domingo, 28 de abril de 2019

Franca Mancinelli – poemas


Foto mía
Franca Mancinelli – poesía italiana contemporánea

No es sólo empacar una maleta. Es producirse, vestirse bien. Entrar en la talla exacta de la pena. Mirar sólo un destino. Llevando zapatos que no tocaron jamás la tierra, dormiremos en el núcleo de la mirada, como los bebés.

Non è solo preparare una valigia. È confezionarsi, vestirsi bene. Entrare nella taglia esatta della pena. Gesti a una destinazione sola. Calzando scarpe che non hanno mai premuto la terra, dormiremo nel centro dello sguardo, come neonati.

***

Visto y calzo forzudamente cada día, como si tuviese siempre otro número, otra talla. En la oscuridad sigo creciendo, como una planta que bebe lo negro de la tierra. Para vestirse hace falta perder las ramas alargadas en el sueño, las hojas más tiernas abiertas. Puedes oírlas caer de repente como tocadas por un invierno imprevisto. En el mismo instante pierdes la cola y las alas que tenías. En algún lugar del cuerpo lo sientes. No sangras, es una privación a la que te han habituado. No queda más que vestirte. Deslizarte como un rayo, hasta que caiga la luz.

Indosso e calzo ogni mattina forzando, come avessi sempre un altro numero, un’altra taglia. Cresco ancora nel buio, come una pianta che beve dal nero della terra. Per vestirsi bisogna perdere i rami allungati nel sonno, le foglie più tenere aperte. Puoi sentirle cadere a un tratto come per un inverno improvviso. Nello stesso istante perdi anche la coda e le ali che avevi. Da qualche parte del corpo lo senti. Non sanguini, è una privazione a cui ti hanno abituato. Non resta che cercare il tuo abito. Scivolare come un raggio, fino al calare della luce.

***

Las frases inconclusas quedan en ruinas. Hay un país entero al borde del colapso que en ti sostienes. Conoces el dolor de las baldosas, de cada ladrillo. Un ruido sordo en la claridad del pecho. Hace falta el constante amor de alguien, un trabajar tranquilo que resuene en lo profundo del bosque. Que desempaques la maleta y te olvides de partir.

Le frasi non compiute restano ruderi. C’è un intero paese in pericolo di crollo che stai sostenendo in te. Sai il dolore di ogni tegola, di ogni mattone. Un tonfo sordo nella radura del petto. Ci vorrebbe l’amore costante di qualcuno, un lavorare quieto che risuona nelle profondità del bosco. Tu che disfi la valigia, ti scordi di partire.  

***

Me pones a salvo como sosteniendo la más frágil parte de ti. Resistes en el tumulto. Y aquí estás en la puerta, atravesado por ráfagas de luz. No tienes ya cara, estás fuera de todo contorno, sólo la clara luz. Me gustaría levantarte con las manos, contenerte mientras naces, pero te derrumbas: eres la corriente que no se puede tocar.

Mi porti in salvo come sollevando la parte più fragile di te. Resisti nel tumulto. Ed eccoti al varco, attraversato da scariche di luce chiara. Non hai più viso, sei fuori da ogni contorno. Soltanto luce chiara. Vorrei raccoglierti con le mani, contenerti mentre nasci, ma ti sprigioni: sei la corrente prima che non si può toccare. 

Versión de Alfredo Soto Guillén

Biografía
Franca Mancinelli. Nació en Fano, Italia, en 1981. Sus dos primeros libros de poesía, Mala kruna (Manni, 2007) y Pasta madre (Nino Aragno, 2013), fueron galardonados con varios premios en Italia. En 2018 fueron reimpresos como A un’ora di sonno da qui, por Italic Pequod. Su trabajo fue presentado en varias antologías, incluyendo Nuovi poeti italiani 6  (Einaudi, 2012) y Tredicesimo quaderno italiano di poesia contemporánea (Marcos y Marcos, 2017), editado por Franco Buffoni. Una colección de sus poemas en prosa, Libretto di transito, fue publicada por Amos Edizioni en 2018 y traducida al inglés en el mismo año por John Taylor, como The Little Book of Passage. (The Bitter Oleander Press, Fayetteville, Nueva York 2018).Su escritura ha sido traducida también al español, árabe, francés y esloveno. Como crítica, ella contribuye en Poesia (Crocetti), Nuovi argomenti online y a otras revistas literarias. Es editora de la revista literaria Smerilliana, Argo-annuario di poesía y del blog Interno poesia.



jueves, 25 de abril de 2019

Tishani Doshi - Oda a la mujer que camina


Imagen de Flor Garduño
Oda a la mujer que camina
(a continuación de Alberto Giacometti )

Siéntate
debes de estar cansada
de caminar,
de perderte
de está forma:
una costilla bronceada
de agotamiento
merma
contra la oscuridad.
Siéntate
aún hay cosas
en las que creer;
como las civilizaciones
y los nacimientos
y el amor.
Y los ancestros
que se mueven
como silenciosos afluentes
desde poblados de rojas tierras
con el pasado acunado
en sus míticos brazos.
Pero escucha
¿Qué sucede si crecen
a través de las puertas
de tu ciudad esplendorosa?
¿Caminarás al borde
de sus aguas
con tus pies sumergidos
para sentirlos debajo
bailando?
Chicas del estridente Mohenjodaro
con brazaletes en las muñecas
y labios de cinabrio,
madres de Harappan con turbante
apoyadas en amplias
piernas de terracota,
ovulo-pecho de Artemisa-
Inanna, Isthar, Cibeles, acoplan
sus corazones generosos
en la impenitente oscuridad
lloran: ¿Hija,
dónde están los graneros
y dónde desaparecen los grandes baños?
Tú misma resucitarás,
haz el amor al cielo
recupera el mundo.

Tishani Doshi
Traducción María GERMANA MATTA

Tishani Doshi Ode to the walking woman and other poems

Ode to the walking woman
(After Alberto Giacometti )

Sit -
you must be tired
of walking,
of losing yourself
this way:
a bronzed rib
of exhaustion
thinned out
against the dark.
Sit -
there are still things
to believe in;
like civilizations
and birthing
and love.
And ancestors
who move
like silent tributaries
from red-earthed villages
with history cradled
in their mythical arms.
But listen,
what if they swell
through the gates
of your glistening city?
Will you walk down
to the water’s edge,
immerse your feet
so you can feel them
dancing underneath?
Mohenjodaro’s brassy girls
with bangled wrists
and cinnabar lips;
turbaned Harappan mothers
standing wide
on terracotta legs;
egg-breasted Artemis –
Inana, Isthar, Cybele, clutching their bounteous hearts
in the unrepentant dark,
crying: 'Daughter,
where have the granaries
and great baths disappeared?
Won’t you resurrect yourself,
make love to the sky,
reclaim the world.' 
Fuente: Poem Hunter



sábado, 20 de abril de 2019

María Cristina Sorrentino – poemas


Foto de Tina Modotti - Lily

MANOS DE FAMILIA
Cortas, anchas,
firmeza sutil con el lápiz,
pincel y tiralíneas: las manos de papá.
Círculosrectascurvascontracurvasperspectiva
su rápido trazo dibujaba cursivas
en palabras confiables.
Manos blancas y delgadas
lo más bello de mamá.
Dispuestas en marmitas y bandejas,
sabias de repulgues, tiza y pizarra.
Las hojas secas pintadas en sus dorsos
prodigaron cariño retaceado cuando joven.
¿Y mis manos?
─alcanzan octavas─ comentaban las tías,
sucias de tinta
arrancaron torpes sonidos del piano.
Entrenadas por monjas con la aguja,
estambres y el rosario.
Mis dedos leyeron el primer amor
lleno de promesas, roce sutil del alma
en caricias anheladas.
Palpar, percutir, inyectar,
tomar el pulso a la vida que se escapa,
sentir el frío que deja el último aliento
en salas de hospital.
Hoy mis manos balbucean palabras quebradas
al cerrar el gozne de mi boca.
Para una mujer
el amor y el tacto se parecen.

UNA MUJER
Aroma a café torrado y tintineos de loza
despiertan la mañana.
Al compás de un reloj que no ve
─sólo presiente─
teje la trama laboriosa
que cubre la jornada.
En la malla de gestos habituales
suma hileras cada hora:
cama tendida
pan tostado
ropa lavada
trenzas en el pelo
caricia en mejillas frescas
alguna línea escrita y la manzana mondada.
Junto al sillón
un canasto con ovillos mareados
y el par de agujas
que enlazan estambre
en la cadencia silenciosa de su vaivén.
La noche llega.
Aflojan una a una las hebras que ligara
la urdimbre del día
se escurre libre en el abismo del sueño
y sus manos descansan.

EL DESVÁN
Húmedo vaho
mezcla la vida entre fotos sepias
olvida en algún rincón oscuro
atados de culpa que nos pesan
y retrocede al tiempo de muñecas viejas,
para que el ático esconda
ausencias del presente
bajo el tejado.
El sol en retazos intrusos
filtra desde el tragaluz y acaricia
el lomo de libros dormidos.
Cuando brotan palabras en hojas amarillas
la siesta de abril
se deshace en hojarasca.

COSTURAS
Ya es hora de reciclar retazos,
despertarlos del sueño,
que hablen de su gloria
y callen cuando quieran.
Revivir el instante
antes de que se deshilache el tiempo
como trapo viejo
y de hebras de memoria
quede el carretel vacío.
Ya es hora.
El ojo de la aguja
se esconde de mis ojos cansados.
No puedo remendar la vida,
zurcir con hilo nuevo
historias rasgadas.
Que sepa coser
que sepa bordar…
sé hilvanar versos de palabras rotas
y pincharme
me enseñó el dolor.

RENACER
A Malena
Tal vez, algún día
la luz de tu mirada se cruce con mis ojos
y la belleza de lo simple
brote del polvo gris de la rutina.
Tal vez, algún día
perciba la brisa silbadora en las persianas
y el crujido dulce de la fruta
en las siestas de verano.
Tal vez, algún día
logre volver al encanto de las pequeñas cosas
que en mi niñez temprana
me hicieron feliz y amar la vida.
Tal vez, algún día
pueda beber del fresco manantial de tu sonrisa
para que mis labios secos
aprendan nuevamente a sonreír.

LEGADO
El organizado desorden
de los objetos inútiles y amados
crece en los estantes
junto a la ciencia de Rouvière
y de una Emma casquivana.
Fantasean ceremonias del té
cajitas de hojalata
sobre la cubierta negra
del terror de Poe.
Viejos frascos de botica
con pociones milagreras,
caracolas tornasoles
conservan el salobre murmullo de la espuma
arcoíris encerrados en cristales
pétalos herrumbrosos
semillas viejas que jamás darán su fruto
y el rubor otoñal del arce viejo.
Qué será de ellos
si me entrego al sueño
cuando alas oscuras envuelvan el cuarto.
Al abrirse la mañana
con Malena todo cambia,
palpitan las piedras
en los gorriones inquietos
de sus pequeñas manos,
brillantina coloreada
enciende miradas cómplices
su risa y mi risa,
ambas conocemos el valor
de las pequeñas cosas.

Fuente: María Cristina Sorrentino - Astillas de loza – Ediciones Artilugio – 2019. (cortesía de la autora)

Biografía
María Cristina Sorrentino, Buenos Aires, Argentina. Es médica de profesión, recibida en la UBA.
Asistió a talleres literarios del Programa de Extensión Universitaria de dicha universidad y privados.
Recibió menciones y premios nacionales e internacionales de Argentina y España: 2do. premio en poesía del Certamen Literario de la Comuna 11, declarado de Interés Cultural por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (2013); 3er. premio del IV Certamen Internacional de Rima Jotabé, Valencia (2015); 2do. premio del VI Certamen Internacional de Sonetos, SADE seccional Dolores (2015); Primer premio de poesía concurso La Imagen y la Palabra, comuna 10 de la Ciudad de Buenos Aires (2018); mención en el VI Concurso Poético Internacional de la Universal Peace Federation (2014); mención especial en poesía Revista Guka, auspiciada por la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (2015); mención especial en el XXIV Certamen Internacional de Poesía “Plaza de los Poetas José Pedroni” Acebal, Santa Fe (2015); 5to. Premio Juegos Florales ediciones Mis Escritos (2017), entre otros otorgados por diferentes seccionales de SADE (Sur bonaerense, Baradero-San Pedro), bibliotecas y entidades culturales.
Sus poemas fueron seleccionados por concurso y publicados en numerosas antologías nacionales y españolas. Participa en revistas digitales y encuentros literarios.
Recientemente ha publicado: Astillas de loza, por Ediciones Artilugios. (2019).

domingo, 14 de abril de 2019

Tishani Doshi - Una fábula para el siglo 21

Parque de Cabañeros - foto mía
UNA FÁBULA PARA EL SIGLO 21

Existir es un plagio - EM Cioran
No existe un final para lo desconocido.
Leemos periódicos. Envolvemos el pescado en las noticias de ayer,
lo esparcimos en pedazos en el suelo para que nuestro cachorro pueda mear
en la cara de Putin. Ni siquiera las montañas pueden decir
qué ha matado a los Sumerios durante todos estos años.
Y del mismo modo, debes saber que la ceguera
es histórica, que nada en este poema te hará
más delgada, más rica o más lista. Yo misma
no podría decir cómo funciona una bombilla,
pero si te tiramos de cabeza al pasado,
¿Qué podrías decir sobre los secretos
de la clorofila? ¿Cómo harías una exposición sobre
la agresión de las anémonas de mar,
La batalla de Plassey, Boko Haram?
El lenguaje es un destino peculiar.
Una vez, en la orilla del desierto,
un círculo de peregrinas habló sobre la maravilla -
la oscuridad de sus vidas con barro y azadas.
Ellas no sabían que se puede hacer un perfume
a partir de la lluvia, que la sangre humana tiene más grasa
que la cerveza. Pero sus miedos estaban maduros y relucían,
su ración de hijas era abundante, y Dios
caminaba entre ellas, tejiendo suéteres
para caballeras heridas. ¿Les contarías
cómo todo lo que ha sido dicho hasta ahora
necesita ser dicho de nuevo? Cómo el cuerpo es helicoidal,
vagando sin rumbo una y otra vez,
cómo es únicamente a través de la voluntad de la nariz,
bronquiolos, tráquea, pulmones
que la respiración puede dejar atrás
cualquier tristeza
de la lengua.

Tishani Doshi - Traducción de Carmen Callejo
Fuente: Mundo Poesía


jueves, 11 de abril de 2019

Meena Alexander - Ella habla: Una maestra del sur de la India


Foto mía - Las tablas de Daimiel

1. Ella habla: Una maestra del sur de la India

Pedazos del árbol de mango que la tormenta arrasó,
un verde rayo torcido en barro
y ellas vinieron a mí, al amanecer


tres jóvenes de Kanpur, ciertamente del extremo norte
(lo aprendimos en nuestras clases de geografía nacional,
las fronteras de los estados, las ciudades más importantes).


Ellas se ahorcaron de los ventiladores.
Se ahorcaron en el aire caliente
así su padre no sería obligado a ofrecer el oro


que no tenía, no sería forzado
a trabajar sus puños hasta el hueso.
Así es como se cuenta una parte de la historia.


Oscilaron lentamente en el aire caliente, tres mujeres.
¿Cuántos años tenían?
Los suficientes para casarse.


Dieciséis, diecisiete, y dieciocho, algo así.
¿Cómo me siento?
¡Qué pregunta! Soy una de tres hermanas,


definitivamente no quiero un padre que ofrezca el dinero
que no tiene para mi matrimonio.
Consiga una motoneta, un refrigerador, una horda de utensilios,


sedas, y pequeños y resplandecientes trozos de oro
para colgarlos en mis oídos y en mi cuello.
El oro es tiempo de trabajo acumulado… tiempo de trabajo definido.


¿Quién lo dice? Sí, soy una maestra, nivel cinco
especializada en historia y geografía de la India,
en la Universidad de Kerala, primera clase entre las primeras.


La tormenta arrojó estas ramas del árbol y
veo a tres muchachas meciéndose. Una de ellas soy yo.
Retrocede, me digo a mí misma.


Saumiya, retrocede. Toda la historia
de las mujeres se resume aquí.
Abre tu sombrilla, usa tu sari ajustado,


respira entre los golpes de la catástrofe,
y deja que el autobús escolar espere.
Llegarás ahí muy pronto y los pequeños, rostros calientes.


Mira cómo los vientos del monzón se elevan y descienden
aire del trópico en una casa de almas,
puerta detenida por las nubes.


Pon tus pies sobre las piedras rotas
sobre la tierra roja y la lluvia torrencial.
Para nosotras no hay exilio.

Meena Alexander: Meditaciones voraces sobre el dinero, 1 - Ella habla una maestra del sur de la India

Versión al español: Brianda Pineda Melgarejo


Meena Alexander, “from Raw Meditations on Money, 1. She Speaks: A School Teacher from South India” from Quickly Changing River. Copyright © 2008 by Meena Alexander.


Fuente: Liberoamerica

domingo, 7 de abril de 2019

Gabriela Ibañez - poemas



Gabriela Ibañez - poemas

Iniciaciones

I
Apenas alcanzaba a mirarse en los espejos
y en su rostro       perfectamente redondo
una cicatriz
como una mariposa
se posó        violentamente.

II
A los trece años
supo de los espejos y de las intersecciones
de la inclinación de la luz sobre la piel
de las rodillas desnudas y de las cicatrices

olvidó las bicicletas.

III
Cómo olvidar octubre- pensó
¿ves la extensa cicatriz sobre mi pierna derecha?
Ahora tócala         acostúmbrate        bésala
Es la marca de los hombres que vencen a la muerte
Habitarás en ella.

El pájaro de todas las tardes

Cuando venía la primera luz de la noche
después de la mantequilla y el pan tostado
corríamos a escondernos en el jardín
mi refugio favorito
era la enredadera de las flores de novia
mi hermano prefería subirse a la copa
del árbol de chirimoyas
y la menor de mis primas
sobre los helechos atestados de pequeños caracoles
cuando presentíamos su parsimonioso aleteo
callábamos y nos quedábamos inmóviles
y el pájaro   negro                    inmenso
de pico naranja brillante
descendía de un solo golpe seco
parecía olfatear el césped
como un viejo y ciego lobo
y luego empezaba a tragarse los objetos
que cada uno de nosotros
dejaba como ofrenda sobre el jardín
la primera vez
le dejé mi muñeca favorita
la segunda    dos perlas heredadas de mi madre
la tercera    el caballo musical
la cuarta      un puñado de astromelias que recogí
         del parque
la quinta      el aguamarina que mi abuela me regaló
así siguió de tarde en tarde
viniendo a llevarse lo que buenamente le dejábamos
fuimos creciendo
hasta que una tarde
no regresamos más al jardín
pasaron los años
y mi abuelo cayó en un sueño profundo
uno a uno fuimos llegando a la casa para la despedida
le dábamos un beso en la frente
nos sentábamos a su alrededor
mientras esperábamos

a las seis dejo de respirar

nos sacaron de la habitación hacia el jardín
llorábamos cada uno en su antigua posición
aquella tardo lo vi por última vez
revoloteaba encima de nuestras cabezas
trinando estrepitosamente
entonces supo por qué estaba ahí.


Dentro del vientre de algún lobo

Suerte de aquellas que tienen la piel tan blanca
         como la nieve
y siete veces siete
oyen comentar de la suavidad de sus mejillas
de aquellas hacendosas que tienen siempre la casa
         en orden
y los vestidos de las hermanastras planchados para
         la fiesta
sin dejar nunca nada para después
de aquellas que cuidan con devoción sus cabellos
para que un hombre trepe por ellos
y les dé la libertad
suerte de aquellas que saben esperar con los ojos
         cerrados
el eso que finalmente las despertará
pero yo que con ojos bien abiertos
preferí seguir el camino de las espinas
jamás podré ser como mi madre o mi abuela
y seguramente      ningún hombre
me rescatará de ser comida por un lobo.

Fuente: Grabriela Ibañez de: Las buenas noches – Paracaídas editores  - noviembre de 2012

Biografía
Gabriea Ibañez Oviedo, (Lima 1982), estudió Filosofía en la Universidad Nacional de San Marcos y estudió Literatura Hispanoamericana en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha trabajado en revistas y editoriales. Actualmente dirige POLIFONÍA EDITORA, sello de álbumes ilustrados que tiene como objetivo impulsar el arte y la literatura infantil en Latinoamérica. Ha publicado poemas en medio virtuales. Fue uno de las poetas ganadores del concurso Prima Fermata Literaria 2006 (UNMSM) y ha participado en diversos recitales. Junto a Rocío Fuentes dirige La Purita Carne, plataforma que difunde el arte de las mujeres a través de distintas disciplinas. (Fuente del Libro).