), Libro del amor (1993), Con los Gatos el Silencio (1994), Nuestra casa en el tercer mundo (1995), Poemas crueles (1996), Libro de maría- Libro de Isidro (1997), Yo Seclaud (1999), El rostro en la mano (2006), postergada- Huésped en el Laberinto (2009).



domingo, 10 de agosto de 2014

Anfisa Osinnik - Dos poemas

Foto de Diana Blok - The nature of time

HOMBRE

Agotado
               en el cruce del camino.
Sin vigor que anteponer,
                                   sin deseos de regresar
exhausto
                divisaba tres cruces
a las que quiso estar uncido.
Dimas, Gestas y Melek-Yahud
Con Él se fueron al polvo,
                                       a colorear al pálido barro,
como estela incombustible
                               en las cenizas tibias
          del Eclesiastés.
El apóstol Pedro silenciaba
los escritos de
                Magdalena.
                                   Palabras quemadas
en sus labios petrificados
                                     que desconocen temblor alguno.
“Sólo a mí
                             me besaba en la boca
a mí me llamaba amada por Dios.”

Foto de Esteban Leyton
Una mañana

Una mañana,
despertarás,
muerto del otoño.
La abulia catedrática,
                                    de los cielos,
con un bostezo diligente,
arrojará
             tu currículum,
una hoja llena de frases comunes.
Así :
post mortem.
Pero tú  caminas, simplón
ingenuo,
con la estearina en la piel,
muerto del otoño,
el rostro muerto refleja los rasgos de los caminantes,
de pronto, comprendes,
                                         la estática,
de tu mecánica prisa,
pero sigues,
a tu aparato bípedo, apresuras,
y con los ruidos ajenos
tratas de mezclar,
tus decibeles
roncos :
el agitado suspiro,
rápida fumada,
exhalación...
Y de repente,
La palmípeda,
                        hoja del arce


te agarra por la solapa,
como instrucción del código postmortal :


empieza a aferrarse.
Otra cosa : sé exacto.
sé su
        barómetro, -
¿La humedad?  -
Acomoda botones en los ojales...
sé su cronómetro,
su actinómetro,
su picnómetro, -
                           puede ser de utilidad.
Sé su
        termómetro :
treinta y seis punto cinco, exactos,
                                                         para el coito,
si ella
           no sufre de necrofilia.
Digamos,
                 sé exacto, como dato de tu muerte,
lo más singular : sé su
                                          alcoholímetro,
-P2  -
embellecimiento
                           para nuestro hermano
                                                                   el cadáver,

Acuérdate de esto,
                        cuando despiertes muerto del otoño,
y la eternidad
                        te parecerá
la peor ratonera divina.
Una mañana,
despertarás
muerto del otoño...
                               muerto...
y esto,
           cómo decirlo sin alterarte,
                                                  en el tiempo indefinido.
Anfisa Osinnik

Fuente: Dreamers


jueves, 7 de agosto de 2014

Beverly Pérez Rego - Dos poemas

 Foto de la red

No existe otro día.
No hay más que mi obstinación:
la faz que persevera en el espejo,
la vejez,
los dedos grises que me oprimen.

Es mía la culpa.

Déjame morir un poco más.
Déjame caer por mi propio peso.
Libérame de ti,
carnero sagrado:
perseverancia, maestra,
cuerno pulido y curvo
en la frente.


 foto de Bogdan-Grigore - Straight

Si pierdo el juicio
no es por tu causa.
                           Antes,
en la rama amarga del olivo.
en los profundos entornos
de ciertos abismos vegetales
que crecen raudos en tu pecho,
                           antes,
estuvo mi pérdida.

Ahora,
en el alivio de la derrota,
siento cómo todo se tiñe
con el verdor de tu deseo,
y ante tus pies se abre
la senda única
entre los bosques que sembramos.

Tu maldad, líquida,
vierte cristales entre mis dedos;
ya no queda ningún enemigo
por enterrar.

Me deja atrás.

Y la inteligencia,
perra noble,
es la única en seguirte
a casa.


Libro de cetrería
Beverly Pérez Rego

(Nota del editor: "Libro de cetrería", poemario con el cual Beverly Pérez Rego obtuvo el premio 1994 de la mención Poesía de la Bienal de Literatura "Casa de la Cultura de Maracay", fue publicado por la Secretaría de Cultura del estado Aragua en 1994. En la Tierra de Letras han caído estos cuatro extractos).

Fuente: Letralia 

Biografía y obra
Beverly Pérez Rego (o Beverley Pérez Rego) (Halifax, Canadá) es una poeta, traductora y músico venezolana. Es socióloga y licenciada en Letras egresada de la Universidad Central de Venezuela.

Poesía
1992 Artes del vidrio. Caracas, Fondo Editorial Pequeña Venecia
1994 Libro de cetrería. Maracay, Ediciones Casa de la Cultura de Maracay, Colección El Cuervo
1998 Providencia. Coro, Fondo Editorial del Estado Falcón, Ediciones Libros Blancos.
2002 Grimorio
2004 Escurana. Caracas, Fondo Editorial Eclepsidra, Casa de la Poesía Pérez Bonalde.
2006 Poesía reunida. Prólogo de Juan Calzadilla. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Traducciones
1996 Tristia, Alejandro Oliveros (edición bilingüe). Caracas, Editorial RWM
2008 Louise Glück- poesía selecta. Caracas, Universidad Metropolitana, Colección Luna Nueva. 

Premios
1994 Premio Bienal Casa de la Cultura de Maracay, por Libro de cetrería
1997 Premio Bienal Elías David Curiel, por Providencia
2002 Mención única, Bienal José Rafael Pocaterra, por Grimorio
2003 Mención única Bienal Francisco Lazo Martí, por Escurana

viernes, 1 de agosto de 2014

Marianne Moore - dos poemas

Foto de Grace Grarcia

El héroe (The Hero)

Donde nos apetece, vamos.
  Donde el suelo es áspero; donde hay
  malas hierbas altas como frijoles,
  dientes hipodérmicos de serpiente, o
  el viento trae la «voz espantaniños»
  desde el descuidado tejo con
  los semipreciosos ojos felinos del búho-
despierto, dormido, «orejas erectas erguidas en finas puntas»-,
en tales lugares el amor no florecerá.

No nos gustan ciertas cosas, y al héroe
  tampoco; ni las lápidas extravagantes
  ni la incertidumbre,
  ir donde no se desea
  ir; sufrir y no decirlo;
  quedarse escuchando donde algo
  se oculta. El héroe se encoge ante
lo que se precipita con aleteo amortiguado y un par
de ojos amarillos –de aquí para allá-

con un trino vibrante y acuoso, bajo,
  alto, con gorjeos en basso falsetto
  hasta que la piel se eriza.
  Jacob agonizante preguntó
  a José: ¿Quiénes son estos? y bendijo
  a ambos hijos, más al más joven, irritando a José.
  Y a su vez, José irritaba a otros.
Y también Cincinato, Regulo y algunos de nuestros
compatriotas, se han sentido, aunque piadosos,

como Pilgrim obligado a caminar despacio
  para encontrar su pergamino, cansados pero esperanzados-
  sin que la esperanza sea esperanza
  hasta que toda base para la esperanza se ha
  desvanecido; e indulgentes, considerando
  el error de sus semejantes con los
  sentimientos de una madre-
mujer o gata. El correcto Negro de levita
junto a la gruta

contesta a la intrépida turista que visita el lugar
  y pregunta al hombre que la acompaña: qué es esto,
  qué es aquello, dónde está Marta
  enterrada; «el general Washington,
  allí; su señora, aquí»; hablando como
  si representara un papel, sin verla; con
  sentido de la dignidad humana
y reverencia por el misterio, de pie como la sombra
del sauce.

Moisés no sería nieto del faraón.
  No es lo que como
  mi alimento natural,
  dice el héroe. Él no sale
  a ver paisajes, sino cristal
  de roca para ver –el asombroso Greco
  rebosante de luz interior- que
no ambiciona nada de lo que ha dejado. A este lo reconoceréis

como el héroe.

Poemas: Marianne Craig Moore / Random House Mondadori
Traducción: Olivia de Miguel Crespo

San Jerónimo - Leonardo da Vinci

El San Jerónimo (Leonardo da Vinci’s Saint Jerome)

de Leonardo da Vinci y su león
  en esa ermita
de muros derrocados,
  comparten refugio para un sabio
-marco idóneo para el apasionado y lúcido
  Jerónimo versado en el lenguaje-
y para un león pariente de aquel en cuya piel
  no dejó huella el garrote de Hércules.

La bestia, recibida como un huésped,
  aunque algunos monjes huyeran
-con su pata curada
  que una espina del desierto había enrojecido-
guardaba el asno del monasterio…
  que desapareció –según Jerónimo pensó-
devorado por el guardián. Así el huésped, como un asno,
  sin ofrecer resistencia, fue encargado de transportar la leña;

pero, poco después, el león reconoció
  al asno y entregó toda la caravana de camellos
de sus aterrorizados
  ladrones al afligido
san Jerónimo. La bestia absuelta y
  el santo quedaron de esa suerte hermanados;
y desde entonces su similar aspecto y comportamiento
  estableció su parentesco leonino.

Pacífico, aunque apasionado
              -porque de no ser ambas cosas,
            ¿cómo podría ser grande?-
              Jerónimo –debilitado por las pruebas sufridas-
            la cintura afilada comiera lo que comiera,
              nos dejó la Vulgata. Bajo el signo de Leo,
            la crecida del Nilo ponía fin a la hambruna, lo que hizo
              de la boca del león un elemento apropiado para las fuentes,
            un emblema que si no es universal
              al menos no es oscuro.
            Y aquí, aunque solo sea un esbozo, la astronomía
              o los pálidos colores hacen que la dorada pareja
            en el dibujo de Leonardo da Vinci parezca
              bronceada por el sol. Resplandece, cuadro,
            santo, animal; y tú, León Haile Selassie, con tu escolta
              de leones símbolo de soberanía.


Poemas: Marianne Craig Moore / Random House Mondadori
Traducción: Olivia de Miguel Crespo