sábado, 15 de junio de 2019

Aimee Nezhukumatathil - poema


Fuente de la imagen: Imagen

Carta a la aurora boreal

La luz aquí en la tierra nos mantiene muy ocupados: un incendio
en la central de Pensilvania sigue ardiendo resplandeciente desde 1962.
Grupos enteros de pequeños calamares se encienden en la costa de Japón
antes del amanecer. Por supuesto que no apareciste cuando fuimos
a buscarte, pero encontramos otras luces: luciérnaga,
luna de fresa, una pequeña captura de esto en cada diente de otros.
Alguien te vio y dijo que ellos se acostaron
en medio del camino y te llevaron dentro,
y estoy suponiendo que estás acostumbrada a eso—la gente termina
cayendo sobre sí misma para capturar un destello de ti
y tu extraño brillo de menta silenciándose sobre el lago.
Aurora, prefiero quedarme dentro con él—jamás si esto significa
un hotel estropeado y estas tablas de madera, alfombras de golf
en los baños, y unas granuladas barras de jabón. En vez
de esperar sólo hasta la hora correcta de la noche-azul
más corta del año cuando por fin sentiste moverte
lo suficiente para chocar tus partículas de gas con partículas de sol—
prefiero compartir el amanecer con él y una loca llamada
sobre el lago con él, el golpe de la costa atravesada
mediante los gritos de la ventana con él. Mi corazón
golpea en mi pecho, contra mi camisa—es una clase
de fuego que nunca podrás encender por tu cuenta.

 Aimee Nezhukumatathil - versión de Diana Bustamante


Letter to the Northern Lights

The light here on earth keeps us plenty busy: a fire
in central Pennsylvania still burns bright since 1962.
Whole squads of tiny squid blaze up the coast of Japan
before sunrise. Of course you didn’t show when we went
searching for you, but we found other lights: firefly,
strawberry moon, a tiny catch of it in each other’s teeth.
Someone who saw you said they laid down
in the middle of the road and took you all in,
and I’m guessing you’re used to that—people falling
over themselves to catch a glimpse of you
and your weird mint-glow shushing itself over the lake.
Aurora, I’d rather stay indoors with him—even if it meant
a rickety hotel and its wood paneling, golf carpeting
in the bathrooms, and grainy soapcakes. Instead
of waiting until just the right hour of the shortest
blue-night of the year when you finally felt moved
enough to collide your gas particles with sun particles—
I’d rather share sunrise with him and loon call
over the lake with him, the slap of shoreline threaded
through screen windows with him. My heart
slams in my chest, against my shirt—it’s a kind
of kindling you’d never be able to light on your own.

Biografía

 Aimee Nezhukumatathil. Nacida en 1974 en Chicago, Illinois, de origen Filipino e Indio Malayali, es conocida por ser una poeta que une a tres culturas: la Filipina, India y Americana. Recibió su licenciatura en inglés y maestría en poesía en la Universidad Estatal de Ohio. En 2016-17, fue la escritora en residencia John y Renee Grisham en el programa MFA de la Universidad de Mississippi. También ha enseñado en el retiro de Kundiman para escritores de origen asiático. Es profesora de inglés en el programa MFA de la Universidad de Mississippi. Es autora de cuatro colecciones de poesía: Miracle Fruit, ganó el Premio Tupelo Press 2003 y el Premio Literario Filipino Global en Poesía, fue nombrada la Revista del año en Poesía de ForeWord , y fue finalista del Premio Literario Asiático-Americano y del Premio Glasgow.  At the Volcano Drive-In, ganó el Premio Balcones Poetry 2007. Lucky Fish (2011), ganó el gran premio Eric Hoffer Award for Books 2011. Su libro de poesía más reciente, Oceanic, fue publicado en 2018 por Copper Canyon Press .



viernes, 7 de junio de 2019

Ana Varela Tafur - dos poemas

Imagen de Tarsila do Amaral
No poseo

No poseo sino una canoa y una parcela de arroz en un barrial,

no poseo sino el rumor del río huyendo siempre.

Aquí en Sonapi los tiempos son malos,

digo malos porque no siempre se come o se bebe.

Entonces pienso si moriré en este lugar.

Los muchachos fieles al pueblo pasan sin verme

y no poseo sino mis ojos que me complacen de día.

Recostada en el puente apunto a la luna,

¿qué debo hacer en esta postura?

Sólo puedo recordar mi nombre cuando los difuntos me silban.


En la espesura

Arrastrados por episodios de exterminio

            los peones arrojados hacia los bosques

                         fueron alcanzados por la sangría.


Algunos moradores escucharon disparos en el aire

           mientras bajaban por extraños ríos de miedo


La madrugada crecía en las matanzas

           y las abuelas descifraban caminos en la intemperie



Las muchachas del Ampiyacu lloraban el fin del mundo

                 y sus pies semejaban sierpes vespertinas en los barrancos



Huyendo espantados por las infamias,

ahora todos, casi todos,

             somos fragmentos de pueblo en la espesura.


© Varela Tafur, 2010

 Biografía
Ana Varela Tafur (Iquitos - Perú, 1963) Fundó con otros artistas el Grupo Cultural Urcututu de Iquitos. Concluyó sus estudios de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana, donde trabajó como docente. Ha sido becaria del Programa Aschberg para artistas de la UNESCO, Jerusalén (1996), y de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Madrid (1998). Ha publicado con el poeta y narrador Percy Vílchez el libro de poemas El sol despedazado (Proceso Editores, Lima, 1991), Lo que no veo en visiones (Primer Premio de la V Bienal de Poesía Premio Copé y publicado en Ediciones Copé, Lima, 1992), Voces desde la orilla (Colección Urcututu Ediciones, Iquitos, 2000) y Dama en el escenario (Editora Regional, Iquitos, 2001). Sus poemas han sido traducidos y publicados en inglés, francés y hebreo. Algunos de sus poemas aparecieron en una edición bilingüe inglés-español en la revista Literary Amazonia, University Press of Florida (2004). Recientemente ha publicado poesía en la antología Más allá de las fronteras, (Ediciones Nuevo Espacio USA,2004) y ha sido admitida en el Programa de Postgrado del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Davis, UC Davis. Reside en California.

Fuente:El hablador
Más poemas de Ana Varela Tafur

sábado, 1 de junio de 2019

Sandra de la Torre Guarderas - poemas


foto mía
Bautizo

Para extirparse
el cálculo de angustia máxima
hay que descender a la tina
atornillar las pupilas
palidecer
amoratar los labios
almidonar el cuerpo
bajo el agua
hasta transparentarse

contenido el aliento
atornillar las pupilas
en el que bajó a los abismos
y esperar al tercer día.




Vértice

Escucho en la caracola
la contrariedad de las olas en desbandada
recuerdos pájaros batiéndose en el vaho.

Hierve
       se multiplica
       el rugido en el hueco insondable
bailan las dudas y las parcas
dientes del infierno
                           sus zapatillas.
La certeza
       parece aflorar en el fondo
el león se ha dormido
la caracola vuelve a la repisa.

Vibra en la repisa
              en la oreja
               feroz  siempre
                                       feroz
no hay fondo.

Se arremolina Láquesis en puntas
devanando el hilo con urgencia
cantan las dudas su opereta
en el nácar de mi oído
                                incansables
celebra Cloto
Átropos
       tijeretea  el viento
braman los aplausos
silba la cuchilla
       en el mar íntimo de la caracola.

Dormía
el pulso en ralentí bajo la piel antártica
las manos en cruz sobre el pecho
como el escarabajo bocarriba de Szymborska 
con esa sonrisa que ignora el devenir 
los pies juntos, libres del acoso de sus huellas
Dormían las ramas, las hiedras, las amapolas
a pierna suelta, con desenfado silvestre
cien años, cien bosques, siempre
dormía el castillo sin el chistar de las puertas
ni el rubor de la estufa o el tic de las horas
Dormían los pajes, los reyes, el centinela
dormía su ansia en el fondo del pozo
Pero ese endiablado galope tronó en la calma
destejiendo telarañas hasta la última alcoba
besó la Poesía los labios inmóviles
y nunca más nadie pudo dormir.


Cuerpo opaco
Riego la sombra que crece en mi jardín
sus hojas morenas provocan al viento  
besa su tallo el suelo humedecido.
No la sembré yo
acaso su semilla vino del sur
donde germinan más fértiles los espectros.
Qué feliz se ve bajo el alumbrado público
rendida su negrura a los dedos de la neblina
bailando un andarele con el agua del grifo. 
Mis ojos se mecen en sus hojas
se duerme mi noción de estar despierta
olvido la sed del jardín
bebo la sombra de esa sombra que baila al viento
me sacio de tiniebla
soy la tiniebla que florece con el toque del agua.
Pero qué triste me mira
triste y sediento me mira el bambú
que se interpone en el sagrado cauce de la luz.

Biografía



Sandra De la Torre Guarderas nació en Quito, en enero de 1971. Estudió comunicaciones en University of Nothwestern, de St. Paul, Minnesota. En 1998, Integró el Taller Literario de Poetas Jóvenes de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, dirigido por Edwin Madrid. Más tarde ejerció su oficio en los talleres literarios de FLACSO Ecuador y Palacio (I)caza de Palabras de la Universidad Andina Simón Bolívar. 
Es guionista y realizadora audiovisual. Enseña las asignaturas de Guión de ficción y Producción dramática, a nivel superior.  Su ópera prima en el género lírico, El hueco en el zapato, es Premio Paralelo Cero 2012. Es coautora del poemario infantil “Cuando cierro mis ojos”, 2013.