jueves, 26 de diciembre de 2019

Tania Favela Bustillo – Tres poemas


Hoja seca - foto mía
Tania Favela Bustillo – Tres poemas

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los “harapientos” los “deshilachados” poemillas (suyos) – dijo-
                   se oyó decir –casi murmurando casi en silencio-
         como deshilachando la propia voz –la propia voz empobrecida-
desvestida (o casi)   eso era lo que buscaba y escapaba a todo ropaje –dijo-
                                                                                      a todo ropaje
    de ahí la intemperie   de ahí el cielo estrellado -sobre la cabeza- (pensó)
estrellada también la propia cabeza ¿contra qué o quién? contra sí mismo
    sí misma   hasta dar en el suelo –hasta hacerla sonora como una calabaza hueca-
   (ahí) estrellada y arriba cielo abierto    ¿abierto para quién?
pensó en eso    en tanto   en todo
       pensó en los deshilachados   los harapientos   los hambrientos
todos los sin boca   (en eso pensó)   -los sin boca ahí sobre el suelo-
                                                            -descabezados-    estrellados sin saber
ahí –rompiéndose las bruces- como quien dice
                       (pensó) como queriendo decir   como sabiendo lo mudo de eso
lo deshilachado de ese canto que no
  de ese decir que apenas (a penas anda)  -dijo- se oyó decir
                                         como repitiendo la voz de otro
                                                  repitiendo la voz de otros
-se oyó-   (ahora)  (antes)   los deshilachados
                                                        y arriba el cielo abierto

********

desde el vientre habló   desde el estómago   desde ahí habló
-desde ahí respira la voz-    las voces    desde ahí las voces
murmuran   -adentro-    resuenan   lanzó un grito sin más
al interior de quién?    de quiénes las voces?
                                  pensó en él y su voz    pensó en ella (en ella) y su voz
         -así fisura y todo-   la boca atenta   los labios en movimiento
                          ¿qué dice?      - dijo-    ¿qué dices?
la infancia    -la madre-    (al interior dos voces)
                              cordón umbilical que sueña la voz del otro
       y su voz?                 -dijo-
                 arena en el engranaje     suena     raspa
                                                                              ahí la voz despierta?

*********

… Mientras las oropéndolas
hacen su reclamo
en los tupidos bosques.
Las aguas del río, acrecentadas
por las lluvias de verano
se desbordan velozmente…
Wei Yin Wu

Allá   río abajo    aquí (adentro) otro río desciende
otros ríos profundos y rápidos descienden    (choque de piedras)
ni el miedo ni el coraje nos salvarán
                        (piensas) cómo se llama aquel pájaro de alas amarillas y cola amarilla
oropéndola marinero oropéndola   el canto allá (afuera) amarillo navega
y (adentro) punza la voz como mordida de hormiga   punza y se expande por la espalda
por los ríos que descienden furiosos
    mariposas revoloteando (chocando como piedras) encendiendo de color al río
(gritan)   canta la oropéndola navegando el aire
    …y si el río se seca (y si el corazón se achica)   si el agua se estanca  (digo)
(dice) la oropéndola    canta y su canto se alza   ¡no se vaya a secar este río!
¡no se vaya a morir este oro!   No se vaya a estancar este corazón que se atora
en todas las esquinas (grita) navegando   ni el miedo ni el coraje nos salvarán
     (choque de piedras)  mariposas revoloteando
                                  adentro ríos profundos descienden.

De: La marcha hacia ninguna parte – editorial Chile Kormorebi ediciones – 2018


Biografía
Tania Favela Bustillo, nació en Ciudad de México, México 1970. Doctora en Literatura Latinoamericana (UNAM). Da clases de literatura en el departamento de letras de la Universidad Iberoamericana.
Publicaciones: Materia del camino (compañía, 2016), la traducción (con Jahel Leal) del libro En la tierra de Robert Crreley (Textofia, 2008), el libro de poemas Pequeños Resquicios (Textofilia, 2013), la antología de poesía El desierto nunca se acaba de Jose Watanabe (prólogo y selección, Textofilia, 2013). Un ejercicio cotidiano, selección de prosas de Hugo Gola (prólogo y selección, Toé, 2016). El libro El lugar es el poema: aproximaciones a la poesía de José Watanabel (APJ, 2018) y el libro de poemas La marcha hacia ninguna parte (Kormorebi, 2018).



domingo, 15 de diciembre de 2019

Ana Blandiana - Tres poemas


Imagen de Dora Maar 
Enséñame a arder oscuramente
Déjame encenderme en tu oscuridad,
En la luz feroz,
Enséñame a arder oscuramente,
Modela mi llama
En forma de alas
Y purifícala de todo color.
O
Incluso mejor,
Dame una semilla de oscuridad
Para enterrarla en la tierra
Y haz girar más rápido las estaciones
Para que crezca
Y la siembre de nuevo.
Y en la luz feroz
Habrá entonces bosques y campiñas,
Arboledas, huertos, prados y bosques nocturnos.
Una suave oscuridad
En la que podamos morir cuando queramos,
Una oscuridad en la que
No seremos ni hermosos ni buenos,
Sino que únicamente estaremos solos
Y sin tener que mirar;
Al cerrar los ojos, podríamos ver.

Hubo un tiempo en el que los árboles tenían ojos

Hubo un tiempo en el que los árboles tenían ojos,
Lo juro
Estoy segura
De que cuando yo era árbol podía ver,
Recuerdo cómo me miraban
Las extrañas alas de los pájaros
Que pasaban delante de mí,
Pero no recuerdo
Que los pájaros percibieran
Mis ojos.
Ahora busco en vano los ojos de los árboles,
Tal vez no los percibo
Porque ya no soy árbol,
O tal vez han descendido por las raíces
A la tierra,
O, tal vez,
Quién sabe,
Sólo fue una impresión mía
Y los árboles siempre han sido ciegos…
Pero, entonces, ¿por qué
Cuando paso cerca de ellos
Siento cómo
Me siguen con su mirada,
Con familiaridad?
Por qué, cuando crujen y parpadean,
Con sus miles de párpados,
Tengo ganas de gritar:
¿qué habéis visto?

¿Recuerdas la playa
Revestida de cristales amargos
Sobre los que
No podíamos caminar descalzos?
¿El modo en que
Mirabas el mar
Y decías que me escuchabas?
¿Recuerdas
Las gaviotas histéricas
Girando en el tañido
De campanas de iglesias invisibles
Y los peces como santos patrones,
El modo en que
Corriendo, te alejabas
Hacia el mar
Y me gritabas que te hacía falta
Distancia
Para contemplarme?
La nieve
Se apagaba
Enredada entre las aves
En el mar;
Con una desesperanza casi alegre
Yo miraba
Tus huellas en el mar
Y el mar se cerraba como un párpado
Sobre el ojo, dentro del cual yo esperaba.


ANA BLANDIANA
Fuente: Octubre, Noviembre, Diciembre – Editorial Pre-Textos – 2017 – Traducción de Natalia Carbajosa y Viorica Patea.

Biografía

Ana Blandiana (n. 1942), poeta, prosista y ensayista de excepción, es una figura legendaria de la literatura rumana, en la que ocupa un lugar comparable al de Anna Ajmátova o Vaclav Havel en las letras rusas o checas. Destacada opositora al régimen de Ceaușescu, Blandiana forma parte del grupo de escritores que concibieron su vocación literaria como una forma de resistencia moral.
Autora de catorce libros de poesía, dos volúmenes de relatos fantásticos, nueve de ensayos y una novela, es la poeta rumana actual más internacional. De su obra se han traducido sesenta y nueve libros a veinticuatro lenguas. 
Fuente:Biografía

domingo, 8 de diciembre de 2019

Koleka Putuma - Tres poemas


(Foto mía - Lago casa de campo)
ROPA HEREDADA
En enero,
se celebran los cumpleaños
con un cubo de KFC, una tarta básica y Coca-Cola.
En enero abren los colegios, así que ni te plantees montar una fiesta;
tenías suerte
si te dejaban invitar a tus amigas de la casa de al lado.

Pero incluso con el síndrome de enero,
nos asegurábamos de no aparecer el primer día de clase
con el uniforme de noviembre o la trenzas de diciembre,
aunque estuvieran aún en buen estado.
Todo tenía que ser de estreno: el cabello relajado o afeitado,
una capa de vaselina tan gruesa que podría aguantar todo tipo de clima.
Estábamos relucientes y llenxs de esperanza.
¿De qué?
No lo sabíamos.
De las raíces del pelo a las unas de los pies, éramos neuvxs.

El primer día de escuela siempre era un concurso,
una competición que demolía algunas carteras en secreto.
Nos mirábamos de reojo a los zapatos para ver si eran Toughee o Buccaneer.
Los niños que llevaban Grasshoppers eran superguays.
Las niñas que no cumplían la norma de cubrirse las rodillas
eran delincuentes castigadas a quedarse después de clase.
No valía nada el material escolar si no venía en una caja de los Waltons.
No se empezaba a aprender hasta que tu cuaderno negro estaba forrado
         de plástico y colorines.
Nuevo nos marcaba, daba forma a nuestro comportamiento y a nuestras poses.
Nuevo creaba la ilusión de que algunxs tenían más de lo que lucían.

El sacrificio abastecía.
El sacrificio se multiplicaba milagrosamente frente al amor
o la vergüenza.

Vengo de una estirpe de mutilación:
de maná caído del cielo,
de dos peces y cinco panes,
de agua convertida en vino.
También vengo de una estirpe de prestar y pedir prestado.
El azúcar de la vecina era un tarro abierto, sin deudas ni cobros.

(a veces) nuevo era un lujo,
era lo imposible enviado a Dios por oración.

Lxs hermanxs mayores deben llevar el jersey con cuidado y solo los domingos,
en dos años será tuyo
era lo más nuevo que iba a ser (a veces).

El uniforme escolar que me quedaba grande era una cuenta de
         ahorros textil.

Si se rompía, podía repararse.
Si se moría, podía resucitarse.
Si se rasgaba, podía remendarse.
Si se perdía,
¡pues-lo-en-cuen-tras-que-el-di-ner-o-no-cre-ce-en-los-árbo-les!

Nuevo era sinónimo de rico, aunque no fuese verdad.
Nuevo era un adjetivo para la ansiedad.

La tensión entre nuevo y de segunda mano
era como vivir en una casa sin techo
y esperar que no lloviese,
cruzar los dedos para que tu marca Sin Logo no te delatara
ni destacara ni te desnudara en público.

El anhelo por lo nuevo malas costumbres,
nos tejió deseos dentro
que podíamos articular a través de la imaginación.

En nuestra imaginación,
éramos cuerpos oscuros
viviendo como reyes en las casas de lxs blancxs.
Éramos superhéroes y modelo huesudas
de cara blanca.
Pedíamos postres que no sabíamos pronunciar
en acentos que no eran los nuestros.
Íbamos en aviones con destino a cualquier lugar
que no fuera de donde éramos.

Incluso nuestra negritud era inasequible.
No éramos tan pobres como para no permitirnos un ¿Y si…?
Éramos cuándos y cómos y ahoras
y chasquidos de los dedos para meterle prisa al camarero.

Nuevo
era
soga
con
la
que
aislarnos
de
la
realidad.

He heredado una estirpe de ropa de segunda mano.
Ha hecho una mecánica y maga de mí.
Ha hecho de mi cuenta bancaria un cubo con un agujero.
El impuesto negro es el agua.
He aprendido a decir que tengo el vaso medio lleno hasta cuando está roto.
También sé clonarme a mí misma.
Tengo las sobras de mis abuelxs en mis hábitos.

En el lugar de donde vengo,
las herencias no eran siempre cosas materiales.
Una zapatilla de seiscientos rands en la mesa del comedor
era la manifestación de un hambre que llevábamos dentro
y la comida no podía llegar.

Cuando eres negra y pobre
y apareces en un sistema
que te mira como si fueses
mugre.
Cutre.
Desechable.
Rota.
Mano de obra.
Que te habla como si fueses ropa heredada.
Que te gasta como si fueses ropa heredada.
Que te pisa como si fueses ropa heredada.
Que te tira como si fueses ropa heredada.
Nos hacemos pobres para parecer ricxs.

Abrimos la puerta a “la riqueza” con crédito y deudas.
yY pagos a plazos y cuentas Foschini y facturas
y un ansia constante de más.
De mejor.
De nuevo.

El sistema nos tiene en chozas, lidiando con el síndrome de vivir al día.
Nos tiene conduciendo Mercedes por asentamientos ilegales.
Nunca deja de enseñarnos
lo que no podemos tener,
lo que no podemos ser,
y lo que nos han robado.

En el lugar de donde vengo,
heredar ropa no fue siempre una elección.
(a veces) era lo único que había.
(a veces) era un amor que
decía: Lo he cuidado como oro en paño para ti.
Decía: Ponte este recuerdo conmigo.
Decía: No me saciaré hasta que tú comas.

(a veces) la ropa heredada era un sacrificio que decía:
Estoy aquí.
Sin importar el estado.

Crecer negrx y cristianx


El primer hombre 
que te enseñan a venerar 
es un hombre blanco. 

Luego vas a la escuela y aprendes 
lo mismo. 

No parpadeamos. 
Pero lo cuestionamos. 

Y es así 
en todas partes. 
Todo el tiempo. 

El evangelio 
es como la blanquitud se cuela en nuestras casas 
y nos pone de rodillas. 

  
Crecer negra y mujer

te enseñará 
a acumular esqueletos, 
a embalar tus gritos con grapas, 
para que todo el mundo pueda pasar la página cómodamente. 

la paginación 
se 

mantiene 

costa 
de 

tu cordura. 

si nuestros cajones de la ropa interior pudieran hablar, 
sangrarían (así te lo digo). 
las almohadas se desangrarían en nuestros nombres. 

lo lamentable de sanar es esto: 
te convence de que el dolor es mejor que una costra. 

con las costras, la gente hace preguntas 

Koleka Putuma 

Fuente: AMNESIACOLECTIVA Traducción de Arrete Hidalgo y Lawrence Schimel – Editorial Flores Raras – Noviembre 2018

domingo, 1 de diciembre de 2019

Chantal Maillard - Conferencia en el CCCB

Chantal Maillard en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona

Os invito a escuchar a Chantal Maillard en la conferencia que se llevó a cabo en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona este último 27 de noviembre, con la participación de Raül Garrigasait, en el marco del Festival Clásicos, cuyo tema es: “La ira: Híbridos y figuras terribles en la cultural patriarcal indoeuropea.”
¿Son el exceso de violencia, la codicia y el ansia algo congénito de la especie humana o más bien algo que heredamos de las sociedades guerreras que dominaron nuestros territorios hace pocos milenios? ¿Es la ira un factor de cambio o un elemento del universo patriarcal? Chantal Maillard, filósofa y poeta, reflexiona sobre estos temas en esta sesión.

Algunos fragmentos del inicio de la conferencia, para que apreciéis la importancia de escucharla:
Inicia la charla con una invocación poética: “Prefiere Aristóteles que en las más antiguas democracias expulsar a los que destacaban por su inteligencia para que así, no pusiesen en peligro el gobierno de la mayoría. A la mujer sabia se la desterraba de otra manera, se la recluida o aislada en algún paraje de difícil acceso. Ella era la sacerdotisa, oráculo hablante o sibila, la que silva, consejera, mediadora, profetiza pero nunca rival. Diferente, superior pero lejana y ajena…”
“¿Puede la ira dar lugar a un cambio? Ese es el tema de la conferencia. A primera vista, la ira aparentemente sea una respuesta contra la violencia que a su vez engendra violencia y que sin lugar a duda, puede dar lugar a cambios importantes pero no modificaran con ello la estructura social o la dialéctica de los poderes que las sostienen…”
“La vida, a la cual no dudamos en considerar maravillosa, se sostiene sobre la violencia. Su ley es la ley del hambre como cualquier otro acto de sobrevivencia es un acto de violencia. Ese es el contrato que firmamos con la vida, te alimentarás de la muerte de otros. El equilibrio del planeta en todos sus reinos es violencia… “

“Pero la violencia humana no se ejerce por necesidad sino placer, por odio, por ira o por ambición. En nuestra especie humana el hambre es el ansia. Nuestra historia es la historia del ansia y el ansia desequilibra y el ansia es la guerra…”

Enlace de la conferencia: